El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) presentó un demoledor informe sobre el crecimiento de la pobreza en el país. A contramano de lo que el presidente Mauricio Macri manifiesta, los datos difundidos dan cuenta de las serias consecuencias de la profundización de la crisis económica. El conurbano bonaerense en la región más castigada por las políticas implementadas a nivel nacional. En un año electoral, los números sensibles no acompañan al mandatario.

En el marco de una economía inestable, Argentina cerró el 2018 con más 1.900.000 de nuevos pobres. De este modo, la pobreza multidimensional pasó del 26,6% en 2017 a 31,3% un año después. La cantidad de personas en esta situación fue de 10.773.000 a 12.676.500 en doce meses en todas las zonas urbanas del territorio nacional.

Las cifras son las más altas desde el 2010, momento en el cual comenzaron a elaborar el relevamiento. El índice es una innovación metodológica que ya había sido publicado anteriormente y que cruza su medición por ingresos con un análisis basado en las carencias de derechos que incluye seis dimensiones: alimentación y salud, servicios básicos, vivienda digna, medio ambiente, accesos educativos y empleo y seguridad social. Entonces, consideran pobres multidimensionales a aquellas personas u hogares que tengan al menos una carencia de esos derechos y no logren superar la línea de pobreza por ingresos.

Además, midieron la denominada “pobreza estructural”, que cruza los índices de pobreza por ingresos pero con aquellas personas u hogares que tienen tres carencias o más de derechos sobre la base de las dimensiones presentadas. El mismo pasó de 16,7% en 2017 a 18,6% en 2018. De este modo, surgieron 769.500 pobres estructurales nuevos en un año y hoy son 7.500.000, datos con niveles similares al 2016.

En consecuencia, la pobreza multidimensional creció en un año de 18,5% a 23%, mientras que la pobreza estructural pasó de 12,1% a 14,1%, según indica el informe de la UCA.

El informe también dio cuenta que la tasa de los hogares que tenían carencias en los servicios públicos cayó de 32,8% a 30%; en vivienda digna se pasó de 21,4% a 21,1%; en medio ambiente, de 21,1% a 19%, y en accesos educativos, de 32,3% a 31,9%. Sin embargo, en carencias en alimentación y salud subió de 21,6% a 22,8%, y la de empleo y seguridad social, de 29,2% a 30,2%.

En tanto, el conurbano bonaerense es la región que más padeció los efectos de la crisis económica y la pobreza multidimensional pasó del 34,9% en el 2017 al 41,1% en el 2018. Por su parte, en otras áreas metropolitanas pasó del 21,9% al 26,1%, y en la Ciudad de Buenos Aires pasó del 7% al 8,6%.

Mientras tanto, este jueves se conocerán los datos del Indec sobre la pobreza que según la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, puede ser “un poco peor que el último que se anunció".