sábado 27 de abril de 2024

LOCALES | 5 jul 2017

Junín, ¿ciudad segura?

Claudio: “uno de los mayores reclamos es la ausencia de policía local en los barrios”

El discurso oficial intenta suavizar la problemática que más desvela a los juninenses, la oposición invierte saliva en diagnósticos, la cúpula policial trabaja con “más coordinación”, y desde la secretaría de Seguridad dicen que van “por el buen camino”.


Por: Luciano Canaparo

En mayo de 2015, el entonces precandidato a intendente del PRO, Pablo Petrecca, afirmó tajante que de acceder al Ejecutivo municipal reduciría los alarmantes índices delictivos en solo “seis meses”. Inmediatamente, algunos funcionarios meonistas salieron con los tapones de punta a cuestionar “semejante falacia”, al tiempo que la oposición tildó de “oportunistas y electoralistas” las declaraciones del ex concejal. 

Un año y medio después de haber asumido al frente del municipio, los vecinos le siguen reclamando al Ejecutivo más compromiso y acciones para combatir el flagelo de la inseguridad. En rigor, las calles parecieran ser tierra de nadie, la prensa continúa alimentándose de delitos, la bronca se expresa (cada vez más) en las redes sociales, las denuncias se amontonan en los ficheros policiales, la mayoría de los robos y de los arrebatos no quedan asentados en la maquinaria burocrática y los vecinos (léase timbreadas) siguen sosteniendo que la inseguridad les quita el sueño. 

Sin embargo, funcionarios políticos y policiales, “armados” con estadísticas oficiales, no dudan en afirmar que la ciudad está verificando, en los últimos meses, una mejoría en materia de seguridad, aunque admiten que “no es el paraíso”.

En los últimos años habrá disminuido el número de denuncias (como se justifica), pero la violencia de los delitos ha ido en alarmante crecimiento. Aumentó, además, la cantidad de arrebatos, que se ha duplicado respecto del año pasado.

El combate de la inseguridad no puede ser una bandera política que permita a los gobernantes sacar rédito. El combate de la inseguridad requiere ideas claras, constancia en el tiempo y firmeza de propósitos por parte de quien elige a los responsables de una pelea cuya derrota no sólo se mide en votos sino en víctimas.

-¿Junín es la ciudad más segura de la Provincia?

-(…) Esto surge a raíz de un análisis que hace el diario Clarín con datos concretos de la Procuración de la Suprema Corte de Justicia, datos bien fidedignos en cuanto a estadísticas. Si bien el vecino no acepta hablar de estadísticas.

-¿Sirven las estadísticas en seguridad?

-Solo para poder delinear políticas de seguridad y trabajar sobre ellas, ver dónde estamos parados. En realidad tenemos que apuntar a disminuir el delito a la mínima expresión. Claro que teniendo en cuenta los datos que surgen de ese análisis, vemos que estamos en el buen camino. No estamos diciendo que no hay delitos en Junín, ni tampoco vamos a decir que bajaron o que subieron. Mucho menos que Junín es un paraíso. Ahora, si en el resto de la Provincia la situación es la que marca ese análisis, con un crecimiento exponencial de homicidios y robos a mano armada, y esa situación no se da particularmente en Junín, es que se nota que estamos por el buen camino. Que falta, seguro, falta un montón. En seguridad no puede haber conformismo.

-¿Qué acciones están tomando para prevenir y bajar el índice de los delitos? ¿Dónde apuntan?

-Fundamentalmente a trabajar en equipo, que cada uno saque sus propias conclusiones y las comparta, para entre todos elegir la mejor estrategia a seguir. Cuando llegamos a la secretaria de Seguridad nos encontramos que las fuerzas policiales estaban descoordinadas, y no quiero que esto se tome como una crítica. Donde la policía local no tenían contacto con la Bonaerense, por ejemplo. Esto está pasando en otros distritos. Tiene que ser un equipo porque estamos todos para brindarle seguridad al vecino.

Ahora bien, en lo que hace a la labor policial en sí, se aumentaron los controles sorpresivos, la identificación de personas, la incorporación de luminarias y tecnología... Todo eso coordinado, tal como nos pide Pablo Petrecca. Hoy, a través de estos datos que surgen, sabemos que estamos por el camino correcto.    

-Pero el vecino al que le robaron ayer no creo piense lo mismo

-Es cierto, es verdad. No podemos hablar de una ciudad totalmente segura. Es una utopía. Nos falta mucho por recorrer, pero si analizamos de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos creo que podemos afirmar que estamos por el camino correcto. Siempre hay cosas para ajustar. El delito va mutando y hay circunstancias que así lo requieren, como por ejemplo el tema de los caballos en la vía pública. No nos podemos relajar.

-Y la relación con la justicia de “puertas giratorias”

-La relación con la justicia es muy buena, y hay respuesta. Hoy tenemos contacto permanente y si vemos que alguna cosa la podemos mejorar tenemos llegada, siempre dentro del marco de la legalidad. La ley, en muchos casos, es totalmente permisiva. Sobre el tema excarcelaciones, habría sí que hacer algún ajuste.  

-Podemos hablar de zonas más calientes que otras

-No hay hoy una zona determinada como conflictiva o caliente, más allá de que alguna puede serlo más que otra. Claro que el delito se extiende hacia la periferia de la ciudad y allí es donde apuntamos con las medidas de prevención, patrullaje, mayor presencia policial. En este punto, uno de los mayores reclamos es la falta de policía local en los barrios. En este sentido, tuvimos una buena experiencia con los bicipolicías para darle más dinamismo al agente. Ahora vamos a incorporar otras veinte bicicletas para darle más radio de acción en los barrios.  

-La Policía Local fue creada justamente para que se notara su presencia… en el centro

-Claro, fue creada con ese fin. Para mostrar presencia en las principales avenidas. La impronta de estar más cerca del vecino, haciendo prevención, siendo proactivos estuvo bien. Y nosotros de a poco la vamos llevando para que sea más activa, trabajando codo a codo con la Bonaerense. Las dos fuerzas dependen del Ministerio de Seguridad, eso está claro.

-¿Los operativos sorpresivos que se intensificaron en los últimos meses a qué apuntan? ¿Qué se busca?

-Más allá de la prevención que se hace con los patrulleros en las diferentes cuadrillas, estos operativos marcan una mayor presencia y control en determinados barrios, que van rotando. Se piden documentos, se controlan los vehículos… Hay muchas personas que son identificadas y registran pedido de captura. Ajustar y tener más control sobre la calle. Después hay operativos extraordinarios en los accesos a la ciudad, o en los pasos a nivel.

-Las críticas ¿cómo se analizan? ¿Se toman en cuenta?

-Hay que trabajar por la seguridad de los vecinos. Quizás haya alguien que tenga una idea mejor y puede ser receptada. Veo que se usa la seguridad para la crítica o para hacer política, y en realidad la inseguridad no debe ser afrontada de esa manera. Tenemos que trabajar todos juntos. Acá está en juego la vida de las personas, nada más y nada menos. Somos un equipo, conmigo trabajan Roberto Rodríguez, ex fiscal, Mario Olmedo, comisario retirado. Todos tenemos voz.

-Hay una Fundación que lleva estadísticas de delitos

-Las miramos, las analizamos, aunque no sepamos la fuente de esa información. Lo que sí llama la atención es por qué no se hacían antes. Nosotros tenemos nuestras propias estadísticas, también las del Ministerio Público Fiscal, las oficiales de la policía…

-Con su experiencia dentro de la Policía Bonaerense, ¿observa algún cambio en la fuerza?

-La gobernadora ha tomado decisiones muy importantes para el bien de la fuerza. Era necesario. Había un sistema que hizo que muchos policías, como fue mi caso, decidieran pedir el retiro. El sistema debía ser purificado y veo que se está haciendo. Hoy los jefes policiales están continuamente controlando a su personal.

-A nivel delito, ¿qué cambió en estos últimos años?

-Yo me retiré en 2013 y esa época fue difícil en cuanto a la violencia de los hechos. Ahora tenemos robos en viviendas, algunos hechos con armas y arrebatos, que es el más difícil de controlar. Por eso es que le damos tanta importancia al trabajo de la policía motorizada. Que es la única forma de tener determinado control sobre este delito. El motochorro recorre la ciudad de punta a punta y cuando te descuidás, comete el delito. Por eso apuntamos a prevenir con operativos sorpresivos, presencia policial en determinados horarios, y otras acciones. Hay un mayor trabajo investigativo también, eso hay que destacarlo, y por eso también bajó la tasa de homicidio en ocasión de robo.  

ENTREVISTA PUBLICADA EN LA EDICION Nº 65 - 1 DE JULIO 2017

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