jueves 25 de abril de 2024

LOCALES | 13 ene 2019

MIRADA EXTREMA

Seguridad Junín: marketing, y del barato

A falta de buenas y contundentes noticias, la seguridad opera con marketing, como pasa en general con el gobierno amarillista de Pablo Petrecca. El papel del flamante Director General de Seguridad Luis Chami.


Por: Semanario

Un peligroso vendedor ambulante de medias y broches. Un tipo que cultiva una plantita prohibida en su patio. Dos menores que se roban una gorrita en un negocio. Otro que tenía pedido de captura, vaya a saber por qué. Y cientos y cientos de terribles infractores que, con un desvencijada motito, la usan para llevar a la casa lo poco que van a comer los chicos ese día… pero se la sacan porque le falta algún papelito. Y todo esto, en operativos ‘cazabobos’ en los que paran a custodiar serios policías de ¿Swat? que son más petisos que sus armas.

Así está la seguridad en Junín. Con el menudeo, justo ese que parece ser el único que se “combate”. Por la cara, pasan a diario decenas de señores que tal vez sean traficantes de drogas, que no pagan impuestos por los vehículos de lujo que tienen, que operan entre las sombras para derrumbar gente, que tienen empleados que roban para “la corona”… esos pasan y siguen de largo.

A falta de buenas y contundentes noticias, la seguridad opera con marketing, como pasa en general con el gobierno amarillista de Pablo Petrecca que ignora que en sus tres años de gestión no dio soluciones a la gente que vive en calles de tierra, pero hace partícipes a los vecinos para elegir el ploteado de los futuros colectivos urbanos.

Bueno así… a diario llegan cientos de fotos de controles de tránsito (jamás una multa a alguno que pase en rojo o estacione en doble fila en el centro), o las espaldas de marginales que intentan ganarse la vida vendiendo casa por casa o que protagonizaron una gresca en su propia casa o cualquier otro “delito” muy menor. Con eso, en cantidad, parece que la policía trabajara y la seguridad a cargo del municipio funcionara.

La otra opción es montar operativos cada vez que alguien quiere protestar frente al palacio municipal. Escudos, pistolones, gorras y muchos, pero muchos efectivos, cuidan las espaldas del señor Intendente, aunque sean los mismos empleados municipales los que se hayan juntado en la esquina.

O sino los mandan a impedir el ingreso de ciudadanos a lo que debería ser una sesión pública del Concejo Deliberante. Porque tienen miedo que la gente se rebele contra un grotesco aumento de tasas municipales, que cobran por contraprestaciones que no brindan.

En los partes diarios sobre la labor policial, comandada por el flamante Director General de Seguridad, Luis Chami, a veces se difunden robos calificados y otros delitos fuertes recién cuando el supuesto autor fue atrapado. Digamos que se esclarecen hechos que jamás habían sucedido. Pero se ve que les parece que queda lindo.

MENOS ES MÁS

Lo que sucede es que Chami ignora que a veces “menos es más”. ¿Qué significa? Que los vecinos verían con más agrado que se pusiera énfasis en la prevención, en la investigación, en el movimiento policial sobre otros vecinos, muy bien identificados por todos, y no se esperara detenerlos una vez que volvieron a perjudicar a alguien. Para meterlos un rato, sacarle la foto y soltar nuevamente.

En la batalla del pobre contra el pobre ya nadie quiere sumarse. La gente se fue avivando de la maniobra y no se siente más segura porque metieron preso y le quitaron las medias que traía un hombre para ganarse el pan. No sólo le impidieron vender, hasta le arrebataron la mercadería y lo dejaron en ruinas. ¿A quién podría poner contento esta situación y sumarle un voto al jefe máximo de la ciudad en su intento de reelección?

Los escruches en las casas continúan, hay arrebatos en la vía pública con muchas mujeres golpeadas, robos hasta en la archicustodiada zona céntrica, un negocio paralelo de motos robadas –esas que desaparecen de a varias por día-, y mucho temor en el vecino común, que por la noche y las madrugadas se encomienda a su dios antes de salir de su casa, porque patrulleros seguro no se cruza.

El marketing sirve. Sólo cuando no contradice de cuajo a la realidad, esa con la que se golpea cada juninense cada día cuando va a trabajar y no sabe qué puede pasarle a él ni a las pertenencias que deja en su casa.

Y por más que Luis Chami se empeñe en ‘disfrazar’ a través de certeros contactos con flamantes locutores en jefe, se olvida que las redes sociales dejan al descubierto cada uno de los hechos que tienen lugar en la ciudad. Y que boca a boca es más fuerte. Esto sumado a la sensación de desprotección y falta de seriedad a la hora de perseguir delincuentes que cada vecino experimenta.

Cuando el golpe al narcotráfico sea un poco más que un propietario de una planta de marihuana, cuando el ladrón detenido sea alguien más importante que un ‘ratero’, cuando se disuelvan los negocios paralelos al delito que en Junín la mayoría identifica con nombres y lugares… por ahí sí, los juninenses empiecen a creer que algo se está haciendo. Mientras tanto, sólo se trata de marketing, y del barato.

EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 12 DE ENERO 2019 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA  
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