viernes 19 de abril de 2024

OPINIÓN | 15 jul 2017

MEDIOS SIN MEDIOS

Un mundo descompaginado


Por: LUCIANO CANAPARO

Pocas veces, como en estos últimos meses, el mundo me pareció descompaginado. Y aún más descompaginada me parece la imagen del mundo que transmiten los medios de comunicación.

-Vivimos en tiempos complejos y veloces. Date cuenta.

Está bien, muchas gracias. Pero no es solo una cuestión de simultaneidad: es obvio que, mientras la información sea más instantánea y concisa, más probable es que resulte fragmentada, caótica y contradictoria.

Y es también una cuestión de ausencia de jerarquías: qué cosa es más importante. Qué cosa preocupa más. A qué cosa tendré que prestar más atención, y que cosa podré permitirme dejar de lado. Qué cosas se muestran y qué cosas no.

La información sobre el mundo aparece descompaginada, creo, porque son pocos los medios de comunicación que la “compaginan”. Por “compaginar” entiendo el trabajo material de seleccionar y disponer ordenadamente en una serie de páginas todos los hechos del día, atribuyendo a cada texto una posición y un contexto. Y, con eso, un sentido al interno de una narración más amplia.

Es el trabajo que siempre hizo la prensa de calidad: elegir las noticias, y ordenarlas por importancia asignando un peso a cada una. Dividirlas por tema y por área o sección. Por último, colocarlas en las páginas de un periódico ofreciendo, a través de un diseño, llaves de lectura implícitas pero eficaces.

-¿Navegás en red hace veinte años y todavía no te diste cuenta? Todos los sitios web están compaginados, y muchos juegan con gráficos e infografías muy interesantes.

No es lo mismo. En internet, la compaginación es generalmente una marca de identidad y de estética, en el sentido que enseguida te muestra en qué sitio estás y cuánto moderno es. Pero muy raramente la compaginación te dice si lo que estás leyendo es relevante. El papel funciona por selección, la pantalla por flujo y acumulación. El papel es normativo, la pantalla seductora.

En las primeras páginas de los diarios online, aún en aquellas más prestigiosos, se “chocan” más noticias que en la primera página de un diario. Yo diría que entre diez y veinte veces más, y en muchos casos, tantas más. Y todo mezclado: las “primicias”, los “últimos momentos”, los artículos viejos, los chismes, los videos “curiosos”, las galerías fotográficas, la publicidad…

-…hasta las actualizaciones en Facebook están compaginadas, y también los “tuits”: probá a salirte de la compaginación que estipula 140 caracteres, y verás.

Por eso: es una compaginación puramente de identidad. Cualquier actualización en las redes sociales son formalmente idénticas entre sí. Los 140 caracteres previstos por la jaula de Twitter son los mismos que tienen a disposición el Papa, Obama, Macri, Messi, yo, vos o cualquier troll.

-Querés decir que las redes sociales son democráticas. Y son veloces, modernas, universales y gratuitas. ¿Y de qué te lamentás?

Nada de gratuitas. En red todos pagamos, y cómo pagamos, en términos de tiempo gastado y de información suministrada durante la navegación. Aunque no es este el tema ahora.

El 50 por ciento de los jóvenes hoy se informa a través del flujo desordenado de las redes sociales. Pero, ¿estamos seguros que cada uno de ellos se toma el trabajo mental de poner la información en orden de importancia, de organizarla por áreas, de conectarlas entre ellas y de verificar la fiabilidad de las fuentes? Así las cosas, cada usuario debería convertirse, por decirlo de algún modo, en periodista de sí mismo. Y dudo que esto suceda.

De nuevo. También los noticieros de TV están compaginados según un formato, aunque sea una estructura menos evidente de aquella de los diarios, por el simple hecho que se desarrolla en modo diacrónico: al papel lo tenés todo delante, la televisión se mira por momentos.

-Cada época encuentra el propio modo de narrarse. Decime, ¿cuánta gente encontrás en la cola del banco con un diario, y cuánta con un celular?

No es contra las redes sociales ni con internet, y tampoco digo que la oferta de información deba disminuir. Digo sí que debería aumentar en modo consistente nuestra capacidad de gestionar la información. Y digo también que cuando la información no está organizada, la visión del mundo se descompagina, las ansias crecen y desordena también nuestra capacidad de decidir.

-Qué bien. ¿Preferís que alguien elija y gestione la información por tu cuenta, y te la “compagine” a la vieja usanza, en vez de ocuparte en primera persona?

Hoy, en la red, la “vieja usanza” no existe más. Pero una nueva manera está naciendo. Te pongo un ejemplo que pertenece al grado cero de la compaginación, y es la sección “imágenes” de Google. Probá a digitar “Isis” y observá qué aparece: miles de fotos de pura y cruda propaganda, sin un mínimo paratexto, un banner, nada que proteja u oriente a los lectores. Ningún contexto. ¿Qué sentido tiene? Google está haciendo un trabajo muy interesante de compaginación de la información médica, privilegiando la más fiable y relevante. Quizás estas operaciones tendrían que extenderse también a otras áreas sensibles.

UN FLUJO INGOBERNABLE Y ENREDADO

-…dejarías en manos de Google la selección de las imágenes, justo cuando Facebook intenta hacer una cosa similar con los trending topics?

El hecho que yo no tenga una solución no significa que el problema no exista. Y no, no tengo una solución. Pero creo que es el momento de abordar el problema. El periodista Michel Serra escribió: “Para nosotros, sociedad mediática, ¿cuál es la dosis de horror necesario para sentirnos “informados”?... los gritos, la muerte, la consternación de las víctimas, son cosas para publicar y/o postear sin mas, y a toneladas, o es necesaria una drástica clasificación?”.

Se trata de elegir, contextualizar y compaginar. Pero, ¿quién sabe y puede imaginar, menos aun cuando el límite entre información profesional e información ciudadana se va achicando?

Y las cosas, lamentablemente, no mejorarán; menos si tenemos en cuenta que para el 2020, el 82 por ciento del tráfico en internet estará constituido por videos.

-¿Sos consciente del hecho que también este artículo terminará “perdido” en la red?

Cruzo los dedos y confío en la competencia de los pocos lectores que llegaron hasta esta línea. Y a riesgo de parecer anticuado, nostálgico y tradicionalista, escribo y navego por internet pero sujeto bien fuerte en mis manos los diarios y revistas de papel, bien compaginadas como están. Al menos hasta que existan. 

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