jueves 28 de marzo de 2024

HUMOR POLÍTICO | 27 oct 2018

pagina amarilla

El Reino de Alexia (XVI)


Por: Semanario

Exultante, Alexia tuvo una semana feliz. Bueno, las suyas son siempre felices. Tiene sus motivos. No está casi nunca en su Palacio personal, usa el Palacio Real, ahí no garpa nada,  lo sostienen los de las afueras, o sea, candiles, leñas, pasto para los carruajes y esas cosas… Una vida más barata, al menos sin tantos dolores de cabeza como los demás, que se rompen el mate para ver cómo hacen para que sus acres les rindan aunque sea algo de lo que les rendía antes.

Porque ganan casi lo mismo y todo les cuesta una enormidad más, ya no alcanza con que Amarillo I sostenga que los entiende, sino que precisan que los ayude. El entendimiento no les llena el plato de comida y ninguno es tan gil para seguir comiendo versos. Es que son poco poetas los de las afueras, parece. Pero bueno, así les va la vida.

En estos días, Alexia inauguró una lagunita techada, ‘el Santa Paulexia’ para que los de las afueras puedan chapotear un poco, ahora que viene el verano y, no perdió su tiempo feliz y aprovechó para preparar la jornada para los juglares que llegan al reino.

No es poca cosa, asomar la nariz en medio de la inundación y Alexia será cualquier cosa, pero gil no es. Eso sí que no. Retratos con caritas felices suman mucho luego de los nubarrones de Amarillo, Mariú y los suyos, los propios, que son los peores, porque todavía hay más de uno que espera las explicaciones. Por los gastos de su palacio, por el agua en el reino, por su mirada sesgada, pero ésas (dice él) son opiniones malintencionadas de sus enemigos, los que no lo quieren. ‘El pasado’ lo llama.

Es que ahí está el punto. Los de las afueras sostienen que todo tiempo pasado fue mejor. Que antes paseaban, compraban cosas para sus casitas, se divertían. Y confiaron en los amarillos y sus amarillitos como Alexia porque entre otras cosas les prometieron la ‘revolución de la Alegría’. Y la cosa es que esa revolución salió al revés. O sea para sus reyes, no para ellos.

En una conversación, en la vereda del Palacio, uno de las afueras le dijo al otro: “algunos están mejor; se acabó la fiesta, el despilfarro y seremos un reino normal, la joda hay que pagarla, viejo”.

El más veterano, conocedor de mil batallas en el reino, lo miró, como interrogándolo. En eso sale Alexia, vestido como un duque más que como un rey. Impecable, moderno, sonriente, con tres retratadores a su lado a fogonazo limpio. Un carro limpio, lindo, esperándolo ahí nomás, en su sitio exclusivo (para eso es Rey también) y al verlos a los dos, siguió su paso, y, de reojo, tal vez con desconfianza luego de un episodio reciente donde una de las afueras lo apuró para conversar aunque él prefirió escapar, les dijo: “¿buen día, cómo andan, muchachos, cómo va la vida?”

‘Bien don Alexia’, dijo uno… ¡Qué bien, qué bien!... ¡Como el culo me va, como el culo! Le gritó el otro…

Alexia ya no estaba, su carruaje había partido con los retratadores que seguían mostrándolo lindo, exitoso, sonriente y ganador. Como todos los reyes.

¿Los de las afueras? Ahí quedaron. Uno contando sus penas, el otro esperanzado en su rey, pero con un amigo menos.

PetrEgo

PetrEgo les puso la tapa a más de uno. Bah, la lona. Pudo inaugurar el natatorio del Complejo Santa Paula. Techo, caldera, pintura y demases que lo dejaron re-lindo. Dijo que puso (bueno, pusimos) 3 palitos para su acondicionamiento. Los nenitos, los abuelos, algunos atletas, todos contentos, y no es poca cosa. Gracias por tanto, se viene el monumento. Pasaron tres años, pero ahí está. “A cuidarlo”, dijo. Sí, tiene razón en eso.  Como parece estar todo fantástico, debe ser por eso que PetrEgo se toma estos recreos y decidió acompañar la ‘histórica’ (así la llamaron) jornada del Gran Prix del Litoral, 220 embarcaciones en el club Náutico de la ciudad. Actividad popular si las hay, PetrEgo estuvo presente, y participó de la entrega de trofeos.

Lástima que al final dijo que “seguirán trabajando por un Junín con más deporte y más turismo”. No por el deporte, pero por el turismo, justo lo dijo en un lugar que fue una sombra de lo que fue. Bueno, puede fallar.

Acalladas las visitas de sus jefes, abocados a cuestiones tales como tormentas, vientos, inflación, tarifas, dólar, trabajo, créditos, empleo, o sea más inflación, más tarifas, menos empleo, menos créditos y menos muchas cosas más, PetrEgo dejó los semáforos de lado, se olvidó de pintar sendas peatonales y empezó a ver que al menos alrededor de una pelota, una bici o un bote de goma hay un poco más de gente, y ahí no sale tan solo en las fotos.

En una época de vacas flacas y piojos gordos, el deporte garpa más que los nenitos de jardín. Don Petre ya avisó. Se vendrán fotos de ese lado, parece.

Te contamos todo lo que NO HICIMOS esta semana

- Cortar el yuyal de la pista de Atletismo.

- Defender un vecino, uno solito, cacheteado por las tarifas.

- Inaugurar un semáforo. Pintar sendas peatonales.

- Colocar cartelitos en las calles... arrancamos con toda la furia, es que son tantos que no se nota.

- Reparar algunas veredas de las recién colocadas, adonde llegará el colectivo (Álvarez Rodríguez y Canavesio, por citar un caso).

- Terminar el alcantarillado de la ruta 188, pero lo empezamos (¡Chupala, Semanario!).

- Contar que vamos a hacer con el camino al balneario. ¿Cuándo era que dijimos íbamos a hacerlo? Ah… al final del próximo verano, más cerca de las elecciones.

 

 

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