viernes 26 de abril de 2024

OPINIÓN | 18 ago 2018

COLUMNA DE EDUCACION

Concursos, “dedos” y otras yerbas…


Por: MIGUEL MANCUSO

Mi larga experiencia en la docencia me permiten aseverar que el 70% de los concursos en educación están teñidos de favoritismo y de preselección; una especie de instancia “teatral” como para mostrar que “se hacen y se cumplen las directivas”.

Pero muchas veces no se cumplen las normas, no se tienen en cuenta los antecedentes y méritos de las personas que concursan, no se realizan con tribunales examinadores que cumplan los requisitos exigidos, privando el “amiguismo” sobre la capacidad.

Si hablamos de cargos importantes, como puede ser un inspector distrital o un inspector regional, nadie puede negar que casi siempre terminan siendo elegidos quienes tienen afinidad política con el partido de turno.

Es una realidad que se escucha en escuelas, consejos escolares, reuniones docentes, gremios: “estos cargos son políticos”. ¿Se puede aceptar tan a la ligera? Pareciera que sí.

Convengamos que en dichos cargos deberían estar los mejores, los más capaces, aquellos con una cierta antigüedad que hayan pisado muchas salones, visto muchas realidades, encontrado con múltiples problemáticas que hayan debido resolver.

Aquellos que tengan sentido común para resolver situaciones diarias y no solo reciten de memoria lo que les mandan sus superiores, cuando la política lo dispone.

Incluso me animaría a decir que tener llegar a un cargo es dejar de lado “las jinetas” y ponerse al lado de directivos y docentes para pensar solo en el alumno y todo lo que se pueda hacer por él y su entorno.

Pero lamentablemente esto no ocurre. O no ocurre con asiduidad. Y sino tomemos un ejemplo actual.

¿No hubiera sido función de un inspector regional o distrital denunciar las problemáticas de una escuela, como una pérdida de gas en este caso?

¿No hubiera sido necesario que se empleara el sentido común y se suspendieran todos los servicios en aquellos lugares donde se sabe que podían correr riesgos los pibes?

Ah… pero lo importante es cumplir los días de clase, cumplir con el “papeleo burocrático”, transmitir qué docentes se adhieren al paro y cuáles no, etc.

O ustedes creen que todas las escuelas de Junín tienen una infraestructura perfecta sin problemas de ningún tipo.

Les cuento, para quienes no saben, que en muchas escuelas faltan bancos, pizarrones y tizas, en otras se llueven los salones, en otras las estufas no funcionan en invierno y los ventiladores no existen en verano, en otras hay incapacidad de gestión de directivos etc.

¿Pregunten a los docentes cuántas veces fueron visitados en su aula por un inspector para acompañarlo en su práctica áulica y poder mejorarla en pos de una mejor educación para los alumnos?

El inspector asiste a la escuela y su función, en la mayoría de los casos, es administrativa, lo pedagógico no existe con el docente, y es más que evidente, por lo que viene ocurriendo, que tampoco se preocupa demasiado por el tema infraestructura escolar.

Todas estas cosas no se evalúan al momento de concursar un cargo de tamaña responsabilidad. Lo único que es importante es que no contradiga la política oficial, que no se le ocurra hablar por los medios y denunciar que hay “tal o cual problema”.

Necesitamos concursos transparentes para todos los cargos directivos, desde el inspector al director de una escuela. Necesitamos gente que no solo sepa de memoria todas las resoluciones sino que tenga sentido común para resolver situaciones e “higos” para hacer.

Si no empezamos a dar el ejemplo desde arriba no podemos exigir nada, porque no se tiene autoridad moral para hacerlo.

(*) Docente.    

 

 

      

 

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