viernes 19 de abril de 2024

LOCALES | 12 nov 2018

INTERNAS RADICALES

Dicen que somos aburridos...

UCR, un partido mayoritario convertido por algunos personajes, en todos los niveles, a una expresión miserable y, sobre todo, aburrida de la política.


Por: Semanario

Una vergüenza. Que Mansur, Cavallo, Itoiz, Gómez Panizza y demás “dinosaurios” de la UCR local festejen un “triunfo”, cuando quedó demostrado en los números que de partido centenario apenas le queda el mote.

Es que por los beneficios personales que obtienen en este tiempo, ya sea a través de contrataciones desde el municipio o cargos públicos, la mayoría de los que integraban y/o apoyaban la Lista N° 1 se dicen radicales, pero son petrequistas/vidalistas/macristas convencidos por las ventajas del oportunismo que les brinda el poder de turno. ¿El partido? Bien, gracias.

Menudo disgusto se llevaría algún histórico si regresara de las tumbas para ver esta paparrucha que tuvo lugar el domingo 28, con ¡tres! listas para que eligieran los escasos 750 afiliados (sobre alrededor de 4500 empadronados) que decidieron brindarle 5 minutos de su día de descanso para ir a las urnas, en el Comité de calle Belgrano.

Ninguno de los que ganara podía salir golpéandose el pecho, aunque Mansur no tuvo temor de caer en el ridículo. ¿Tanto entusiasmo por haber triunfado en base al apoyo central del aparato municipal, dado que a Petrecca le convenía su triunfo?

En realidad, lo llamativo fue que PP apenas brindara a través de un tuit, cuando debe haber sido el más exaltado festejando: había logrado derrotar al tándem Mario Meoni (ex Intendente, hoy massista) y Roberto Costa (senador de Cambiemos, esposo de Malena Baro). Al parecer, esta conjunción no aceitó sus pasos en forma adecuada, no se decidió a realizar los aportes necesarios y encima, habían elegido un candidato que no es del todo dócil: Martín Agosti.

La dama del grupete, la otra candidata, Verónica Borsani, se sumó en el tramo final y a pesar de su discurso coherente, dictado casi en el oído por el ex diputado Julio Ginzo, quedó en el cómodo tercer lugar, con poco más de 100 adhesiones en las urnas.

EL FUTURO

Para la casa de Belgrano 20 todo seguirá igual en los próximos dos años. No habrá convocatorias masivas, las puertas estarán por lo general cerradas y no se citará a funcionarios locales para brindar explicaciones o para acercarles proyectos.

A nivel personal, los triunfadores se habrán convencido que son infalibles, que la gente los reconoce y los quiere, y seguirán por el mismo camino de reuniones reducidas en la mesa chica de Cambiemos, convencidos de ser los portavoces legítimos de los miles de radicales de la ciudad, los que fueron y los que no, a votar.

Y para el partido en general, continuará el proceso de deterioro y desaparición que viene observándose desde hace décadas. No más encabezar una lista ganadora como las que ponía Abel Miguel a consideración de la ciudadanía, sino conformándose con ser el furgón de cola de Cambiemos y peleando por algún puestito perdido en el Concejo o en el municipio.

Mientras, después de intentar meter la cola, Meoni y Costa seguirán con sus tramas personales en este tiempo de descuento hacia las elecciones 2019.

Y la gente seguirá igual, viendo cómo el partido histórico de Illia, Yrigoyen y Alem, los sueños de Alfonsín y la magia de Lebensohn se van diluyendo en dirigentes acoplados a un frente, donde todo asienten y continuarán con la moda del “sípablismo”.

Un punto que nadie analizó: que hayan sido 700 los que fueron a votar (sacando los integrantes de cada lista y los comprometidos), habrán resultado alrededor de 500 vecinos que concurrieron en forma genuina, creyendo, de corazón, a elegir autoridades del radicalismo local. Un partido mayoritario convertido por algunos personajes, en todos los niveles, a una expresión miserable y, sobre todo, aburrida de la política.

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