viernes 19 de abril de 2024

LOCALES | 29 ago 2019

CAMINOS, LOBBY Y CONECTIVIDAD RURAL

APAJ: Del barro a los negocios

Conformada como una asociación de productores agropecuarios preocupada por el devenir rural, terminó convirtiéndose en un sello de goma que utiliza como grupo de presión para obtener negocios. La empresaria, el concejal y el intendente se embarcan en un juego donde lo que se pierde es la confianza del chacarero.


Por: Semanario

La Asociación de Productores Agropecuarios de Junín (APAJ) se conformó a principios de 2018 con el objetivo de llevar adelante una serie de reclamos que estaban siendo desatendidos por la municipalidad, cómoda en su posición amical con la Sociedad Rural de Junín, y cuyas cabezas eran (y son) aliadas del color político petrequista.

Poniendo como mascarón de proa el estado calamitoso de los caminos rurales, sus integrantes dijeron en un principio que también se preocuparían  del “control de las cotorras que comen sus cultivos y las especies arbóreas nativas que crecen entorpeciendo la circulación de la gente de campos por los caminos vecinales”.

Dejaron soslayar algo referido al tema de hidráulica ya que las inundaciones fueron la “Espada de Damocles” en la cabeza de los agricultores durante 2017 y casi un centenar de “gente de campo” se acercó a las instalaciones de la Sociedad Italiana para poner la piedra fundacional de una entidad que llegaba en el momento apropiado, cuando los productores de base advertían que las promesas de Cambiemos no se cumplían y todo era más de lo mismo, y mientras la Mesa de Enlace tambaleaba por un Omar Príncipe que hacía valer la historia de Federación Agraria en defensa de los más chicos y vulnerables.

En ese marco, APAJ fue escuchada, avalada y acompañada en una serie de presentaciones que causaron malestar en el intendente Pablo Petrecca y los ruralistas locales.

Es más, desde la flamante entidad luego le “comerían un alfil” tras la tentadora oferta que le hicieran a un concejal oficialista que terminó siendo asesor de la empresaria Graciela Picchi.

¿SIN DIVISIONES?

Entonces, lo que apareció como una “entidad técnica” del campo que –decía- no “venía a dividir”, tuvo rápidamente sus primeras bajas internas, precisamente después de obtener la personería jurídica.

Quien fuera ungido presidente de la flamante institución, Fernando Hardoy, chacarero de Agustín Roca, de buenas a primeras presentó su renuncia sin dar motivos para ello y asumió la vice, Graciela Picchi, reconocida empresaria de temas ligados a consorcios para mantenimiento de caminos en Tandil y los servicios de comunicación rural junto a su marido Humberto “Bocha” Sandoval, fundador de lo que fue el “boom” de los ’90 en telefonía rural, tal como Siterco, luego con la empresa Siternet y hoy como titular de Ruralink y otras.

A partir de allí los reclamos de APAJ fueron puntualmente referidos de modo unívoco a los caminos rurales, el estado de los mismos y la presión hacia la gestión comunal local para que destinara el 100% de la tasa de red vial a una empresa privada con el fin de que se ocupara del tema.

En ese caso, el intendente Pablo Petrecca no estuvo dispuesto a entregar la caja que le permitía destinar el dinero a otros gastos corrientes y llenó de promesas al campo sin poder cumplirlas, mientras los caminos se mostraban cada vez más desastrosos.

VUELTA CARNERO

Fue allí cuando el concejal de Cambiemos Javier Belligoi, ingeniero agrónomo de profesión se pasó a las filas de la empresaria para asesorar en materia de negocios rurales, “agitando” el proyecto de “metrobús del campo” para Junín, propuesta que logró alcanzar repercusión nacional tras salir en un artículo en el diario La Nación de febrero pasado, pero que fue rápidamente desmentido por la cartera de agroindustria de Nación y funcionarios provinciales que se encontraron frente a una operación de prensa del mismo palo oficialista de la que Petrecca quiso y pudo zafar rápidamente.

Sin antes advertir el jefe comunal a su entorno que “había intereses personales en los reclamos de APAJ para hacer negocios privados”.

Este fue el principio del fin de la relación Petrecca-Belligoi, aunque éste último hace unos días salió a criticar la gestión meonista sumándose a la campaña del miedo promovida por los concejales oficialistas (ver páginas 6 y 7), olvidando no sólo su “vuelta carnero” en la arena de la política que lo ubicó en el mismo lugar de antes, pero pasando por diversos estadíos, sino además su papel de doble mostrador, por un lado promoviendo negocios con el Estado mientras él es concejal y con ello representante de ese Estado con quien quiere negociar.

Una situación que, por cierto, no es ilegal, pero genera algunos dilemas éticos. Ética que vale recordar, promovía “allá cerca” el alcalde juninense para su rebaño político.

LOBBYSTA DE CORAZÓN

El Lobbying (hacer lobby o cabildeo), es una actividad llevada a cabo por grupos que pretenden influir y presionar al poder político para hacer prevalecer sus intereses y Graciela Picchi ha demostrado ser muy buena en esto, debido a su incansable trajinar para conseguir agua para su molino.

La actividad del lobby no es ilegal, por el contrario, en lugares como Estados Unidos está difundida y hay empresas que trabajan en ello a favor de intereses varios, siempre particulares y no interés público.

De todas maneras lo que se le endilga a la empresaria es que haya utilizado a los productores agropecuarios buscando nuclearlos en una asociación y que sea a través de ellos que logre los beneficios para sus propias empresas.

Hoy APAJ no realiza encuentros, dicen que son a través de grupos de whatsapp, pero lo que apareció como una entidad terminó siendo un sello de goma que promueve favores a empresarios.

Desde los pasillos de la municipalidad aseguran que Picchi y Petrecca buscaron una forma de parar la sangría que les estaba causando la situación y ya habrían alcanzado la paz.

Al Intendente le molestan las críticas, tiene poca resistencia a la frustración y ante las presiones sale rápidamente a contrarrestar con algún ataque promovido por sus amigos mediáticos y funcionarios afines. Cuando no logra el cometido arma alguna operación de escraches o maltratos con sus operadores en las redes sociales y recién después, si no hay resultados, se sienta a negociar.

Picchi y su asociación no pudieron con la “caja” que el intendente cuida para poder salvar al erario de la mala administración y tener todo atado con alambre, cuando se da una imagen de saneamiento que no se condice con la imagen de abandono que muestra la ciudad en muchos sectores.

De este modo, se habría acordado terminar con el reclamo en caminos y para eso invirtió en algunas cosas y puso un coordinador de área, Alberto del Solar Dorrego, por encima de Marcelo Balestrasse, que lo único que había logrado hasta el momento era más problemas.

Si bien las soluciones son lentas, hubo algunas mejoras y la seca del invierno sirvió para apaciguar a los chacareros y seguir zafando como se pueda hasta octubre, mes eleccionario.

Por su parte, Graciela Picchi dejó de ir a todos los medios para exigir la recaudación de la tasa de Red Vial para “alguna” empresa privada y Petrecca -con un nombramiento, algo de personal, la compra de maquinaria con un crédito- se quedó con la recaudación.

Por su parte, Belligoi dejó de vender humo con el Metrobús del Campo y hoy se ocupa de vender el servicio de conectividad rural y a la espera de dejar su banca en el Concejo Deliberante, a la que llegó en 2015 pensando que Petrecca no ganaría y con la cual nunca estuvo a gusto, lo cual quedó demostrado en su pobre intervención durante estos cuatro años.

Picchi y Petrecca, por su parte, habrían acordado que el jefe comunal le daría apoyo local, regional y provincial con sus contactos para que la empresaria logre hacer sustentable el negocio de la “conectividad rural”.

“La Mesa de Conectividad Rural” de la que Picchi es coordinadora nacional, fue lanzada en marzo en ExpoAgro, la feria del sector agropecuario, y apunta a crear una “autopista digital” en el campo para determinar una nueva banda de frecuencias –exclusiva para el ámbito rural– con capacidad para transportar grandes volúmenes de datos por medio de dispositivos tecnológicos que sean tanto técnica como económicamente viable.

Esto requiere –otra vez- de fuerte lobby para poder obtener las frecuencias que otorgue el ente nacional de comunicaciones (ENACOM).

Otra pata del negocio sería también el programa “Tranqueras conectadas” que ya anunció la municipalidad de Junín.

En medio de las roscas políticas y comerciales, están los productores que, en verdad, ven pasar la pelota de un lado a otro, sin posibilidades de aportar opinión respecto de sus propias necesidades.

Y mientras empresarios y Estado enhebran sus conclusiones, lo cierto es que antes que caminos, conectividad y tecnología, se necesitan planes productivos y ambientales para que la gente vuelva a ser parte de la ruralidad y se termine con el éxodo masivo de décadas, producto precisamente de políticas que han dejado de lado al hombre “de campo” para beneficiar al “hombre con campo”.

Mientras eso no quede debidamente definido en una agenda en serio, todo lo que se haga no será más que parches electorales para seguir en el poder por parte de la clase política y el aprovechamiento empresarial para lograr algún negocio.

Al fin y al cabo, ambos estarán usando para sus fines a la gente, sin preguntarle verdaderamente cuáles son sus necesidades.

EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 24 DE AGOSTO 2019 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA  

 

 

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