viernes 19 de abril de 2024

DEPORTES | 13 sep 2019

Natación en junin

Números que no cierran

La natación en Junín sufrió por el cierre del complejo Santa Paula. Se quiso hacer una refundación del lugar, sin medir las consecuencias. Los resultados de la reciente etapa regional de los juegos bonaerenses son un ejemplo de ello. La representación local no paró de caer desde 2015.


Por: Semanario

Los números que no mienten Hay resultados que sirven para medir una gestión deportiva. Para lograrlos, es necesario trabajo, infraestructura, material humano y tiempo. Y una continuidad de las acciones emprendidas; una política de estado. En este aspecto los argentinos, nos hemos habituado a cometer errores históricos y groseros, como personalizar cada período político diferenciándolo del anterior, empezando de cero, omitiendo acciones del otro, sin medir análisis de ningún tipo. Y vamos y venimos. Y volvemos a arrancar.

Esto pasó y pasa en el país. Ejemplo de ello es la actual situación del Enard y su traspaso a la Agencia Nacional del Deporte, que ha excluido a un montón de deportistas, generando enojos de todo tipo. En nuestra ciudad, quien sufrió los vaivenes de acciones de uno y otro lado fue la natación. Los resultados de la reciente etapa regional de los juegos bonaerenses son un ejemplo de ello. La representación de Junín no paró de caer desde 2015.

La natación en nuestra ciudad sufrió por el cierre del complejo Santa Paula. Se quiso hacer una refundación del lugar, sin medir las consecuencias que traería. No había dudas que el lugar no estaba en las mejores condiciones de funcionar. Pero la decisión de cerrarlo por tres años, sin un plan alternativo significó un periodo demasiado extenso para la formación deportiva. ¿No se pudo planificar las obras para que el natatorio siguiera operativo mientras se realizaban otras tareas complementarias? Hoy, sus resultados, empezaron a verse.

Los nadadores de AEFIP y PREDADORES, -históricamente fueron los más numerosos de la ciudad-, desde el cierre del Santa Paula quedaron ‘a la buena de Dios’. Algunos optaron por viajar a Lincoln y Chacabuco para nadar con el espacio y lugar adecuado. Ciudades que les ofrecieron las comodidades que desde el gobierno de Junín no se gestionaron. Los que no pudieron hacerlo, por razones económicas, tuvieron que optar por abonar en el club Junín y entrenar amontonados, -hasta 8 personas por andarivel-- y escuchando los rezongos de los nenitos que jugaban o los ancianos que cumplían sus rutinas. Un entrenamiento por demás inadecuado.

Insistentemente los padres buscaron algún paliativo con el Intendente Pablo Petrecca y con el Subsecretario de Educación y Deportes, Daniel Pueyo, sin éxito alguno. Desde el área del municipio se esgrimieron una serie de excusas ‘de manual’, cuando no se quiere ayudar en nada. Nadie hizo nada.

Mientras el Santa Paula se cerró, en ese mismo período la situación económica de las familias – no es ninguna novedad-, empeoró. Los que viajaban, lo dejaron de hacer. Y los que no pudieron pagar el arancel del club, dejaron la natación. La reapertura del natatorio llegó bastante tarde para que retomen los que dejaron y se acondicionen los que estaban mal entrenados. Y los resultados a la vista.

Junín tiene miles de personas que practican natación. Desde siempre existieron los clubes con enseñanza de verano. A ellos se les sumaron un gran número de sindicatos con piletas, que albergan nadadores año tras año. Suena a mucho, pero crean es poco. En esta ciudad solo asisten aproximadamente 300 personas al Club Junin y unas 500 al Santa Paula. Si existieran dos piletas más, seguro se llenarían. Por caso, en la región, Chacabuco y Pergamino tienen mejor relación natatorio/población que Junin.

Un buen proyecto para la próxima gestión, sea quien sea gane las elecciones, sería definitivamente realizar el natatorio municipal de 25 x 50. No solo para la práctica de la natación de los juninenses sino para comenzar a atraer eventos de nivel nacional y posicionar a la ciudad como referente zonal. No hace falta recordar que Junín cuenta en su historia reciente, con nadadores a nivel mundial, y que sólo habría que volver a colocarla en el mapa.

¿Qué nos falta? Resta esperar una nueva generación de nadadores en formación y que los próximos gobiernos no repitan errores. 

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