viernes 29 de marzo de 2024

LOCALES | 13 abr 2019

Obra social bonaerense

IOMA: la pesadilla de una madre

Tiene una larga experiencia en el recorrido de los pasillos de la obra social: Claudia Pederzoli otra vez debe reclamar por un derecho de su hija, que le provean una silla de ruedas especial.


Por: Semanario

Claudia Pederzoli recorre casi a diario los pasillos de IOMA, la obra social bonaerense que pocas veces le da respuestas satisfactorias en tiempo y forma para las necesidades de su hija Aimara, una niña con parálisis cerebral y electrodependiente.

A fines de 2016, por indicación médica, Claudia inició los trámites para que IOMA le otorgara una silla de ruedas postural, con una serie de características indicadas. Pero al tiempo, le llegó una silla común, no apta para Aimara, y todavía hoy, dos años y meses después, espera que la obra social cumpla con su obligación.

“Aimara tiene una escoriosis de columna tremenda, no puede usar una silla común, debe ser una postural para que ella pueda estar sentada. Se volvió a pedir, pero no me la quieren dar, me hablan de trámites atrasados”, señaló la mamá.

“Ahora le pongo almohadones pero tiene la columna desviada y si tiene alguna ropa más, no puede entrar”, explicó.

Por este tema, Claudia se convirtió en la sombra negra de Marcelo Pastormerlo, el director regional de IOMA. Pero no la atiende y le da excusas, pero nunca respuestas ni soluciones a sus pedidos.

“Pastormelo me llegó a decir que era contador y que no tenía ni idea de lo que necesitaba. Entonces me pregunto por qué está sentado en un lugar vinculado a la salud. Petrecca debería dar explicaciones sobre por qué puso en ese lugar a un contador que responde de esa manera”, se quejó la mamá de Aimara.

La misma situación pasó cuando reclamó por el oxígeno, que también llevó mucho tiempo de trámites. “Quiero darle una mejor calidad de vida a mi hija, solamente eso. Es una silla de ruedas lo que necesita ahora”, agregó.

Por el momento, Claudia Pederzoli sólo tiene a mano hacer público su necesidad, en nombre de Aimara. Es el momento de los funcionarios de IOMA para tomar cartas en el asunto, dejar de demorar el expediente y entregar la silla que la niña necesita.

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