jueves 28 de marzo de 2024

LOCALES | 20 mar 2019

la crisis economica en junin

Góndolas a pique: si hay miseria, que se note

Cualquier persona que hizo sus compras en los últimos meses pudo comprobar cómo la combinación de inflación y controles de precios se tradujo en un faltante de productos que cada vez afecta a más rubros.


Por: Semanario

La realidad puede disfrazarse, negarse y hasta ocultarse en los discursos, pero los políticos no pueden evitar que se haga presente en los actos cotidianos de cada vecino.

Puede señalarse que los números de la macroeconomía mejoran, hasta declararse que bajó la inflación o se crearon 700 mil puestos de trabajo. Hacer pensar que la autopista de la Ruta 7 o la vuelta de los colectivos son el oasis.

Pero cada persona que se enfrenta con las góndolas por las mañanas, cada desocupado que busca un empleo, sabe que la realidad es otra. Y que está asfixiando.

Los precios suben, los salarios quedan iguales –en el mejor de los casos-, la luz, el gas y todos los servicios se han tornado impagables, se recortaron prestaciones de obras sociales, la salud pública empeoró, empresas y negocios cierran y ni siquiera los espacios públicos constituyen un aliciente para despejar la cabeza un domingo. Este es el presente que viven los juninenses.

El ahogo, la desazón y la incertidumbre son los principales rasgos de la gente que va distraída por la calle, absorta en sus propios problemas, en una vista general sólo matizada por adolescentes y niños bullangueros. Es que no hay salida, al menos en el plano individual… ni siquiera puede suplirse la falta de ingresos con otro trabajo, porque no hay oportunidades.

Y el escenario clave son los supermercados. La gente recorre los pasillos con una calculadora mental pensando cómo optimizar esos pocos pesos que lleva o cómo no seguir recargando la tarjeta. Ideando menúes familiares que van dejando de incluir carne, hoy un verdadero artículo de lujo. Sólo a veces pollo o cerdo. Es que hasta los fideos, la comida diaria en muchos hogares durante toda la historia, ahora son prohibitivos porque tienen un valor promedio de 50 pesos.

Además, las ofertas ya no son tan importantes ni continuadas; el programa de “precios cuidados” es una mentira porque justo en los lugares donde deberían acomodarse los productos, hay un vacío (VER APARTE); y las segundas marcas no son tan baratas. Por eso, hay menos clientes, los cajeros están menos ocupados y por supuesto, ya no se ven “pedidos”, como aquellos que se hacían los 7 de cada mes cuando los miles de ferroviarios cobraban sus sueldos. Ahora se va comprando lo del día, y a duras penas.

¿Cómo hacen aquellas amas de casa con tres o cuatro chicos en edad escolar, pleno crecimiento, para darles la leche que necesitan si un litro cuesta 50 pesos y encima no alcanza para todos? Así es como se volvió al mate cocido, un poco de yerba en agua caliente, resignando los nutrientes y los beneficios de un producto que debería ser obligatorio para los menores. Porque no en todas las casas hay disponibles 1500 pesos al mes sólo para la leche…

El escenario no podría ser más desalentador. Tal vez los funcionarios no alcanzan a percibirlo, encerrados en sus cajitas de oro, con sueldos increíbles, sin aprietes ni apuros económicos y cada vez más alejados del tipo común que padece estas situaciones.

Será por eso que Pablo Petrecca estuvo a tono con el distorsivo mensaje de su jefe máximo, Mauricio Macri, pintando un país y una ciudad que sólo ven en su microclima. Y será por eso, peor aún que palabras ante un micrófono, no atinan a tomar medidas concretas para atenuar las dificultades del vecino a pie, ese que también los votó y que hoy no puede ni con su alma.

Mientras ellos se enriquecen con el aumento del dólar, porque sin mover un dedo sus fondos se multiplican, la gente común ve cada vez más lejos sus sueños. Ahora sólo trata de llegar a fin de mes con un plato arriba de la mesa.

Es que la plata no alcanza en una familia común. Se han achicado gastos, se practicaron recortes, se aumentaron las horas laborales (en los casos posibles)… pero nada es suficiente. Cuando llegan las boletas de servicios, la patente, las multas, los impuestos, las tasas y se suma lo necesario para la comida del mes… los sueldos y los esfuerzos quedan chicos.

CÓMO SE ACHICA

Según informes de especialista, la crisis y el contexto económico están dejando profundas marcas en la provincia de Buenos Aires y por supuesto, en la ciudad.

En este marco, los rubros más afectados fueron las actividades recreativas (61%) las carnes (48%) y las gaseosas (44%). Los hábitos alimenticios fueron los que más afectados se vieron. “La evolución del consumo muestra que en todos los niveles socioeconómicos (alto, medio, bajo) hubo un porcentaje relevante de encuestados que disminuyó las cantidades consumidas”, afirmaron.

Los entendidos suelen decir que hay que elegir entre una inflación alta o mucho consumo y empleo, pero hoy está la peor combinación macroeconómica, que es la actividad en derrumbe y una inflación que se acelera.

LOS TARIFAZOS

Los aumentos de tarifas son unas de las principales reocupaciones de los habitantes de todo el país: para más del 70% de los usuarios, las facturas “son caras o imposibles de pagar”.

En Junín empezó a quedar demostrado: 280 familias renunciaron al gas natural por red y volvieron a las garrafas; y la cantidad de enganchados de EDEN crece geométricamente cada mes, por más empeño que ponga la empresa en ofrecer planes y hacer controles.

En este marco, cuando el común denominador es la falta de efectivo, el anuncio más brillante de los últimos tres años en Junín fue que volverán a funcionar los colectivos. Sí, esos que pagaremos nosotros mismos porque la empresa no tendrá pérdidas durante los primeros años, ya que será recompensada con subsidios desde el municipio. ¿Qué le hará pensar al señor Intendente que la gente renunciará a poner un litro de nafta en la moto que ya tiene para ir de una parte a otra de la ciudad, sin esperas, para aguardar un colectivo que en el mejor de los casos tendrá una frecuencia de 20 minutos y para llegar, deberán caminar varias cuadras hasta una arteria importante por la que transitará?

Porque convengamos: el que más necesita transporte público es aquel que vive en barrios periféricos. ¿Cómo llegará un pobre jubilado caminando por intransitables calles de tierra, transformadas en lodazales durante los días de lluvia, para llegar a la parada del colectivo que no se aparta del pavimento?

Es bueno contar con colectivos, pero ¿no sería mejor invertir esos millones que se pagarán a la empresa, para que no pierda plata, en pavimento? Sí, pavimento, asfalto… eso que no se hizo más desde que asumió Petrecca. Ni siquiera cordón cuneta o mejorado… los vecinos de barrios alejados están condenados a ser ciudadanos de segunda.

LA TRISTEZA

Más allá de algunas alegrías deportivas o personales, hoy el juninense no tiene nada para estar feliz. Sobre todo las madres que deben hacer malabares para dotar a sus niños de los elementos necesarios para la escuela y ponerles un plato digno cada día en la mesa.

Volvieron los mates como la cena familiar, las tortas fritas para la tarde, el mate cocido y se extraña la carne, ese elemento tradicionalmente argentino. Compartir un asado en familia, una costumbre histórica para los fines de semana, hoy solamente se da en las casas más acomodadas.

La mayoría hace números, juega al ajedrez para mover las pocas monedas que quedan en el monedero… Y puede sentirse esta tristeza profunda, a la que han sumergido a la clase trabajadora, cada vez que se ingresa a un supermercado. Ahí está el verdadero termómetro social que los gobernantes no conocen.

Ventas hacia abajo

Las ventas minoristas cayeron 11,9 % en febrero, respecto de igual mes del año pasado, y del 11 % en los dos primeros meses de 2019. Con estos datos, se verifican catorce meses consecutivos de caída en las ventas, según informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Precios descuidados

El  6 de enero el Gobierno autorizó aumentos de precio en los productos que componen el programa “Precios cuidados”. Según se anunció, deberían estar congelados hasta el 6 de mayo.

Por eso, el primer mes del año el titular de la OMIC local, Fernando Scanavino, salió a revisar las góndolas.

Parece que los controles fueron efímeros. Porque ya no queda nada en el espacio donde los super deben colocar esos productos.

“Vemos distintas falencias en la implementación y falta de control por parte del municipio para garantizar el acceso de los vecinos. La oficina de defensa al consumidor debería realizar esa tarea”, opinaron desde el bloque de concejales del Frente Renovador.

Justamente una ex titular de la OMIC, Carolina Echeverría, denunció que “según el gobierno nacional, existen 560 productos dentro del programa, no obstante a nuestra ciudad llegan solo una parte de esos productos, y recorriendo los supermercados adheridos, vemos muchas fallas en el sistema. Algunos super tienen algunos productos, pero faltan los alimentos de primera necesidad como la leche o el azúcar, en otros se agotan y no son repuestos, y en otros directamente ni existen o no se identifican claramente los precios cuidados, como indica la normativa del programa”.

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