Por: Semanario

Lejos, lejísimo, quedaron los tiempos en que el humilde concejal Pablo Petrecca reclamaba modificaciones en el sistema de estacionamiento medido. Avalado por estudios surgidos desde su Fundación Pensar, llegaba en su bicicleta al palacio municipal y exponía su preocupación por un régimen implementado durante el gobierno de Mario Meoni que pretendía “ordenar” el tránsito céntrico… y de paso recaudar.

Pero los tiempos corren, y cuando se cambia de lado del mostrador, las cosas suelen verse distintas. Por eso, sólo se introdujo una pequeña reforma: los precios de la primera hora de estacionamiento diferente a las restantes y según si el vehículo se instala en zona 1 o 2. Esto fue a partir de un convenio firmado con la empresa ‘Pague por Celular’, en febrero de 2017.

Lo interesante todavía estaba por venir, y llegó esta semana. Después de readecuar la ordenanza correspondiente, posibilitando que el cobro de multas quede en manos de los inspectores municipales, una bandada de camperas verde fluor salió desde el lunes a la calle a infraccionar a cuanto rodado se hallara sin el pago del canon correspondiente por estacionamiento medido.

Varias lecturas sobre el tema pueden hacerse, y al estilo SEMANARIO… acá van.

LOS PRECIOS

Para que se entienda bien: antes, las ‘multas’ eran labradas por los mismos chicos que venden el estacionamiento y se supone que deben andar caminando por la zona. “Se supone” porque en realidad son intensamente buscados por los automovilistas que terminan por no pagar el estacionamiento ante una búsqueda por lo general infructuosa. Eso sí: cuando el vecino abandonaba la intención de pagar, estos chicos hacían su aparición para confirmar que el vehículo se hallaba en infracción… y ahí nomás pelaban la multa.

El detalle es que estos empleados en negro que tiene la empresa ‘Pague por Celular’ no representan una autoridad de aplicación que puede sancionar una infracción. Por eso, las multas apenas tenían carácter de pago voluntario, no había sanciones superiores para quienes no las abonaban. Aunque por supuesto, esto siempre se cuidó mucho de informar.

Por eso, los más cumplidores iban y abonaban 120 pesos por la infracción en las oficinas de PPC, en la terminal de ómnibus. Los más díscolos las acumulaban y jamás desembolsaron un peso.

Bien. Hasta ahí lo que pasó todos los años anteriores. Una vez detectada esta ‘falla’ en el sistema, el gobierno de Pablo Petrecca se abocó a la reforma de la ordenanza vigente y la pasó por su obediente Concejo Deliberante.

De este modo llegamos a esta semana, con el anuncio incluido de “nueva tecnología” para romper c…, los inspectores reemplazaron a los vendedores de estacionamiento a la hora de labrar las multas.

CÓMO DUELE

El primer cambio significativo, además de la obligatoriedad de pago como puede ser un acta por pasar en rojo o no tener seguro, es que la multa por falta de estacionamiento medido pasó a costar la friolera de 500 pesos.

Pero, para que nadie hable de más y se dude del alma caritativa de las autoridades municipales, si se paga dentro de las 24 horas de haberse labrado, el monto se reduce a la mitad.

Un engañapichangas: uno piensa que se ahorra 250, pero también está perdiendo la posibilidad de un descargo ante la jueza de Faltas que podría llegar a eximirlo de la totalidad. A falta de certezas, la mayoría va a tratar de “ahorrarse” 250 pesos.

¿QUÉ PASA CON LOS 15?

La ordenanza original preveía 15 minutos de tolerancia en el estacionamiento. Era el tiempo estimado en que una persona puede demorar en tener la suerte de encontrar un vendedor o un negocio donde adquirir el “pack estacionamiento”.

Pero Petrecca cree que el sistema está tan aceitado que este hallazgo es inmediato (¿será porque sigue andando en su bici y no paga?) y entonces cuando mandó a modificar la ordenanza, en diciembre del año pasado, quitó esos minutos de ‘tolerancia’.

Por eso, a pesar de las críticas e incluso un pedido concreto de la oposición de volver a los orígenes en este aspecto, hoy los inspectores salen con toda la furia a multar directamente. Nada de andar esperando ni viendo. Y ojo: avisan que a pesar de la infracción, si no se carga estacionamiento, al rato pueden hacerle otra al mismo vehículo. Se desconocen detalles de cuántas podrían llegar a labrar, por ejemplo, en dos horas.

Estas actas, según salió a decir con bombos y platillos el secretario de Modernización Maximiliano Steffan: “se hace a través de unos equipos tipo celulares con una tecnología avanzada, conectados a un servidor y por una aplicación labran el acta y pueden sacar fotos geo-posicionadas”. También tienen handys para comunicarse con la empresa.

Encima, para salir a hacer bien las cosas, agregaron a seis inspectoras que andan recogiendo admiración y buenos deseos por el centro apenas agarraron la calle.

LA PLATA, LA PLATA…

Con estas modificaciones, al menos dos cuestiones quedaron más claras que el agua: una es que el municipio y la empresa van a recaudar más, porque habrá más autos que pagarán estacionamiento y los que no, deberán afrontar la multa obligatoriamente.

El segundo tema, que seguro dará para polémicas, será que si hasta ahora no había control del tránsito juninense, desde ahora con los agentes abocados a verificar el estacionamiento, el caos se multiplicará aún más.

Porque en Junín es más grave no pagar en el centro que pasar semáforos en rojo. En estos casos, nunca nadie agarra a nadie.

OTROS TIEMPOS

“Nuestro equipo está trabajando en un nuevo sistema, más ágil, más amigable y más cómodo para el vecino”.

¡Adivine de quién es la frase! Sí, del mismísimo señor Intendente, cuando todavía era un poco más idealista y el cargo de hoy era apenas un sueño lejano. ¡Cómo te han cambiado Pablito!

Mientras tanto, vecino, un consejo sano: estacione tres o cuatro cuadras más lejos, ejercite los músculos de las piernas y camine un poco. No pague estacionamiento ni multas. Cada vez que encara para el centro, recuerde: están esperando para hacerlo trizas.