viernes 29 de marzo de 2024

LOCALES | 13 oct 2018

SemanAgro

Lechería en la región: ¿hacer lo mismo para estar igual?

El ministro Leonardo Sarquís vino a Junín sólo a cumplir, pero no satisfizo ni por asomo los reclamos tamberos que son de larga data, gracias a un sistema productivo obsoleto tal como está planteada la cadena de valor. Hace falta implementar nuevas ideas, algo que parece motorizar el senador Bullrich.


Por: Semanario

La reciente visita del ministro de Agroindustria bonaerense Leonardo Sarquís a Junín para reunirse con la mesa de lechería local en la Sociedad Rural dejó un sabor amargo en los productores.

Acompañado del director de Lechería provincial Juan Linari, el ministro pareció por momentos un neófito en la materia, dando muestras de que conoce poco del tema lechero pero menos aún de la coyuntura que atraviesan los productores del sector.

Sin embargo, la dirigencia fue cauta al extremo para no romper lazos con el partido al que al fin y al cabo apoyaron para llegar al poder y que ahora no saben cómo encararlo para que –al menos- implemente algún tipo de política agropecuaria. Algo que no tienen desde su arribo al poder en diciembre de 2015.

Quien pudo mostrar otra faceta tal vez más elaborada en cuanto a “ocuparse de los deberes” fue el senador nacional Esteban Bullrich, quien se manifestó por un cambio de paradigmas en materia de producción rural.

El legislador posee campos -y afectos- en la localidad juninense de Agustina y en forma permanente dialoga con los productores del pueblo, algunos de ellos (cada vez menos) dedicados a la lechería.

El sector lácteo desde hace al menos dos décadas viene atravesado por diferentes dificultades en materia de comercialización. Si bien se han logrado buenas perfomances productivas, la dependencia en materia de venta de la leche hacia industrias y de éstas al sector comercializador, han hecho que el ámbito del ordeñador quede envuelto en un laberinto dificultoso para salir.

El avasallamiento sojero, las crisis sucesivas, la falta de financiación o la excesiva deuda, produjeron innumerables quebrantos que hoy día no cesan y preocupan sobremanera al sector de la alimentación.

De todas formas, será difícil salir en medio de un panorama que da cuenta de tamberos con poca espalda para endeudarse, cada vez menos tierra y costos fijos y de insumos que hacen inviable la ecuación, máxime cuando no son los productores los formadores del precio de la leche sino que deben asistir al abuso de las usinas, cobrando cada vez menos (a valores históricos) por su producto.

INICIATIVA BULLRICH

Apuntalado en el asesoramiento por un ex secretario de Agricultura nacional como el ingeniero agrónomo y genetista Miguel Campos, el senador Bullrich viene apoyando un trabajo en la implementación de microcuencas productivas de distintos rubros.

En el caso de Agustina se está dando forma a un proyecto por el cual podría implementarse una microcuenca lechera con especialización quesera, lo cual generaría valor agregado al producto, un expertise regional, la participación de otros actores, la inclusión de mano de obra e incluso un atractivo turístico de forma permanente y no reducido a una o dos fiestas anuales.

Si bien aún están en los inicios, sería importante lograr un desarrollo semejante en la localidad, que luego podría replicarse favorablemente, con el objetivo de exaltar las características de la ruralidad y recuperar aquellos habitantes que la falta de oportunidades echó a la ruta y debieron buscar nuevos horizontes.

QUÉ SON LAS MICROCUENCAS

En función de lo que vienen trabajando desde la órbita del senador, la definición es de Microcuencas Especializadas de Construcción y Agregado de Valor (MECAV), las cuales se ponen a consideración a partir de la complejidad de factores actuando simultáneamente, lo que requiere la integración del conocimiento para un trabajo multidisciplinario que permita diseñar acciones y procesos integrados acordes a la nueva dinámica económica que nos exige el presente, para que el desarrollo territorial buscado sea verdaderamente sustentable y sirva como agente de cambio hacia un nuevo paradigma.

El trabajo, al que accedió SEMANARIO, indica que “es evidente que en las últimas décadas no se han encontrado las estrategias para detener los procesos migratorios hacia las grandes ciudades, una de las razones principales de la falta de desarrollo local, falta de direccionamiento de acciones hacia el interior, la concentración económica y del estancamiento económico. Un círculo vicioso que es imprescindible desarticular a través de acciones directas para un cambio de paradigma”.

Teniendo en cuenta entonces que “el 70 % de las explotaciones agropecuarias de la provincia de Buenos Aires poseen menos de 100 hectáreas y son inviables en la mayoría de los casos, bajo el sistema productivo actual”, hace que “los propietarios de dichos establecimientos, opten por arrendar sus predios e instalarse en la ciudad de pertenencia”.

Sus hijos, sin embargo, ante la falta de oportunidades eligen, en la mayoría de los casos, las grandes ciudades para probar suerte, acelerando el círculo vicioso.

Aunque también es cierto que en muchos casos existen localidades conocidas por un cierto grado de especialización productiva, sean estas extensivas e intensivas.

El objetivo del proyecto es encontrar aquellas áreas específicas donde Microcuencas de Integración Vertical puedan generar una reversión de ese círculo vicioso, desde el desarrollo local, actuando en forma conjunta con el Ejecutivo provincial.

En el caso de los tambos podría llevarse adelante un proyecto de mediano plazo con una reconversión genética y productiva vía la especialización y posicionamiento diferencial de sus pueblos, dando otro marco de sustentabilidad a su producción lechera como podría ser la producción de quesos, incluso con la incorporación de leche ovina llegada de algún otro establecimiento regional.

Queda por delante ponerse a trabajar para detectar y evaluar las potencialidades de una –o varias- microcuenca en nuestro medio, identificando actores interesados en el armado y gestión del proyecto, estudiar las alternativas de apoyo y financiamiento para su posibilitar implementación y difundir objetivos y resultados para intentar generar un círculo virtuoso de Desarrollo local. Paradójicamente, habría que tratar de no quedarse llorando sobre la leche derramada.

 

Linari: “El Estado debe generar herramientas para que el mercado funcione”

El director provincial de Lechería de la provincia de Buenos Aires, Juan Linari, hace casi 20 años que estudia todas y cada una de las variables del negocio tambero, desde distintas posiciones ya sea como funcionario estatal o como parte de la dirigencia gremial agraria.

“Pasan los años y no nos cansamos de ver situaciones malas de la lechería. Igual sabemos que es una actividad cíclica y con alta volatilidad en todos los países del mundo. Y en la Argentina le hemos agregado durante mucho tiempo condimentos propios de un país inestable en si mismo por lo cual es un cóctel que puede ser explosivo”, sostuvo ante SEMANARIO tras la jornada en la SRJ.

Añadió respecto al tambo que “estamos viviendo hoy un cambio muy brusco de los precios relativos de la economía, principalmente por la devaluación del peso, ajuste de los costos dolarizado que en el tambo implican el 70/80%, sobre todo lo que es la alimentación lo cual le pega fuerte a la actividad”.

Respecto a si la sojizacion los hizo más vulnerables a los tamberos, Linari consideró que “el campo argentino, afortunadamente, ofrece opciones productivas diversas y un planteo inteligente es diversificar su producción. La vieja receta de los abuelos de ‘no poner todos los huevos en la misma canasta’. Lo ideal sería tener un planteo de carne, granos y leche. Algunos lo tienen. Hay gente que ha salvado el tambo subsidiándolo con la soja también”.

Sin embargo, reconoció que “me preocupa el monocultivo pero eso es fruto de las políticas que hemos tenido en la Argentina”.

Consultado acerca de porqué aun no se logró instaurar un precio de referencia para la lechería y si eso fue lo que llevó a la actividad a este punto crucial con productores un tanto indefensos, el funcionario expresó que prefiere “mirar el vaso medio lleno. Creo que por el trabajo que se ha venido haciendo, tenemos en el sector un sistema de información que no tiene precedentes y lo digo con orgullo. Necesitamos aún lograr más transparencia que ese precio, si es por litro que tenga determinadas características. Eso está faltando y hemos pedido a Agroindustria de Nación la conformación de un grupo de trabajo con fortalezas técnicas para ver cómo podemos resolverlo” y añadió que “creo que lo vamos a lograr. Porque el productor necesita tener todas las alternativas posibles para que vea que lo que cobra es fiel reflejo de lo que ocurre en el mercado y no es una distorsión comercial por abuso de posición dominante de algún comprador de leche. El Estado tiene la obligación de generar las herramientas para que el mercado funcione”, concluyó Linari.

 

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