martes 16 de abril de 2024

OPINIÓN | 31 may 2019

MIRADA EXTREMA

Pantriste

Escribe Andrés Rissolo, especial para Semanario.


Escribe Andrés Rissolo, especial para Semanario

Cuando aún pensábamos que teníamos alguna esperanza de que los Talleres Ferroviarios de Junín, pertenecientes a la línea ferroviaria General San Martín, pudieran ser reabiertos y con ello las posibilidades de trabajo genuino a un millar de trabajadores calificados, la llegada del presidente Macri junto a su comitiva, protocolo y acólitos múltiples a Mechita, para dejar inaugurado las actividades ferroviarias, tumbó la estantería.

En la infaltable foto para la posteridad, y la historia, el primer mandatario permitió que algunos pocos más se sumen para componer la imagen. La cara de alegría identificaba a los dirigentes locales y hasta algún que otro dirigente sindical del riel también aportó su sonrisa al ver que no prescindirían de sus servicios en el futuro.  Raros, como perdidos en realidad que los rodeaba, sin llegar a comprender qué hacían en ese lugar, en ese momento, sin saber tampoco por qué aplaudían al final de cada discurso, aparecían otros personajes.

Cerca del primer tercio del  fotograma, arriba, a la izquierda, lejos del centro poder que captura la mirada, el intendente municipal de JUNIN, Pablo Petrecca, enfrentó el objetivo con una mueca con la que pretendió emular una sonrisa. El acto en rigor, si bien son puestos de trabajos que reivindican a nuestros compatriotas, es, a todas luces, el acto más grande de felonía que un funcionario pueda hacerle a sus conciudadanos.

Si bien alguna vez se hubo ufanado de tener un sentimiento vinculante con la actividad ferroviaria, el desmanejo sobre la posible activación del ramal y el taller, sumido en el más completo ostracismo, despojado de todo interés efectivo, con una ceguera mesiánica en la conducción de los destinos de las ciudad, su labor como administrador de los destinos de 100 mil habitantes no alcanzan siquiera a la calificación de mayordomo.

Azotado por tormentas de críticas que invitaban a reflexionar sobre la conducta a seguir dada la historia ferroviaria hecha tradición en los pueblos que conforman el país, Petrecca obedeció el mandato de su superior y tapó sus oídos a las súplicas que por dignidad y trabajo clamaban.

Pero claro, Macri y su Ministro de Transporte Guillermo Javier Dietrich no toleraron que mientras en sus escritorios se movían papeles, en una cooperativa de trabajo se hicieran cargo del peso de los fierros y de parte de la historia de la Nación.

El jefe del ejecutivo municipal es responsable de éste monumental desatino. Muy cerca en la saga están todos los concejales de la ciudad, porque nunca nadie puso el tema ferroviario sobre la tablas para ser tratado en profundidad y no como lo hicieron mendigando una u otra chata carbonera más como para alargar la agonía. También los gremios ferroviarios deben ser analizados a partir del cierre de los Ferrocarriles Argentinos.

Qué decir de los diputados y senadores, nacionales y provinciales, un verdadero silencio lúgubre cubre una labor que mal sabe a desatinos, ineptitudes, avaricias varias y ambiciones desmedidas. Pero es cierto, nada proviene de la nada. La calidad de los políticos que nos representan es la viva y fiel imagen que nos refleja a nosotros mismos. No son extraterrestres ni venidos de  la cuarta dimensión.

Al igual que aquella tarde en el edificio central de Ferrocarriles Argentinos, frente a la Plaza de los Ingleses, en Capital Federal, donde el por entonces presidente de la entidad gritaba a los cuatro vientos que “yo no sé nada de ferrocarriles, sólo vengo a cerrarlos”, ante estampida de la presión arterial de los intendentes de la zona allí reunidos, Junín no cerró las puestas de sus negocios, no luchó por esa fuente de empleo, que en ese, su peor momento, inyectaba en sueldos a la ciudad 1,5 millones de dólares.

La imagen del intendente Pablo Petrecca, en al acto llevado a cabo en la localidad de Mechita, atrás, solo, triste y abandonado, reencarnaba la imagen que el inefable dibujante español nacionalizado argentino, Manuel García Ferré, representaba en Pantriste, un joven delgado, melancólico, sin muchas luces, no siempre bien ubicado en el contexto de la película.

La felonía cometida por los representantes del pueblo de la ciudad, en el tema de los Talleres Ferroviarios Junín es directamente proporcional a la idiosincrasia de sus habitantes.

Fue Joseph- Marie, conde de  Maistre (1753-1821), quien sostuvo “que cada pueblo o nación tiene el gobierno que merece”. Pero el francés André Malraux (1901-1976) la modificó y dijo: “no es que los pueblos tengan los gobiernos que se merecen, sino que la gente tiene los gobernantes que se le parecen”.

Suena más decente pero resulta igual de trágico.

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