Por: Semanario

La municipalidad de Junín, siempre afecta a los títulos rimbombantes, inauguró por estos días la “Mesa del Pejerrey”, tratando de poner en valor un objetivo turístico al que nunca se le prestó atención, salvo una vez al año, precisamente cuando se lleva a cabo la consabida fiesta y no hay una población considerable ni en cantidad ni calidad. Pocos peces y de tamaño que apenas llegan a la medida reglamentaria.

El intendente Pablo Petrecca y sus funcionarios han mostrado ser “fiesteros” y cada ocasión amerita sacarse fotos antes y después aunque en el medio no quede absolutamente nada. Lo mismo ocurre con los pueblos del distrito: cada uno cuenta con una fecha donde se despliega el respectivo cotillón y las visitas de compromiso, para luego dejar todo destiñiéndose hasta el próximo año.

Semejanzas mediante con el pejerrey y su reproducción ya que parecería que se trataría de una generación espontánea relacionada con la “suerte de la naturaleza”, cuando en verdad nunca se le ha prestado atención a las cuestiones que tienen que ver con las innumerables variables que actúan a la hora de tener mayor o menor población de “flechas de plata” y esta referencia no cabe sólo para Mar Chiquita y de Gómez, sino además para la olvidada El Carpincho.

Desde SEMANARIO ya hemos destacado la poca y nula atención hacia la estación hidrobiológica municipal, en la cual la veterinaria y especialista Viviana Lobato hace malabares para cuidar su puesto en manos del Ministerio de Agroindustria bonaerense que, con una mano acaricia y con la otra abofetea todo lo que tenga que ver con esa “herencia recibida” del gobierno meonista.

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En esta ocasión, Eduardo Albarello, Secretario de Desarrollo Económico del municipio, presentó la ‘Mesa del Pejerrey’ porque, dijo, “la idea es involucrarnos en esta temática junto a los distintos actores involucrados en la misma. La reunión se ha desarrollado en un contexto de amplitud de voces, ya que participaron la gente que tiene pesqueros, los guías de pesca, clubes y comercios vinculados”.

Demostrando que después de tres años y medio de gestión, el área estuvo olvidada y se “refresca” previa a los comicios.

El funcionario prosiguió indicando que “la idea es poder pensar juntos soluciones para los problemas cotidianos que están enfrentando y ver la forma de cuidar entre todos los recursos con los que contamos. En este primer encuentro –continuó- la sumamos a Viviana (Lobato) para que nos brinde un panorama general sobre las lagunas de Junín y otras cuestiones más técnicas”, dijo casi al descuido.

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Si bien se planea hacer una reunión mensual, vale advertir que la primera de ellas se llevó a cabo  a dos semanas de la fiesta organizada para el 2 de junio, que durará cuatro horas y será ganador quien obtenga la pieza mayor, poniendo la importancia en los premios y no en resaltar las bondades naturales no sólo del balneario municipal sino de todos los sectores piscícolas juninenses. Este año el costo de inscripción por participante es de entre 850 a 1000 pesos.

De esta manera, con una visión sesgada acerca de lo que significa la actividad pesquera como motor del turismo, el municipio vuelve a dejar al descubierto su ineptitud para ir a fondo en un tema y no sólo quedarse en el cotillón llamativo y el maquillaje permanente.

INTERESES CRUZADOS

La venta de “espejitos de colores” a partir de pregonar una mejora en la calidad piscatoria de nuestras lagunas se basa en diferentes observaciones de las inacciones municipales en torno de lo que sería un gran aporte a la economía regional.

Podemos clasificar las debilidades puntualmente. A saber:

1-Desfinanciación de la estación hidrobiológica.

2-Intereses cruzados con los productores agropecuarios. Nivel del agua y contaminación.

3-Inviabilidad para sortear contingencias climáticas.

4-Desprotección en el control de la pesca ilegal.

La estación hidrobiológica municipal resiste merced al trabajo de Lobato, muy que le pese a la directora de pesca provincial de quien depende. La comuna pone allí una sola persona que colabora con las tareas propias del lugar, el cual también tiene que hacer frente a la desatención de sus superiores.

Este espacio resulta de vital avance para conocer cuáles son las características de la variedad de pejerrey que habita en las lagunas y su interacción con el medio y se encuentra desaprovechado desde el punto de vista de escasez de financiamiento, pudiendo contar con la participación de eximios profesionales provenientes de la UNNOBA.

En otro orden, y pensando en un trabajo a futuro prolijo y sensato, habrá que presentar los puntos frente al sector agropecuario quejoso de la cota lagunar en beneficio “sólo” de sus cultivos contaminantes, que también terminan afectando a los seres vivos que interactúan y se desarrollan en los espejos de agua.

No se puede pensar en un ecosistema que pueda ser manejado al antojo del gremialismo agrario y sus amigos del poder, sino que debe primar el concepto biológico y científico, antes que el productivo, a fuerza de defender la vida antes que el bolsillo.

El tercer punto lo determina el manejo o desmanejo de la cuenca que depende de la provincia, pero también de un comité conformado por intendentes que no cumplen con su tarea.

La vulnerabilidad del pejerrey frente a sequías e inundaciones es muy grande y sólo podría morigerarse con un buen manejo de los niveles y control de la calidad del agua.

La investigación científica en lagunas bonaerenses ha demostrado que tanto la dinámica de las poblaciones como de las pesquerías deportivas de pejerrey tendrían una fuerte dependencia de la composición cuali-cuantitativa de la comunidad zooplanctónica.

Si se tiene en cuenta que la estructura, composición y abundancia del zooplancton es el resultado de las condiciones ambientales, calidad y cantidad de los recursos, sumados a la competencia y depredación intra y extrazooplantónica, y que en cuerpos de agua con pequeñas dimensiones y escasa profundidad, como la mayoría de las lagunas pampásicas, la estructura de la comunidad planctónica se encuentra relacionada con las inundaciones y las sequías (*).

Finalmente, debemos destacar el comportamiento de la pesca ilegal, ya sea con redes, trasmallos, mediomundos e incluso con caña en cuanto a cantidades y medidas reglamentarias. Situaciones que hoy casi no acontecen porque no hay población suficiente, pero de existir habría un equipo ineficaz para combatir dicha depredación tal y como ha quedado demostrado a lo largo de varias décadas, independientemente de mayor o menor población ictícola. Esa falta de personal de control del furtivismo dejaría desguarnecida a la población existente haciéndola totalmente vulnerable.

En síntesis, son estas y otras las variables que se deben visibilizar para poder hacer un trabajo que permita que las lagunas de Junín cuenten con un recurso que sea pilar del turismo, pero por sobre todas las cosas sostenible en el tiempo a partir de medidas que lo favorezcan. Seguir haciendo lo mismo será continuar con el fracaso.

(*) De Mott, 1989; Gliwicz y Pijaowska, 1989; Ravera, 1996-  Heiler et al., 1994; Quintana et al., 1998b; Tockner et al., 1999.

EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 18 DE MAYO 2019 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA