jueves 28 de marzo de 2024

CULTURA | 14 mar 2019

MUJERES DEL ARTE

Pilar Leva y su anhelo por tener un disco con canciones propias

Un repaso por su pasado, no muy lejano, donde de niña siempre supo -gracias al apoyo e impulso de su familia- que su pasión era la música y el arte.


Por: Luciana Camarero

Talentosa, humilde, sencilla y fiel a lo que hace definen, en parte, a Pilar Leva, una artista juninense que con apenas 17 años supo deleitarnos, en estos últimos años, con su notable y preciosa voz.

Influenciada por artistas y bandas reconocidas del rock nacional como Charly García, Luis Alberto Spinetta, Divididos, Eruca Sativa, pero también por virtuosos del mundo under e indie como El mató a un policía motorizado, Usted Señalemelo, Bandalos chinos, Perota Chingó, entre otros, la joven sabe lo que quiere.

“Cuando me preguntan cuál es mi banda preferida entro en una laguna existencial”, precisó Pilar Leva en diálogo con SEMANARIO.

Otro rasgo característico de la adolescente es su espontaneidad para resolver inconvenientes o imprevistos que pueden surgir arriba del escenario: se muestra tal cual es, se ríe de sí misma y continúa con una frescura única.

Pese a su corta edad, Pili planea y proyecta su futuro, su pasión la invita a seguir ahondando y perfeccionándose en la música, en el arte en general, ya que además le gusta mucho el teatro y dibujar.

Se define como una persona apasionada con muchas aristas. “Esa pasión conlleva a la frustración, al deseo y las ganas de más. Suelo ser apasionada no sólo en la música y el arte sino que soy así con todo. Si me engancho o me interesa algo trato de ir a fondo, lo que trae un riesgo y una dedicación detrás que me encanta.
Soy una persona a la que también le gusta mucho conectar, y por ende también se me nota cuando no conecto con algo o alguien. Yo digo que tengo interés o importancia selectiva, pero eso no quiere decir que me cierre”,
dijo.

-¿Qué momentos o situaciones creés que marcaron tu destino musical?

-En mi casa siempre hubo música. Mi abuelo tenía una sala de estar donde había vinilos, un piano medio abandonado que por cuestiones de la vida ni mi abuelo ni mi abuela lo sabían tocar pero que lo tenían porque se lo guardaron a una amiga de ellos. Yo era muy chica y cada vez que iba tocaba las teclas, chusmeaba los vinilos y aparte siempre sonaba la música en lo de mis abuelos y en mi casa. Fui absorbiendo todo eso y fui trascurriendo mi corta existencia así y a mí siempre me gustó cantar.

Cuando nos mudamos al campo teníamos media hora hasta el colegio y siempre ponía música todas las mañanas, capaz a mi mamá mucho no le agradaba (risas).
En primer año de secundaria, en la primera hora, teníamos música y yo ya iba cantando a la escuela, entonces el profesor, apenas entró al aula preguntó quién tenía ganas de cantar. Yo nunca había cantado delante de nadie que no sea mi familia, no sé qué se me dio y levanté la mano de cara dura y canté “Latinoamérica” de Calle 13, que tiene una parte en portugués que también canté, pero no sé qué me pasó, fue un día especial (risas).

En mi curso se empezó a formar una bandita y me llamaron a mí. Le comenté a mi mamá casi como chiste  y de hecho iba a decir que no, creo que por el chip ese que se instala que el arte es un camino que no hay que elegir y de hecho yo no me lo replanteaba. Entonces mi mamá me dijo “¿y por qué no?”. Ahí se abrió como una puerta a un mundo mágico en mi vida que terminó formando de a poco lo que yo soy. Ahí, a mis 13 años, fui rompiendo el miedo de subirme a un escenario y cantar en público.

Ya a los 14 años mi mamá me anotó en el Conservatorio, en la carrera Tecnicatura en Canto Popular, sin decirme lo que implicaba hacer una carrera a la par de la escuela secundaria. Pero sigo ahí y si sale todo bien este año me recibo.

-¿Cómo fue que empezaste a tocar como solista?

-Hice una cuenta de Instagram para subir videos y me empezaron a seguir bares y restaurantes de Junín.
Siempre es raro filmarse y verse, sobre todo porque soy bastante exigente, entonces quizás me quedo hasta las 4 de la mañana grabando. Por ahí me sale la música pero no el concepto, y quiero que sea honesto. Masticar las palabras que por algo está ahí, y por algo la persona que se desvivió haciendo la canción, dice de esa forma eso que quiso transmitir.
Mis papás saben muy bien de eso pero bueno, soy demasiado exigente quizás.
Lo más loco y raro es que yo nunca levanté el teléfono, así empecé a tocar y a salir sola por defecto, digamos. Tenía esta cuenta de Instagram y me empezaron a invitar a distintos lugares y me lancé sola, de alguna manera, la música todo el tiempo me estaba diciendo “dame bola”.

-¿Qué significa la música para vos?

-Spinetta decía que ‘así como la comida es el alimento del estómago, la música es el alimento del alma’, y adhiero perfectamente porque es una conexión, no solamente con uno mismo sino con el universo.
La canción que uno interpreta o que está haciendo es más grande que uno, él intérprete es sólo portador de eso, de que tiene la suerte de poder encontrarse vivo y pudiendo transmitir, conectando con la música. Es una energía que para mí es enorme y muy rica, es tan humilde, tan desapercibida, siempre está, hay música en todos lados.
Es tan del universo que para mí no puede ser abarcada en un concepto, sí sé que a mí me hace muy bien, es conexión y me hace ahondar en mí.

-¿Qué fue cambiando en vos para decidirte a perfeccionarte en la música?

-Quizás ese interés que tuve en un principio por la música y que se fue profundizando cada vez más. Es fundamental cómo me abrió la cabeza el Conservatorio porque no solamente aprendí a contemplar la música y sentirla, también a tratar de entenderla desde el punto de vista armónico y de todos los conocimientos que te puede brindar.
Me cambió la idea de que los acordes no están ahí sólo porque suenan bien, hay un sentir y es toda una obra. También me hizo crecer un montón en cuanto a historia, conocimiento de mi propio sistema fonador, respiratorio y eso con 14 años, que no conocía a nadie, iba de mal humor a veces porque salía del colegio a las 13 y entraba a las 13 al Conservatorio, entonces tenía un transcurso de pocos minutos para vestirme, comer y entrar a cursar.

-Sos muy joven y con mucho futuro. ¿Cuáles son tus planes y expectativas?

-Tratar de seguir aprendiendo y absorbiendo lo más que pueda el Conservatorio y de tocar de experiencias para poder tratar de plasmarlo en una composición, que cada vez vaya siendo mejor. Este mundo que se me abrió ahora de la composición es muy amplio, da mucho vértigo y exige un ejercicio. Yo todos los días, y no porque me lo planteo como hábito sino que me nace, me pongo a pensar una frase, en algo. La idea es seguir por ese camino que es nuevo, que tiene mucho para dar y aprovechar lo más posible de ahí.
Otro de los planes a futuro es poder grabar un disco, me encantaría; y que alguien tenga como plan ir a escucharme, con pasión, que no vayan por compromiso o porque no hay otra cosa que hacer, sino que alguien de verdad quiera corear mis temas, poder tocar el alma de alguien y se sientan identificados con mis canciones.

-El apoyo de tu familia es incondicional pero, ¿cómo influyeron ellos en lo que hoy sos?

-Tengo mucha suerte de tener una familia que se nutre de textos, mi papá tiene un amplio repertorio literario. Y también, por suerte, a mi mamá siempre le gustó mucho la música pero por cuestiones de la vida, el mundo, el sistema, la gente que estaba a su alrededor le ha dicho “vos para esto no servís” y, gracias a eso, mi mamá ahora está disfrutando su parte que no pudo disfrutar.
Mi mamá me recomienda canciones y mi papá desde el lado de la lectura, cuando no se dar con una frase para darle una vuelta de tuerca a alguna canción, me ayudan un montón.

El apoyo de mis papás es directo, ellos se dan cuenta cuando me están ayudando y el apoyo de mis tíos viene más por el lado de la inspiración. De hecho mi tía es profesora en la Escuela de Arte, también tiene algunas horas en el Conservatorio. Ellos quizás no se dan cuenta de cómo me interpelan.

-Siendo artista mujer, ¿qué opinás sobre los dichos del productor José Palazo? (El creador del Cosquín Rock dijo que "no hay suficientes mujeres con talento”)

-Creo que ese decreto planteado como verdad absoluta el hecho de plantear que no hay muchas mujeres con talento para el festival, en algún punto le salió el tiro por la culata porque al haberlo dicho de esa forma sin querer lo planteó como pregunta, a algunos les pasó desapercibido pero otros se han preguntado sobre el repertorio musical que escuchan e incluso se han dado cuenta que la mayoría de ellos la integran hombres.
El propio sistema siempre nos ha instalado “escuchá esta voz masculina sobre qué es el rock”, y a partir de esos dichos de Palazzo muchos se han repreguntado, quizás, por qué no se escucha a artistas mujeres que son súper talentosas.
Las opiniones son opiniones, pero cuando estás en un lugar que es de oportunidades y la gente te quiere bridar su arte, tenés que estar un poco más abierto de tu opinión porque le cerrás puertas a personas que quizás está dando todo de sí y quizás su sueño sea estar en un festival de esa magnitud.

-¿Cuándo y cómo se sumó Pablo Pasarello al proyecto que tienen juntos?

-A Pablo lo conocí en 2017 cuando vuelve a abrir la carrera de Canto Popular, teníamos un trato más cordial de cursada, de compañeros. Después cuando toqué con los “Fisurados” en Freedom, él cerró la fecha como “Dj Milanesa”. Si bien él siempre me había caído bien y sabía que es una persona de mente abierta, lo vi ahí y en su formato DJ me encantó porque descubrí que tenemos gustos musicales casi idénticos.
Pasó el tiempo y me invitaron a participar de un evento llamado “Nochecitas” y compartíamos fecha con Pablito, yo como Pilar Leva, él como Dj Milanesa y me nació espontáneamente hacer unos temas juntos. Así empezamos, nos juntamos a ensayar y de ahí surgió.
Ya para el FEMI nació esta idea de tener un proyecto juntos.

-Dúo que denominaron “A Nadie le importa”. ¿A qué se debe?

-Estábamos re frustrados buscando un nombre y mi familia me empezó a tirar opciones ayudándome, como siempre, y dije: “a nadie le importa” y después me puse a pensar que eso que dije y tiré en ese momento, que le podía buscar un significado. Hay un texto en el “Libro de los abrazos” de Galeano, “Los Nadies”, los invisibilizados entonces la idea de que a Nadie, con mayúscula, le importa realmente, a esa persona.
Otro significado que le encontré es esto de bailar, cantar como si nadie estuviera ahí, esta cosa de dejar fluir y dejarse ser, que sea lo más honesto posible.

 

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