martes 23 de abril de 2024

LOCALES | 11 sep 2018

derechos de exportacion

El campo y su laberinto

La dirigencia agropecuaria terminó reconociendo en cierto modo que fue usada por la alianza Cambiemos para llegar al poder y no hacerla partícipe de los beneficios que siempre se llevaron los sectores más privilegiados.


Por: Semanario

La discapacidad política de la dirigencia agropecuaria se llevó una nueva decepción, esta vez por parte de lo que terminó siendo su socio político: Cambiemos.

En mayor medida, quienes están encargados de representar a las bases terminaron formando parte de un cuadro político que sólo benefició a sus primeras filas y como pasa en estos casos perjudicó a pequeños y medianos productores.

Cada uno de los líderes de la “revuelta de cotillón” que terminó siendo la protesta por la 125, se probaron en algún momento el saco de candidato a algún puestito en la política.

De hecho, allí está Alfredo de Angeli, con su sonrisa radiante como nunca disfrutando de los placeres de la burguesía parlamentaria y lejos, muy lejos de los piquetes ruteros, primero por las pasteras y luego por las medidas anticampo de un gobierno kirchnerista que, junto con un mundo ávido de alimentos, los llenó de dinero hasta 2008 donde la recesión se inició, la burbuja estalló y la premisa fue voltear al grupo liderado por aquel entonces por NéstorK.

A los tumbos, pero aún ganando algunos dinerillos, el campo siguió su curso y más cerca se jugó de lleno a la escalada macrista, que les puso delante la zanahoria que se echó a perder cuando volvieron los derechos de exportación (mal llamadas retenciones).

De modo sui generis, eso sí, ya que son pesos contra dólares, lo cual significaría en idioma Cambiemos, “te lo cobro pero si todo marcha peor se te licúa”, aunque eso significaría aumento de gasoil y…

Todo se envuelve en un gran berenjenal, rociado de deslealtades, amiguismos y la mirada puesta siempre en los mismos exportadores, los de granos, pero ninguneando al resto de las cadenas, que a lo largo y ancho del país padecen el olvido de una gestión que los utilizó de modo vil para terminar repartiendo la torta con los de su cohorte, mientras los chacareros la veían pasar, soportando inundaciones, sequías y lluvias groseras de corto tiempo.

RURALISTAS ENOJADOS

El presidente de la Sociedad Rural de Junín, Joaquín Elosegui, se enojó cuando dijimos desde SEMANARIO que su discurso de hace menos de un mes en la ExpoJunín fue a pedir de boca de Cambiemos y que se notaba la mano política aliancista en su letra.

La semana pasada salieron –despechados- con un comunicado en el que dicen estar “indignados, preocupados y disgustados por las medidas adoptadas recientemente por el Gobierno Nacional”, argumentando que “el campo siempre es el sector más perjudicado” y que sembraron trigo y les cambiaron las condiciones y eso.

¿Acaso no sabían que el gobierno vendía espejos de colores desde diciembre de 2015?

¿Acaso no sufrieron una y otra vez las promesas incumplidas de la intendencia con los caminos descuidados, el aumento en la tasa de red vial y el cuento de las obras hidráulicas pomposa cuando no podía siquiera reparar una alcantarilla?

Asume ahora la Sociedad Rural de Junín que “las retenciones empobrecen al interior; desalientan la producción, el empleo y el comercio”, pero no se dan una vuelta por los cuarteles para ver cómo se están llevando puesto al ambiente, el deterioro de la aptitud agrícola, la desaparición de la gente y con ello la infinidad de taperas fantasmales.

Del mismo modo, la filial local de la Federación Agraria Argentina salió al cruce de las medidas nacionales expresando su máximo rechazo “al nuevo cronograma de retenciones que aplica el gobierno” y descartando que la devaluación aporte ganancias suculentas para los agricultores cerealeros.

Y puntualizaron desde FAA que “con estas medidas volvemos al pasado reciente y siniestro que habíamos creído superado; que castiga al que invierte; arriesga y produce una vez ha sido favorecida la patria financiera; los exportadores y los banqueros”.

Para luego recordar que “el campo argentino soporta la mayor presión tributaria del mundo, desapareciendo lecheros, ganaderos y los pocos criadores de cerdo que quedan”, aunque sin olvidar que todo el arco del gremialismo agrario juninense le estuvo “teniendo la vela” al intendente a la espera que cumpliera con los compromisos que nunca cumplió.

De este modo nos preguntamos si acaso la dirigencia que nuclea a medianos y pequeños productores alguna vez podrá salir del propio laberinto que se construyó en su entorno, entusiasmada con los cantos de sirena que le terminaron generando una dependencia que sólo sirvió para incumplirle a las bases, esos productores que saben que el clima puede traerles buenas o malas nuevas, pero que están convencidos que los gobiernos –casi siempre- pueden ser peores que los desastres meteorológicos.

 

Ahora sí, sale CRA

Muchas veces dijimos que Dardo Chiesa, hoy presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), parecía estar apoltronado en un cómodo sillón, olvidando sus encendidos discursos de barricada de otros tiempos.

Pareciera que tras las nuevas medidas de Cambiemos, ha recuperado la verborragia y en su editorial de la semana dijo cosas como “retenciones para todos, fácil, seguro, recaudatorio y a seguir como se pueda, ningún funcionario dejó de hablar de los estragos que produjo la sequía en la recaudación del Fisco, pero ningún funcionario habló o tomó alguna medida para aquellos productores primarios, que fueron quienes la padecieron, de verdad, los que no recaudaron nada o se fundieron”.

Añadió que “en el 2008, frente a la Resolución 125, salimos a las rutas del país, a decir, que las retenciones debían ser sancionadas por el Congreso de la Nación, que eran regresivas, que castigaban al que más invierte y trabaja, que desalientan producción, que resultaban injustas, que por ese camino, castigábamos al interior profundo, sin embargo solo con mejores modales, hombres que decían integrar un equipo sólido de economistas, nos llevan hoy al mismo destino”.

Sobre el final y con el mismo tenor de decepción, Chiesa expresó que “la incertidumbre nos vuelve a golpear la puerta, ‘es una medida transitoria’, escuchamos decir; que gesto de grandeza, de seguridad y de justicia sería ponerle fecha de vencimiento a esta medida, dar una certeza de finalización, marcar al sector productivo la línea del horizonte donde concluye el esfuerzo, para que la ilusión de transitoriedad se convierta en una meta, y disipe las nubes de la incertidumbre y la incredulidad”.

EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 8 DE SEPTIEMBRE 2018 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA    

 

 

 

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