jueves 25 de abril de 2024

LOCALES | 25 sep 2018

EDITORIAL

Paro en Junín: una protesta histórica

A diferencia de otros tiempos, las bases reclamaron con fuerza y la dirigencia acompañó. En medio de la incertidumbre primó la unión para poner un freno a políticas contra el bienestar de la gente. Quedó en claro que “la salida, es por la plaza”. El intendente Pablo Petrecca fue tildado de “cobarde” por la multitud.


Por: Semanario

El intendente Pablo Petrecca logró lo único “histórico” que jamás imaginó: una concentración mayoritaria frente al municipio para criticarlo a él y sus superiores que gobiernan la Nación y la provincia.

Finalmente, la plaza 25 de Mayo comenzó a tener la presencia de todos, o casi, en medio de la convocatoria y movilización por parte de las organizaciones gremiales.

Lo que comenzó a la mañana como un encuentro de pocos, terminó cerca del mediodía con la voz potente de cientos entonando el himno nacional.

Precisar cuántos eran será para la estadística, lo que importa es el sentimiento de angustia pero al mismo tiempo de esperanza, a la espera de que el gobierno central retome la conducción económica, para enfocarla hacia el bienestar de la gente y no al contrario.

La recorrida de los manifestantes por el centro  permitió entrever que la problemática no alcanza sólo a los que caminaban con pancartas y banderas, sino también a los comerciantes que los miraban y terminaban aplaudiéndolos.

Que nos una el espanto, como parafraseando a Borges, no alcanza tal vez para comprender que tanta indolencia política termine por producir la empatía ciudadana.

El presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal fueron los blancos de las críticas, las cuales sumaron al administrador juninense que, después de ser elegido por la gente, prefirió darles la espalda para correr presuroso a la autofoto con sus jefes. Cada vez que era pronunciado su nombre se batía la rechifla.

El mote de “cobarde” lanzado por uno de los oradores choca con la devaluación sufrida por el jovencito prometedor de chupines y zapatos en punta. Un parangón de lo ocurrido con nuestra moneda y nuestro bienestar desde que su alianza llegó al poder.

Caer en los nombres y apellidos de quienes fueron oradores y sus gremios respectivos puede ser válido en la crónica periodística, pero vano a la hora de explicar el sentimiento.

Y el sentimiento fue de bronca, de impotencia, de frustración y de engaño.

En más o en menos, los gremialistas dijeron lo que sus bases les reclamaban ahí mismo y hasta quizás alguno haya caído en la cuenta de que la cosa es seria, sin rodeos.

Los trabajadores juninenses parecen no querer vivir lo mismo que la generación anterior que en los ‘90 fuera vapuleada por el neoliberalismo, en ese caso menemista.

Hubo una pequeña muestra, pero muestra al fin, que sus discursos son más creíbles que los del jefe comunal y sus superiores y que cuando dicen que “cada semana tomaremos las calles”, hay un compromiso con el pesar de sus bases, inmersos en la incertidumbre.

El horizonte económico no parece tener propuestas superadoras, habrá que ver qué nos deja la alianza entre los trabajadores y sus necesidades.

Lo que quedó claro hoy en Junín, es que la salida es por la plaza.

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