viernes 29 de marzo de 2024

LOCALES | 14 sep 2019

EDITORIAL

Especular con la esperanza

Lo único que le queda a la mayoría es pensar en la reconstrucción: la especulación de esperanzarse con nuevos sueños.


Por: Semanario

El candidato Mauricio Macri reúne a su tropa y cita a Mirtha Legrand para tratar de explicar cómo afrontarán las elecciones de octubre: “Si te ven mal te maltratan”, repite en modo pseudofilósofo.

La candidata María Eugenia Vidal aprovecha su posición gubernamental y literalmente le “tira” a los bonaerenses 14 mil millones de pesos para comprar los votos que perdió ninguneando docentes, boludeando pobres, banalizando al Estado y jugando con las caretas de dureza y ternura, según la enfocaran sus periodistas amigos.

El candidato Pablo Petrecca reúne en el Día de la Industria -desayuno municipal mediante, aprovechando que las medialunas las paga el vecino- a 10 empresarios que sonríen por compromiso para la foto anunciando falaces inversiones en un parque local que es la imagen del “industricidio” de Cambiemos que el candidato Axel Kiciloff pone en números fríos a través de un power point.

Los analistas económicos prometen inflación del 55% para fin de año, y la fuga de dólares de la especulación financiera bancada con créditos que nunca alcanzaremos a pagar ya se llevó lo que serían planes sociales por 10 años, subsidios a las tarifas por otro tanto, Fútbol para Todos hasta que jueguen los nietos del Muñeco Gallardo, medicamentos gratis para aquellos jubilados que hoy tienen 50 años y mucho más.

La sangría del dinero aprovechada por los grupos poderosos nos deja como morosos crónicos internacionalmente y al timón hallamos a un gobierno que se sospecha haber favorecido a sus amigos, cuando prometió cambiar la forma de hacer política y sólo terminó alentando la timba económica de unos pocos, dejándole al resto las tragaperras de los bingos para que se entretengan.

Entonces, las mayorías que votaron en contra del plan perverso, hoy parecen ser más mayoría. Y cuando no vale especular dejando de pagar la cooperadora de la escuela para comprar un paquete de yerba que mañana costará un 30% más y guardarlo, sólo nos cabe especular con la esperanza de que también se termine con esta propuesta de fantasía política por parte de quienes quieren convencer ahora, sumergiendo en la mendicidad, a quienes sabían que excluirían.

Quedan los valores intangibles del pueblo que siempre pone el cuerpo, las dignidades vecinales que miran al otro y a su gente.

Queda participar para reclamar que se frene con el desatino, para saber al menos si era cierto que quienes se van podían en algún momento hacer algo bien.

Y en medio de las metáforas que nos sirven para ser delicados cuando vemos que todo se va a la mierda, pedimos que al menos nos presten un casco o nos abrochen el cinturón de seguridad antes del choque.

Porque lo único que le queda a la mayoría es pensar en la reconstrucción, es la especulación de esperanzarse con nuevos sueños, pensando en cómo se construye, se proyecta, se pacifica.

Una autopromesa que, al fin y al cabo, alivia, en medio de tanta promesa que engaña.

 

 

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