jueves 18 de abril de 2024

CULTURA | 5 ene 2019

ACROBACIA Y CIRCO CONTEMPORÁNEO EN JUNIN

Una modalidad que tomó “Alto Vuelo”

El circo contemporáneo combina las artes circenses tradicionales con técnicas teatrales para transmitir una historia o tema. Incluye acrobacia, malabares, trapecio, tela aérea, música y otros elementos. Charlamos con Silvina “Pitu” Barroso, profesora y fundadora de “Alto Vuelo”.


Por: Luciana Camarero

Nacida en Junín, proveniente de una familia muy tradicional, y criada por sus abuelos maternos, a los 18 años Silvina “Pitu” Barroso se fue a estudiar Relaciones Públicas a Capital Federal. Pero mientras cursaba la carrera descubrió el “mundo” del circo tradicional, que la motivó mucho más porque desde sus tres años estuvo abocada a la danza.  

El circo contemporáneo combina las artes circenses tradicionales con técnicas teatrales para transmitir una historia o tema. Incluye acrobacia, malabares, trapecio, tela aérea, música y otros elementos. 

Meses antes de recibirse le dijo a su familia que el título que iba a obtener era bien distinto al esperado por el círculo íntimo. “Cuando llegó el momento, ya venía de visita a Junín y estaba muy emancipada porque no dependía de mi familia para nada. Y poco antes de recibirme les comenté que había dejado la carrera de Relaciones Públicas y que había hecho las carreras de Circo y de Danzas. Lo primero que me dijeron es que si me hacía feliz estaba todo bien, pero que iba a pasar hambre. Esas palabras me shockearon”, inició Pitu, profesora y fundadora de “Alto Vuelo”, su relato frente a SEMANARIO.

Esos dichos, de alguna manera, marcaron un antes y un después, y sirvieron para que Silvina tome impulso y vuele cada vez más alto.

La pasión y el amor por lo que ella sentía (y siente) se vieron plasmados en su constante profesionalización. Tal es así que también se especializó en circo aéreo contemporáneo en Rosario.

Profesora de danzas árabes, de acrobacia de piso, de artes en danza, son algunas -entre tantas otras- modalidades que suman al currículum de la profesional.

-¿Cómo y cuándo surge “Alto Vuelo”?

-Alto Vuelo surge un poco queriendo y otro poco sin querer. Todavía estaba viviendo en Rosario, venía acá a Junín a visitar a mi familia y amigos. El tiempo que me quedaba acá, busqué un lugar para entrenar y cómo no existía en Junín la acrobacia aérea, hablé con una profesora de danzas y le alquilé un par de horas en un estudio y puse mi tela para entrenar. Mis amigos empezaron a ir, a cebar mates, a compartir el tiempo y se empezaron a interesar por la actividad y de repente me encontré dando clases cada 15 días. Cuando me di cuenta tenía como cincuenta alumnos y decidí venirme a vivir a Junín y abrir el espacio.

-¿Cómo fue planeado?

-La vida me fue llevando, no fue tan planeado. Sí se buscó que siguiera una línea de circo contemporáneo, que no tiene que ver con el circo tradicional. En principio se optó por todo lo aéreo, después se fueron sumando algunas cosas. Pero la base de la escuela es compartir y pasar un buen momento, y en eso nos basamos. La técnica viene como complemento cuando uno la pasa bien.

-¿Qué desafíos tuviste en principio?

-El desafío más grande fue hacer la técnica conocida porque acá no existía nada que fuese acrobático y mucho menos circense. Fue difícil hacer conocida la actividad, recuerdo cuando me preguntaban qué hacía, yo decía que hacía telas, y pensaban que cocía, que era costurera. Eso fue muy gracioso. Costó mucho también que la gente confiara y que entendiera que es una disciplina compleja como cualquier otra danza.

-¿Cómo fue el primer acercamiento de los alumnos?

-Tiene que ver con que primero se acercaron los amigos, los conocidos y con el boca en boca fue teniendo otra reputación y la gente fue llegando. Pero nació como algo más familiar, no es que se abrió la escuela de cero para gente que no conocíamos.

-¿Qué es lo que más te importa dejarle a tus alumnos?

-Independientemente de la técnica, lo que más me importa es tocar los corazones de las personas que van y lo que más me interesa es que sepan que todos podemos lograr los propósitos que nos pongamos. Nos lleva distintos tiempos porque somos seres humanos complejos y todos diferentes, por suerte, y lo importante es que sepan que sí se puede, que cuesta esfuerzo pero ahí estamos para superarnos día a día. Que se lleven una experiencia agradable, contención, abrazos y afecto. Si hay algo que pretendo es que se pueda entender que a pesar de nuestras propias limitaciones que nosotros mismos nos imponemos, se puede avanzar, crecer en cualquier disciplina.

-¿Qué significa "Alto vuelo" para vos?

-Para mí es sinónimo de libertad, poder desplegar las alas, poder entender que aunque vivamos en un sistema, del cual no estoy muy de acuerdo y es una lucha larga y continua, tratar de no entrar demasiado aunque se necesite para subsistir. Volar alto para mí es eso, es sinónimo de pasión, de esfuerzo pero desde la alegría y la diversión. Todos podemos volar alto.

-¿Quién estuvo y está con vos en este proyecto?

-Es un proyecto que en los inicios encaré sola y después con el paso del tiempo, una de mis alumnas que se enganchó tanto y terminó siendo mi amiga y hermana del alma. Con ella lo compartí y siguió un tiempo conmigo, y bueno, ahora hay como un séquito de gente copada que trabaja para Alto. Pero en sí es un proyecto individual.

-¿Qué clases se dan?

-Acrobacia aérea de un montón de elementos como por ejemplo lira, trapecio fijo, danza aérea en arnés, cuerda indiana y cintas, acrobacia de piso que involucra acrodúo, acroyoga, elongación, y todas las técnicas que tienen que ver para la preparación corporal y las disciplinas.

 

 

 

 

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