Por: Semanario

La realidad enfrenta sin piedad las palabras de funcionarios. En los últimos días, vecinos de varios barrios de la ciudad se están quejando por falta de suministro de agua potable en sus viviendas. Además, deben soportar cortes extensos en la energía eléctrica o bajas de tensión, que ponen en peligro los electrodomésticos en funcionamiento.

Este es el panorama que presenta la ciudad, en medio de una ola de calor que llevó la sensación térmica a trepar hasta los 45°. Difícil seguir las indicaciones que hasta el propio Intendente ofreció a través de las redes sociales, para evitar golpes de calor: sin luz y sin agua, la salud de la gente está en riesgo.

EL AGUA

La baja presión en la red de agua potable, en los tiempos lejanos en que los vecinos se quejaban por tener que cargar baldes y lavar ropa en horas de la madrugada, quedaron atrás.

Ahora directamente hay barrios enteros sin el servicio, que este año sufrió un 45% de aumento, según el proyecto de presupuesto que elaboró el gobierno municipal y convalidó el Concejo Deliberante.

Hace unos días, el director de Obras Sanitarias, el músico Guido Covini, había dicho que el año pasado “hemos realizado obras por toda la ciudad que nos permitieron llegar a más de 10.000 nuevos usuarios”.

El número causó hilaridad entre los sabedores de los servicios que se prestan en la ciudad: en un año, casi el 10% de la población se sumó a las redes de agua potable y cloacas. No obstante, desde hace años se venía repitiendo que más del 90% de la población estaba incluido: o ahora todo Junín está cubierto, o las estadísticas anteriores eran mentirosas, o a Covini se le infló la calculadora.

Más allá de esto, la realidad hoy indica que en los días de mayor demanda por las altísimas temperaturas, Obras Sanitarias Municipales no puede garantizar el servicio a todos los barrios. De hecho, no se ha informado sobre estos “cortes” ni tampoco se ha dado fecha estimativa sobre la restauración.

“Quisiera pensar los políticos que apoyaron el aumento de las tasas están recorriendo los barrios, ofreciendo al menos el agua que nos falta desde hace días, ni quiero pensar en aquellos que además no tienen luz”, expresó una vecina en las redes sociales.

Están también otros que ofrecen sus casas para que aquellos que no cuentan con el servicio, puedan ir a servirse baldes de agua para llevarse.

Desde el municipio, ni información ni ayuda.

LA LUZ

Por otra parte, lo de EDEN es habitual. Ya se sabe que por más que prometan millonarias inversiones, en realidad el suministro eléctrico en Junín es espantoso. Cortes de luz, bajas en la tensión y un teléfono que no responden, son características comunes.

Solo el gerente Biancosino sabrá en qué se gastaron 60 millones de pesos, si es que se hicieron obras, como anunció a mediados del año pasado en rimbombantes declaraciones que replican con disciplina los medios periodísticos amigos. Si, los mismos que anuncian cortes de luz como si fueran noticias y jamás hablan de falencias.

En una seguidilla de días agobiantes, muchos hogares no cuentan siquiera con la posibilidad de prender un ventilador para sobrellevar una temperatura arrasadora. No anda la heladera para consumir algo frío y ni siquiera prende el televisor para entretenerse.

No obstante, se pagan tarifas como si estuviéramos en el primer mundo. Con un más del 1000% de aumento desde que empezó el gobierno de Cambiemos. Y ahora, ya anunciado, otro incremento escalonado de alrededor del 40%, en otro golpazo para el bolsillo ya desarmado de los trabajadores que soportó tantos tarifazos y un casi 50% de inflación durante el 2018.

SILENCIO ATROZ

Mientras hay juninenses que la están pasando realmente mal, el intendente continúa con sus mensajes vía Twitter o Facebook, anunciando la aparición de una jovencita que había desaparecido –como si la hubiese encontrado él- o promocionando el nuevo Parque Central (que empezó siendo Lineal) de Jean Jaures para que las quinceañeras se saquen fotos, feliz por las luces Led que le instaló.

Los fervientes fieles de Petrecca, mientras, envían una gacetilla de prensa para vanagloriarse del relleno sanitario (ese que motivó la creación de una nueva tasa que pagan los vecinos) y volver a enfrentar a representantes de gobiernos pasados. Ni una palabra sobre por qué hay barrios sin agua.

Tampoco se escucharon voces de los dirigentes opositores, ya enmarañados buscando un lugar en las listas de octubre.

En el medio de esta incapacidad para ver y solucionar problemas de los vecinos, transcurre un enero que en estos días arde. Para algunos, es más ardiente que otros porque carecen de luz y de agua. Y de eso, no se habla.