Por: Semanario

En un artículo publicado en nuestra edición de la semana pasada dábamos cuenta de las contradicciones que hoy presenta la legislación penal respecto a la marihuana (Cannabis sativa) y los cinematográficos operativos policiales incautando plantas, frente a la poca eficiencia de capturar vendedores y estupefacientes más “duros”.

Al mismo tiempo hacíamos hincapié en la liviandad con el control del consumo de alcohol y peor aún, la ingesta indiscriminada de medicación psiquiátrica con y sin receta.

Y casi como advirtiendo acerca de lo peligroso que resulta no tener una legislación que proteja a quienes dependen de la marihuana como medicina y la posibilidad de acceder al producto de modo seguro y frecuente, un caso relatado en primera persona por una mamá juninense en las redes sociales pegó en el centro de la discusión demostrando que las demoras legislativas terminan afectando a la sociedad.

Precisamente A.O, (de quien nos reservamos el nombre por cuestiones legales de ella y su hijo), escribió con indignación en Facebook (una red social de internet) que “cada día veíamos la misma situación y hoy nos tocaron el timbre a nosotros. Me llevaron las plantas de cannabis que estaba cultivando para el aceite de J. Me secuestraron las plantas. Me las robaron con estilo. Me animo a decirlo así porque esto no es un golpe al narcotráfico... por más que sacaron las fotos, y todo el resto del circo de PFA”.

La mujer manifestó que la situación equivale a “negar a mi hijo un tratamiento que le hace bien. Es negar el derecho a la salud. Porque a la par de estas estadísticas (para la policía no es más que un número de plantas secuestradas) hay cada vez más pacientes que lo prueban y comprueban que realmente hace bien”.

El pequeño padece de Síndrome de ECNE (encefalopatía crónica no evolutiva) y se trata de un grupo variado y no claramente delimitado de trastornos neurológicos residuales, producidos por lesiones no progresivas en el encéfalo, resultado de la acción de distintas cuestiones –ya sean dadas antes, durante o después del nacimiento- que en esencia se manifiestan por perturbaciones o deficiencias a nivel psíquico, sensorial, de lenguaje, o funciones vegetativas.

Precisamente, hay cada vez más evidencias acerca de que el tratamiento con “aceite de cannabis” resulta un paliativo singular en el tratamiento.

Tal como describía A.O, en su descarnado relato “el cannabis medicinal es muy valioso. Y hay enfermedades y tratamientos que se están llevando adelante muy bien” al tiempo que se preguntaba “si será que hay tantos intereses que nos hacen quedar en esta situación de total vulnerabilidad”.

Reclamando que “el estado debe garantizarnos el autocultivo, reglado, si es necesario... Pero es una medicina que (mi hijo) necesita tomar y va a seguir necesitando. Él y tantos más”.

Escribió que “no sentí ni siento miedo a la ilegalidad en este caso. Sí impotencia, la impotencia es una de las cosas que más nos domina a las mamás y papás de nenes en la condición de J. Querer darle tu voz, tus pasos tus manos, tu fuerza y tu vida para que la suya sea mejor y no poder. Y tener que seguir viéndolos así por intereses ajenos y lejanos y tan distintos a los nuestros, no se ve muy justo“.

La ley de cannabis medicinal votada en 2017 no autoriza el autocultivo. El nuevo Código Penal (aún en debate) prevé su despenalización, pero en un año electoral difícilmente los legisladores se aboquen a lo que deben hacer.

En los últimos meses, salieron varios fallos que permiten el cultivo domiciliario con fines medicinales. De todos modos se requiere poner la cuestión en el centro de la escena de modo preciso a una autoproducción segura, con algún conocimiento básico debido principalmente a que no hay cultura sobre rangos de estandarización y pueden cometerse errores en la dosificación.

Mientras tanto, y como dice A.O., “no queda otra que seguir con el cuerpo y el alma hasta que el autocultivo de cannabis sea legalizado” al tiempo que mostró su bronca, con un vecino que aparentemente la habría denunciado, lo cual generó la intervención policial.

EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 16 DE MARZO 2019 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA