Mauricio Macri se desdijo de su último discurso y desde la Casa Rosada emitió un mensaje más conciliador que el del lunes, cuando se había mostrado enojado con el electorado.

Como si se tratara de un bondadoso Papá Noel se lo vio dadivoso y dijo que convocará a la oposición, además de sumar algunas medidas para trabajadores, independientes y pymes, pero nada profundo, sino más bien con un tinte electoralista, como el de posponer aumentos en la nafta por 90 días después de la disparada del dólar en la que colaboró este equipo económico dubitativo y discapacitado intelectualmente.

Como si se tratara de un cuento que siempre se repite como el famoso de “La buena pipa”, el Presidente de la Nación intentó con un discurso simplista revertir su último exabrupto y seguir con la misma letanía de “todo lo que podemos hacer juntos”, en medio de una crisis cada vez más caótica en lo económico y que sólo la esperanza electoral le pone un paño frío hacia el futuro en lo social.

Dos mil pesos para el bolsillo de los trabajadores en septiembre y octubre, aumento del salario mínimo (sin precisiones), cambios en ganancias (sin precisiones), planes de pago a 10 años para las pymes para deudas por AFIP, pagos extras para beneficiarios de asignación universal por hijo (sin precisiones) y pago extra de cinco mil pesos para las fuerzas de seguridad a fin de año, aumentos del 40% en las becas Progresar y posponer aumentos de las nafta por 90 días.

Un Papa Noel que se mostró agotado para victimizarse aún más. Más cuento y más burla.

Un bolsa liviana para repartir y una bolsa pesada para cargar y cuyo peso siempre será transferido a los más vulnerables.