jueves 25 de abril de 2024

LOCALES | 16 ago 2018

editorial

Onda verde

Que la protesta haya estallado en pintura contra la puerta de la municipalidad reclamando el aborto, se debió a la posición tomada por el Intendente que cree que la “casa de todos” es la suya y por eso la llena de familiares y amigos.


Por: Semanario

Aunque la votación senatorial eligiera por mayoría seguir en medio de la más oscura hipocresía, profusa en actos declamatorios y ejemplos pésimos, lo que finalmente se abortó –y en forma definitiva- es el proceso esclavista del patriarcado que inundó al mundo prácticamente desde su creación.

Al menos en nuestro país, en nuestra provincia, en nuestro Junín, se abrieron las compuertas para que la Onda verde llegue a cada uno de los compartimentos estancos que prefirieron esconderse desde siempre.

Todo ello, con el objetivo de derribar estamentos que, en lugar de promover la libertad, el pensamiento y la creatividad, acosaron con la culpa, el pecado y el escarmiento.

La mujer, con la mujer, fue tejiendo un entramado fuerte y resistente, tan fuerte y resistente como para hacer frente al estado conservador egoísta y tirano para con la vida de los otros.

Y a partir de esa decisión y ese coraje que demostraron en este tiempo de construcción, hoy quedó a la vista la edificación a la que tantos temen.

Precisamente, los debates, a nivel legislativo como mediáticos, dejaron en claro el escaso pensamiento crítico de quienes pretenden seguir con el statu quo atados a la cadena, que no por larga deja de ser cadena.

Lo acontecido en nuestro medio con la detención de dos jóvenes que realizaban pintadas demuestra las dificultades políticas que atravesamos y la falta de líderes que sepan ocuparse de los intereses públicos y no aquellos que gustan abordar los comunes y también los particulares.

Que la protesta haya estallado en pintura contra la puerta de la municipalidad reclamando el aborto, se debió a la posición tomada por el Intendente que cree que la “casa de todos” es la suya y por eso la llena de familiares y amigos.

Parte de ese nulo nivel de debate en nuestro medio se lo debemos precisamente a Pablo Petrecca, quien suele confundir política con religión y comuna con iglesia.

Para el caso que nos ocupa, nuestras democracias representativas se encuentran actualmente sometidas a embates de identidad. Pareciera que aún no estamos convencidos de las bondades de la democracia, la igualdad ante la ley, la separación e independencia de los poderes públicos y el control de los actos públicos; valga decir, transparencia y rendición de cuentas de los administradores ante los administrados para obtener la legitimidad de sus actos.

Por eso vale reflejar también el pensamiento de aquellos que no comulgan con estas confusiones y como dijera alguna vez el escritor Paul Auster “para los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión”.

Tal vez esto sea entonces un envión más para la Onda verde, que rompiendo paradigmas, nos amenaza con hacernos pensar, mirarnos dentro, reconocer errores, dejar de lado los muros y sobrenadar situaciones complejas.

Al fin y al cabo, una revolución.

Algo más que una palabra.

Que significa renovación para algunos y temor para otros.

Habrá que ver qué lugar elige cada uno, sin querer llevar de las narices a todos, en debates donde no se puede ser neutral.

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