Por: Luciana Camarero

Por FM Tiempo -88.1-, de lunes a viernes, de 8 a 10, sale al aire “Raíces Folklóricas Latinoamericanas”, un programa conducido hace treinta años -de manera consecutiva y sin interrupciones- por Marta Susana Bocio.

La emisión comenzó bajo el impulso de su hijo Daniel Molina -profesor de folclore- en el edificio ferroviario donde funcionaba Emisora del Lago, y bajo la dirección de Oscar Carone, pero que por cuestiones de organización le propuso a su madre la colaboración para llevar adelante la transmisión y difusión de música folklórica de origen pura y exclusivamente latinoamericanista.

Con el correr de los años han ido cambiando de dial pero no así la capacidad de seguir cooptando oyentes, incrementando el público y los auspiciantes.

Como desafío, Marta cuenta su experiencia personal sobre sus inicios en la radio: “Al principio fue medio difícil porque, pese a que tengo buena lectura, palabra y dialéctica, no es lo mismo hablar con una persona que hablarle a un público que te escucha a través de un micrófono”, apuntó la conductora en diálogo con SEMANARIO.

Marta lleva como estandarte la bandera del folklore y la entristece saber que desde la conducción política local no se fomenten espacios para los artistas de Junín, o no se les brinde una ayuda a aquellos que nos han representado en otras provincias, en festivales reconocidos.

“Desde la Municipalidad no he visto que le hayan brindado apoyo a nadie. Chicos que han ganado un Pre-Cosquín han tenido que hacer peñas y festivales por sus propios medios para poder costearse el viaje. Para mí es desastroso que siempre traigan números de afuera, que lo pagan diez veces más, en vez de permitirle a artistas locales que se luzcan”.

En recuerdo de los primeros programas, a Marta se le viene a la memoria la importancia del cassette, herramienta de aquella época donde la música sólo podía difundirse por ese medio, y su amigo Martín Funes les proveía de material de Buenos Aires.

“Ahora todo es más fácil porque podemos sacar cosas de internet y con un pendrive nos arreglamos”, ahondó.

En estos treinta años Marta se encuentra agradecida a sus oyentes y auspiciantes, que le sirven para poder sustentar el espacio y  pagar a su operador con el fin de siempre difundir la música folklórica y defender nuestras raíces.

“Cada vez que se cumple un año más de programa siempre digo que es el último año que lo hago. Y nunca pasa, porque ¿qué hago sino? Y ahí estoy, le debo mucho a mis oyentes y a los auspiciantes que siempre ponen esa moneda cada semana para que yo pueda hacer mi programa de folklore que tanto me apasiona”, concluyó Marta Bocio.