jueves 25 de abril de 2024

HUMOR POLÍTICO | 31 ene 2019

pagina amarilla en vacaciones

El Reino de Alexia

Alexia, que puede ser cualquier cosa pero no boludo, sabe que el tiempo pasa, y que si la cosa no cambia rápido, sus sueños de reinado eterno se alejan cada día un poco más.


Por: Semanario

Enero es mes de vacaciones. Debe ser por eso que Amarillo I, el Rey ojitos de cielo se las tomó otra vez. Anduvo viendo pingüinos, ballenas y cosas así. Bah, el se las toma cada dos por tres. Cada vez que explota algo o el agua tapa algo, se las toma.

Alexia, soldado de… para no ser menos, hizo lo mismo. Manoteó el patito, las ojotas, el taparrabos, la corona y arrancó. Un misterio su viaje. Ni los retratadores lo acompañaron. Desde Palacio aseguraron que es mentira de los pseudo-retratadores del reino. Que no se fue a ningún lado. Uno de las afueras, que escuchó ese comentario, dijo: “Si se fue o no, es lo mismo. Si cuando está es como si no estuviera”.

“Acá, el horno no está para bollos”, agregó una viejita de las afueras. “Mire m’ijo. Este rey ya mostró la hilacha y para muestra basta un botón. Hay que estar atentos, porque en épocas que quieren que los quieran, los reyes son todos lindos, buenos y nos prometen el oro y el moro; fíjese, nos subió los tributos a más no poder y ni siquiera los candiles de las calles cambió”.

Es que enero es tiempo de calma en el reino de Alexia, aunque el reino arda. Enero es paz, solaz en las lagunas del reino y cosas así. Los sialexistas dicen que Alexia precisaba un descanso. Que los de las afueras se le quejan por todo y que lo tienen medio podrido. Algo así. Que no lo dejan disfrutar de su palacio, su tina y su María Victoria. Y que por eso se tomó el palo. Para recargar las pilas, y gastar sin ser visto, ahora que está en la mira de todos.

Claro, el asunto es que el reino es un desbole. No hay acres, trabajo menos, soluciones tampoco y encima sobran aumentos de todo tipo y todo lo demás. Ése es el panorama. No es que los de las afueras se quejan de quejosos. Los fulanos tienen sus motivos para estar a las puteadas limpias.

Por eso, aunque Alexia no diga nada, el bardo es grande. Es que todo lo lindo y maravilloso del cambio prometido de Amarillo parece eran apenas unas lindas ideas que la inmensa mayoría de las afueras ‘compró’ y nada más. Alexia, que puede ser cualquier cosa, pero no boludo, sabe que el tiempo pasa, y que si la cosa no cambia rápido, sus sueños de reinado eterno, se alejan cada día un poco más.

Encima, con el nuevo año, llegaron nuevas estadísticas. Que dicen que ahora dicen la verdad. Más malas noticias.

El kilo de harina pasó a costar 30 acres; hace un año estaba a 11. Subió el 172%. El arroz blanco pasó de 22 a 38 pesos (subió el 77%); el aceite de girasol de 1,5 litros subió de 55 a 98 pesos (78 %) y el sachet de leche, de 22,80 a 33,50 pesos (47%). Amarillo I quitó las ayudas del reino a los servicios públicos, con lo cual alimentó directamente el alza de precios; los tributos de gas y candiles se tornaron impagables. Tal vez para ‘dar un gesto’, Alexia anunció que ‘se ocupará de ello’ o algo parecido, y anunció un programa de precios ‘cuidados locales’.

¿Amarillo, Mariú y Alexia? Siguen con la misma cantinela. Que es la tormenta, que todo va a cambiar y el arribo a la tierra prometida va a llegar. Y bla, bla, bla. Y más bla. “Si voy a confiar que éste me va a cuidar, estoy muerto”, dijo uno de las afueras, mientras sacaba el carro del barro de tres días atrás.

En eso estaba, cuando levantó la vista y lo vio: bronceado, relajado, con un short floreado a la moda ajustado, sombrero de paja de ala ancha y anteojos oscuros. Pasó orondo, sonriente. Un winner el tipo.

El de las afueras no dijo nada, pero se dio cuenta aquello que su mujer le dice a cada rato: “Entre el rey y tu vida, hay un mundo de distancia, a ver si lo entendés algún día”.

PetrEgo

Mientras en Junín se reunieron para ‘solucionar’ el tema de tránsito, sólo en la céntrica Sáenz Peña  cerraron once comercios. PetrEgo hizo culto de la teoría del tero, anunció con bombos  y platillos un poco creíble programa de precios cuidados locales (¿El programa nacional no funka?) y se hizo bien el gil al clavar la suba de las tasas en el 43%.

El barco empezó a escorar por el temporal y algunos capitanes piensan que es hora de salir a ponerle el pecho al ventarrón. Y sí, muchachos, es hora. Lástima que por ahora siguen las acusaciones de culpas cruzadas, mientras ninguno dice cómo tapar los agujeros en la nave.

Lo de la tormenta fue una linda palabra de ocasión que el jefe ojitos de cielo usó en su momento pero que se volvió un boomerang. Ahora, ya cae mal. Pésimo. Ni que decir a PetrEgo. Caen cuatro gotas y los barrios estallan. Pozos, calles anegadas, autos encajados, alumbrado público sin luz y un sinnúmero de inconvenientes  más. Mucho descontento popular. Claro que el problema no es la tormenta, sino su inacción, porque tormentas hubo siempre, pero a PetrEgo le escasean las soluciones.

Por eso, la mano no viene bien. Y como cada vez que ocurre, el mago apela al viejo truco. ‘La autopista sigue adelante y nuestra vida cambiará”. ¿Qué pensará este muchacho? ¿Qué llegaremos a la casa de gobierno en poco tiempo, para ir a reclamarle al gobierno en persona todos los sinsabores que la gestión amarilla nos ha dejado?

Encima, justo ahora se le ocurrió a don Mauri desempolvar el decreto para la extinción de dominio con la "convicción de este gobierno  justo y transparente". Don Presi, recuerde que habilitaron por decreto y a escondidas del congreso el blanqueo de guita negra para familiares de los funcionarios.
“Che, con esto de la extinción de dominio… ¿otra vez sale lo de mi casa?”, se le escuchó decir a PetrEgo.

Debe ser por eso que se rajó de vacaciones.

 

 

 

 

 

 

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