jueves 25 de abril de 2024

DEPORTES | 18 ago 2018

FÚTBOL FEMENINO

La pasión de Abril

Jamás imaginó que debutaría en la primera del fútbol femenino de su equipo con… once años.


Por: Javier Leguizamón

A pasos lentos pero firmes, y en base a una gran lucha y a un ejemplo de organización, las mujeres han logrado avances en materia de derechos y mejoras en lo que refiere a sus condiciones de vida. Es cierto que aún están lejos de un plano de igualdad con el hombre, y aún les quedan muchas reivindicaciones por alcanzar y demasiados terrenos por conquistar, como en el deporte, aunque en el fútbol están ganando espacios a un ritmo fenomenal.

Seguro esta historia, escrita hace un par de años atrás, tendría nombre de varón. Porque el fútbol femenino era algo raro, impensado para una dama. Claro que, como la vida misma, hoy  ocupa un lugar totalmente diferente, importante, tanto que se ha hecho común ver un picadito, un entrenamiento, un equipo o un campeonato femenino con los cortos, y las trencitas armadas para que no molesten.

Abril ‘Kiki’ Espinoza es de esas nenas que vive con naturalidad su gusto. Disfruta ausente a cualquier mirada prejuiciosa con lo que eligió. Es tan simple que hace aquello que le gusta. Lo que no imaginó es que el sueño de jugar con sus amigos, a debutar en el arco de Villa en el sub 17 hasta ocupar el arco de primera, se diera así, de repente, en un abrir y cerrar de ojos.

Porque pasó así, en un mes. Hace menos de un año, la vida de ella era la de una nena que no estaba conforme con su guitarra, que tocaba pero sentía que no era lo suyo.   

Esta jovencita, de tan solo once años, despuntaba el vicio de la redonda con algunos amigos, hasta que el destino quiso que al cargar combustible para su moto en una estación de servicio, donde trabaja otra jugadora de Villa, encontró lo que buscaba: un club, amigos y el fútbol.

Lo que ‘Kiki’ nunca pensó que sus condiciones y la  suerte le darían la oportunidad tan rápido. Una arquera lesionada y otra expulsada, la pusieron en el arco de primera.

Se le iluminan los ojos y emociona el estudio de radio donde cuenta su historia. Abril no puede contener las lágrimas… “Yo siempre quise jugar al fútbol y siempre me gustó el arco… lo que nunca pensé que en tan poco tiempo iba a estar en primera… lo que más me gusta es que el club es una familia, si ganamos es por todas, pero si perdemos ninguna es la culpable, somos un equipo y así funcionamos; si una está mal, el resto ahí está para escuchar, un abrazo y compartir, es una familia, eso, Villa es una familia”, cuenta.

Abril ‘Kiki’ Espinoza va al colegio, se reparte entre la familia, sus amigos, el colegio y el club. En el fútbol de Villa, con sólo 11 años,  encontró  su lugar en el mundo. Arquera titular del sub 17 de ‘las villeritas’, atajó en primera con el aplomo de una jugadora con años de experiencia.

Fernando Coirini, el entrenador del fútbol femenino de Villa Belgrano, agrega un dato elocuente… “En el equipo tenemos chicas de todas las edades, hay mamás de más de treinta y más chiquitas, como Abril, con once; otras con 13, 14 años… no hay diferencias de ningún tipo, todas se ayudan, el equipo es solidario y está en crecimiento, desde lo físico hasta lo táctico. Todas tienen sus obligaciones familiares, con sus parejas o hijos y las más chicas, con el colegio, eso es prioritario… el estudio está primero y si alguna está floja o tiene exámenes debe esforzarse porque no queremos que el estudio caiga a un segundo plano por el fútbol, por más que les guste”.

En Junín, el fútbol femenino ha crecido de un modo explosivo y Villa, Defensa, Rivadavia de Lincoln, Ambos Mundos, Independiente, Rivadavia de Junín, Sarmiento y la UNNOBA participan del campeonato femenino de la Liga Juninense que lideran las linqueñas con 16 puntos, escoltadas por Rivadavia y UNNOBA con 13; un poco más abajo, con 11  apuntan las villeritas. Los equipos sub17 y de mayores se reúnen cada fin de semana en un estadio que oficia de sede para la fecha.

Romper estereotipos y pelear contra los mandatos siempre conllevará una reacción, pero cada vez son más las mujeres que se animan a desafiar esos cuestionamientos y a ocupar espacios antes vedados. Jugar al fútbol es empoderamiento: es una apuesta a la libertad y el ejercicio de una autonomía que chicas como Abril ya no están dispuestas a resignar.

Abril tiene sólo once años. Y un sueño gigante con la pelota por delante, que empezó a cumplir.

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