jueves 25 de abril de 2024

LOCALES | 12 nov 2018

VIOLENCIA DE GÉNERO

Alicia Iacuzzi: “Los feminismos radicalizados, en general, ejercen un efecto contrario”


Por: LUCIANA CAMARERO

Todos los años, desde que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, la Licenciada en  Psicología y Psicoanalista, Alicia Beatriz Iacuzzi, realiza algún tipo de actividad. Este año dictó un seminario (el sábado pasado) sobre violencias hacia las mujeres desde una perspectiva psicoanalítica, sociocultural y legal, en el marco de las actividades programadas por el CEP Filial Junín de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).

El lunes 26 se realizará la misma actividad en el comedor universitario de la UNNOBA con un formato que viene de la Asociación Psicoanalítica Internacional, denominado “Freud´s bar”, donde se brindarán algunos disparadores para que todos participen e intervengan.

En diálogo con SEMANARIO, la profesional a cargo, miembro titular en función didáctica de la Filial Junín de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), ahondó sobre la realidad que se vive en materia de violencia hacia y contra las mujeres, distinguiendo “feminicidio” de “femicidio”.

-¿Cuál es la diferenciación que usted hace entre feminicidio y femicidio?

-Femicidio es cuando se concreta la muerte de la mujer, el asesinato, sería la homologación de homicidio a femicidio.

Feminicidio, en cambio, son los distintos tipos de violencia que no llegan a la muerte de la mujer pero sí a la muerte subjetiva; la anulan y la matan en su subjetividad, en su lugar de mujer. Esta diferenciación la hago porque para mí son cosas distintas porque se juegan dinámicas diferentes en un feminicida que con un femicida. El feminicidio puede, o no, terminar en un femicidio.

Incluso la violencia obstétrica, laboral, todo eso es feminicidio por la condición de ser mujer.

-¿Qué tipos de problemáticas son las más visibles desde su especialidad?

-Lo que se está viendo como problemática muy grave son las endofamiliares, la cuestión de los femicidio de niñas y los femicidios de adolescente que, por lo general, tienen un formato muy particular porque las drogan, las matan y después las colocan en bolsas de residuos y las arrojan en el medio del campo como si fueran una basura más.
Escuchando al autor uno va viendo cuáles son las dinámicas que se ponen en juego en estos sujetos.
También estos fenómenos tienen mucho poder de irradiación, lo que se denomina como “copycat”, el fenómeno de identificación. Más que contagio, sería una identificación inconsciente que hace que se utilice la misma estrategia, por eso hay que tener mucho cuidado cuando se difunden los casos, porque cuando uno da muchos detalles, esta irradiación alecciona.

-El rol del feminismo, entre otros, es difundir y repudiar esos hechos de violencia cotidiana hacia las mujeres…

-Claro, pero los feminismos radicalizados, en general, ejercen un efecto contrario. Cuanto más marcha radicalizada hay, incluso quedan como unas ‘locas’ o ‘brujas’ que andan haciendo escándalo. Yo creo que hay otras formas, no tan radicalizadas, que no ejercen un efecto rebote. Pareciera ser que después de la marcha de Ni Una Menos aparecen no sé cuántos casos más, entonces algo pasa en relación a eso.

Lo que ocurre es que hay un malestar en las mujeres y un malestar en los varones. Los hechos graves acontecen en situaciones donde ha habido un vínculo. Y creo que tenemos que trabajar sobre las construcciones de las feminidades y las masculinidades en el siglo XXI.

-¿Y la justicia cómo actúa en esta problemática?

-Tenemos una ley que está bárbara pero los operadores de la justicia no actúan con la celeridad ni con los instrumentos necesarios porque, por ejemplo, las prohibiciones de acercamientos se violentan todas. No se respetan. Entonces, lo que yo me planteo es qué le pasa al sujeto del siglo XXI con la ley, hay una transgresión permanente. Los botones antipánico tienen su utilidad pero, en general, la mujer no alcanza a accionarlo.

Hay una enorme perversidad en torno a todo esto, incluso en las marchas del Ni Una Menos ha habido señores que han salido con carteles y yo sé que tienen causas abiertas acá.

-Desde el psicoanálisis, ¿qué pasa por la mente de los victimarios en estos casos puntuales?

-En general, los que trabajan con victimarios son de escuelas no tan psicoanalíticas, entonces apuntan más a los aspectos conscientes, que no está mal, pero que es insuficiente. El psicoanálisis tiene la particularidad de ser una disciplina dentro de la psicología que trabaja principalmente con los aspectos inconscientes, entonces no pasa por lo que pase ‘por  la cabeza conscientemente’ sino por las cuestiones inconscientes que se le juegan a cada sujeto.

Son tratamientos más prolongados. En general, dentro de esos aspectos inconscientes se evalúa la concepción de mujer que tienen, cómo ha sido el vínculo con sus madres, nos remontamos a la raíz de la situación y otras circunstancias de vida que ha tenido que atravesar ese sujeto.

-¿Hay algún comportamiento específico similar entre estos sujetos?

-Se ve que tienen la dificultad en el área específica del vínculo con la mujer. En el resto de los aspectos tienen un buen concepto vecinal, en su trabajo también.

-¿Y en los casos dónde no hay vínculo y se comete una violación, seguida o no de femicidio?

-Tiene que ver con la no aceptación del consentimiento del otro. En general tiene que ver con una locura de dominio, que no es una psicosis, con situaciones de un narcisismo muy empobrecido donde necesita, narcisísticamente, poseer algo, en ese caso una víctima, y hacer lo que quiere.

-¿Por qué, en la mayoría de los casos, el buen comportamiento dentro de la cárcel les acorta la pena?

-En eso he luchado mucho. Todos tienen diez en desempeño y de repente la psicóloga dice que no. Pasa que ellos no se consideran delincuentes y los planteos que a mí me hacen son del tipo “no se vaya a confundir, yo no soy delincuente, maté a mi señora nomás”, porque la problemática está ubicada en ésa área. Al ser personas que han funcionado bien en otros aspectos de su vida, en las instituciones saben adaptarse. Pero esto no quiere decir que tengan resuelto el aspecto puntual de la conflictividad que lo llevó al femicidio. Pero si una persona tiene buen desempeño institucional y es un asesino, a mí no me dice nada.

 

 

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