sábado 20 de abril de 2024

LOCALES | 17 ene 2019

SEMANAGRO

Mirando al cielo por las dudas

El clima está raro, el calor tardó en llegar, hubo heladas tardías, granizo y algunos huecos de escasa humedad. Ahora vienen las lluvias, al parecer bastante generosas. ¿Alcanzan o sobran?


Por: Redacción Semanario de Junín

A las abundantes lluvias registradas durante fines de 2018 y la primera semana de 2019, se le suma un importante caudal acontecido esta semana que termina.

Las predicciones se hicieron realidad. Ya por septiembre 2018, algunos meteorólogos indicaban que en los meses de diciembre, enero y febrero, ocurrirían lluvias por encima de lo normal, en buena parte del país.

Esto ya está haciéndose costumbre.

No se trata de algunos nubarrones grises que se juntan y dan inicio a, primero una llovizna y luego algo más fuerte con gotas grandes y continuas.

Desde hace algún tiempo las tormentas llegan mostrando un fuerte poderío. Cielo negro, vientos fuertes, granizo y precipitado en muchos casos “a balde”, casi un calco de las que veíamos como algo lejano en lugares bastante más tropicales que nuestro propio ámbito pampeano.

Ante cada fenómeno terminamos leyendo en las noticias que, tal o cual pueblo, resultó víctima del meteoro, que generó daños -por lo general- en infraestructura.

Sin dudas el cambio climático no es un slogan, sino que se trata de una verdad demostrada a través de las experiencias cotidianas.

Incluso el “asfaltado” de las planicies que generó el sistema agrícola actual con permanente barbecho químico, sin pasturas y un desmonte permanente, ayuda a que este cambio termine siendo todavía más dañino.

LO QUE VA Y LO QUE VIENE

Según los datos recogidos por el sitio Meteored, haciendo un balance de lo sucedido durante el mes de diciembre de 2018 y la primera semana de 2019, se puede ver que ya se han superado ampliamente los valores promedio, llegando a duplicarlos o triplicarlos en sectores puntuales.

Uno de los casos más relevantes es el que se registra sobre el norte de Santa Fe, especialmente en el departamento de 9 de Julio, donde los acumulados en los últimos 40 días se remontan a más de 600mm y con un plus que se dio en las últimas 48 horas con más de 130mm, según informes de Defensa Civil de Santa Fe.

Esta situación dejó zonas rurales totalmente inundadas y localidades absolutamente aisladas, ya que los caminos quedaron inundados o destruidos por las lluvias.

Pero no sólo fue la provincia de Santa Fe la más golpeada por las importantes precipitaciones, sino también sectores de Corrientes, norte de Entre Ríos y en algunos casos, la porción sur de Santiago del Estero, donde también se observaron registros pluviométricos extremadamente importantes.

La combinación de las elevadas marcas térmicas, el importante contenido de humedad y la presencia de un sistema frontal estacionario sobre la región del Litoral argentino, generan el constante desarrollo de lluvias y tormentas de variada intensidad, que dejarían un acumulado muy importante.

Esto se suma a la delicada situación que ya está viviendo ese sector del país.

Abundantes lluvias en el centro y el NOA sobre la porción central, especialmente en la provincia de Buenos Aires, La Pampa, sur de Santa Fe y sur de Córdoba también se prevén lluvias y tormentas, que si se las compara con lo esperado para la región del Litoral serán de menor intensidad, pero no dejan de ser muy significativas, especialmente sobre el noroeste de Buenos Aires, donde se podrían registrar algunas tormentas fuertes.

Por otro parte, se destacan las tormentas esperadas para la región de NOA, especialmente sobre las provincias de Tucumán y Salta, donde se espera que se registren tormentas de variada intensidad, típicas de la época del año, pero con una gran recurrencia y con eventos fuertes a muy fuertes, lo que también dejará un saldo acumulado muy importante.

 

NIÑO SI, NIÑO NO

Mirar al cielo se torna entonces como una búsqueda de información, pero además como una plegaria para tratar de salvar el negocio.

No sólo los chacareros y arrendatarios miran al cielo, también lo hace el gobierno, ávido de divisas e infaltable socio en las ganancias con el productor.

Mientras, sigue demorándose el "nacimiento" oficial del esperado evento Niño. Los principales centros de monitoreo y pronóstico de este fenómeno acoplado entre el océano y la atmósfera son reacios a declararlo de manera oficial, dado que si bien las anomalías de temperatura del mar tanto a nivel superficial como a nivel subsuperficial son más cálidas que lo normal y cumplen los criterios, desde el aspecto estrictamente atmosférico no se está observando la respuesta esperada en la circulación y en los patrones de convección a lo largo de la línea del ecuador.

La perspectiva con respecto a este fenómeno no cambia.

El Niño será un Niño más que tardío pero será. Al menos así lo indican las probabilidades de ocurrencia que a esta altura ascienden por encima del 95% durante este comienzo de año, estableciéndose inicialmente con intensidad débil y alcanzando ocasionalmente intensidad moderada, para luego mantenerse durante el otoño con una probabilidad cercana al 70%.

El fenómeno no fue declarado oficialmente, pero el cambio rotundo de condiciones que hubo en los últimos meses de 2018 en la región central de Argentina hace sospechar de su culpabilidad, al menos en parte.

Tras un año en buena medida muy seco en provincias centrales como Córdoba y Santa Fe, desde noviembre han aumentado considerablemente los eventos de precipitaciones, en muchos casos presentando características fuertes o severas con importantes granizadas o ráfagas.

Los resultados apuntan a una probabilidad superior al 80% de la ocurrencia de este fenómeno en el trimestre enero-febrero-marzo 2019.

 

DATOS INDISPENSABLES

Seguramente, El Niño dará que hablar en las próximas semanas, así que compartimos algunos de los datos indispensables para comprender el fenómeno y sus impactos globales y locales.

En condiciones normales, en el Océano Pacífico -esa enorme pileta de agua que en el ecuador ocupa unos 19 mil kilómetros de costa a costa-, el agua más caliente alcanza los 28 grados y se encuentra del lado Oeste, es decir en las costas del Sudeste de Asia y Norte de Australia. Esta porción cálida del océano es conocida como  “pileta de agua caliente del Pacífico Oeste”.

Semejante cantidad de agua caliente funciona como una hornalla que libera energía a la atmósfera en forma de calor. Este calor  favorece la convección, por lo que, en condiciones normales, esta zona se caracteriza por ascenso del aire, baja presión, formación de nubes y precipitaciones. Hacia la costa de Sudamérica (Pacífico Este), en condiciones normales, el aire desciende, inhibiendo la formación de nubosidad. Como vemos en la figura, la circulación del viento ocurre en sentido horario, y se la conoce como Celda de Walker.

Sin embargo, algunos años el calentamiento del agua se produce sobre la zona central y este del Pacífico y alcanza la costa de Perú. Es decir que se expande y se desplaza. Cuando este calentamiento anómalo iguala o supera los 0,5 grados centígrados durante cinco meses consecutivos o más, se considera oficialmente que estamos en presencia de un fenómeno de El Niño.

En la porción occidental (Australia) se ven favorecidos los vientos del Oeste, lo cual -combinado con que los alisios (vientos del Este) ya no tienen la fuerza necesaria como para seguir avanzando- hace que la convección se vea favorecida en el Pacífico Central.

El nombre “El Niño” se refiere a lo que ocurre en el agua. El nombre completo del fenómeno es “El Niño Oscilación del Sur”, o ENSO, por sus siglas en inglés. Esas dos últimas letras –S y O- remiten a lo que pasa ya no en el agua, sino en la atmósfera. Vale decir, la “Oscilación del Sur” se refiere a los cambios de presión que se dan entre las porciones oeste y este de la cuenca. O sea que ENSO se refiere a la manera en que interactúan el océano y la atmósfera.

Cuando hay un Niño, la diferencia de temperatura del agua entre la porción oeste (Australia) y este (América) del Pacífico disminuye, y hasta en algunos casos se invierte. Esto genera que también varíen las presiones y que por lo tanto, los vientos del Este, que generalmente prevalecen sobre el Pacífico, se debiliten.

En las latitudes medias del Hemisferio Sur continuamente se desarrollan ciclones y anticiclones que se desplazan de oeste a este, incidiendo en las condiciones de temperatura y lluvias. “El Niño” altera la trayectoria de estos sistemas meteorológicos.

Para entenderlo mejor, podemos imaginar que ellos están embebidos en un río que fluye de Oeste a Este.

Pero “El Niño” favorece que en el Ecuador se libere gran cantidad de energía a la atmósfera, lo que altera la presión fuera de esa zona, y esto a su vez modifica las trayectorias de los ciclones y anticiclones. Uno de los resultados de estas condiciones es una mayor frecuencia de eventos de lluvia en algunas regiones de Argentina.

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