Por: Semanario

Desde Luján a Junín la Ruta Nacional 7 se extiende por 190 kilómetros (desde el 70 al 260), pasando por diferentes distritos.

Causa profunda vergüenza que aún debamos estar intentando tener una ruta más segura –de dos carriles por lado- cuando el “ferrocidio”, y por ende el crecimiento del parque automotor de carga, dejaron centenares de víctimas sobre el asfalto, peajes mediante y tras malogradas gestiones de hace tres décadas al menos.

El cartel de los autoconvocados de Chacabuco, una de las organizaciones que más reclamó para que la ruta fuera segura, sigue enhiesto en una de las entradas de ese distrito, referenciando que las obras actuales comenzaron el 10 de junio de 2016, luego de que el gobierno anterior dejara prácticamente listos los 25 kilómetros de autopista que llegaban hasta el kilómetro 99 de San Andrés de Giles y que fueran inaugurados oportunamente por la gestión Macri en marzo de 2016.

Paradójicamente, y a pesar de la algarabía reinante, los vecinos de Chacabuco serán los que nada reciban de la nueva obra que se va completando de “a cachos” con el objetivo ahora de aprovechar la publicidad para obtener algún voto más de los que ya perdieron durante las PASO.

Y a partir de los “retazos” cumplimentados y una variedad y cantidad de gacetillas mediáticas de Vialidad Nacional, se trata de mostrar cohesión para una gestión que hizo agua por todos lados.

En marzo de este año se consideraba que estarían concluidos los 190 kilómetros, sin embargo la falta de continuidad en las partidas presupuestarias a cargo del ministro Guillermo Dietrich terminaron ralentizando el proceso. Como en todo el gobierno Cambiemos: “pasaron cosas”.

Hoy hay un lío de inicios sin terminar, con fechas inciertas y que no prestarán ningún fin útil ya que no se materializa el todo, sino partes sueltas que quien sabe cuándo y quién terminará.

Por lo que transitar la “Autopista Ruta 7” será hacerlo una parte de dos manos, otra de una, otra de dos, nuevamente una y tal vez terminemos en dos. Al llegar al km 262 de Junín.

CUENTOS DE CAMINOS

Hace unos meses, y con el fin de causar algo de empuje propagandístico con miras a la PASO, Macri y Vidal, en un acto del que participó el infaltable intendente local Pablo Petrecca, inauguraron con todo el cotillón Cambiemos unos ocho nuevos kilómetros en San Andrés de Giles, haciendo malabares discursivos para que pareciera un hecho imponente, cuando sólo era salirse del libreto para sumar votos.

En esa oportunidad, el Presidente llegó a decir que “esta ruta es real, no es relato, no es sarasa, esto está hecho. No es un hecho aislado. Está pasando en todo el país. Todos los días estamos inaugurando obras en todo el país. Ya terminamos 7.600 kilómetros entre autopistas y rutas. Y tenemos 13.480 kilómetros en construcción. Esto es más que en los últimos 65 años".

Sin embargo, el sitio Chequeado.com. dejó al descubierto una maniobra ya que publicó unos días después que “durante la gestión de Cambiemos se hicieron 8.958 km de obras viales finalizadas y hay 13.873 km de obras en ejecución, según un documento que enviaron desde la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) a Chequeado. Pero, este número cuenta muchos tipos de obras, como repavimentaciones, y no sólo la construcción de nuevas autopistas o rutas”.

Según estos datos oficiales, el gobierno de Cambiemos finalizó casi 440 km de autopistas y 21 km de rutas. Serían algo más de 460 km de nuevas autopistas y rutas construidas. Además, hay otros 905 km de autopistas en ejecución.

De los 8.958 informados por el Gobierno, más de la mitad son repavimentaciones (53%). Lo siguen las pavimentaciones (14%), mantenimientos (14%) y rehabilitaciones (8%). Además, en la lista se incluyen obras de enripiado, iluminación y seguridad.

Sobre las obras que todavía están en ejecución, la mayoría de los 13.873 km también son repavimentaciones (67%). Lo siguen mantenimiento (14%), autopistas (7%) y pavimentaciones (5%).

UN TRAYECTO MAS

En breve, teniendo en cuenta las tareas que llevan adelante, se inaugurarán seguramente otros 11 kilómetros (San Andrés de Giles) lo cual completaría la autopista hasta el Km 120, a 20 del ingreso a Carmen de Areco.

Desde allí hasta Chacabuco no hay nada, ya que la empresa que se ocuparía de la obra terminó yéndose el año pasado luego de largos cabildeos relacionados con la falta de pagos y actualizaciones, teniendo en cuenta que, en medio del proceso, la impericia económica del gobierno despertó una fenomenal crisis que melló las finanzas empresarias.

Por eso en Chacabuco reina la desazón ya que hubo infinidad de promesas de que el tramo sería reconcesionado y sin embargo, nada de eso sucedió.

Teniendo en cuenta que es probable que no siga la gestión de gobierno actual, se dejará esa tarea en manos de los próximos gobernantes por lo que no se puede siquiera predecir cuándo se completará ese “cacho”.

Por lo que el abandono de la Ruta 7 para su transformación en autopista va del km 140 al 220 aproximadamente, lugar éste último conocido como la curva de Coliqueo, desde donde comienzan otra vez las tareas de la construcción de la doble mano con destino a Junín.

De todas maneras ese tramo tampoco llegaría a inaugurarse para octubre, porque aún faltan terminar los puentes derivadores ubicados cerca de la entrada a la Laguna de Rocha y el del ingreso a la localidad de O’Higgins.

Incluso queda todavía por consolidar y asfaltar un tramo de aproximadamente dos kilómetros, ubicado en cercanías del puente sobre el Río Salado, por lo que si bien los intendentes de Chacabuco y Junín estaban con la cinta en la mano para hacer una inauguración en conjunto, es poco probable que esto suceda.

Además, Víctor Aiola está muy desilusionado por haber quedado afuera de la autopista con el costo político que sabe le generará en las generales de octubre.

Por su parte, Petrecca espera poder recorrer con Macri el trayecto que va desde el Golf Club Junín hacia el paraje La Agraria, una localidad de muy pocos habitantes a la que el intendente no visitó en sus cuatro años de mandato y que se destaca por tener una cooperativa eléctrica, una muy bien equipada estación de servicio y un club al que la gestión municipal lo condenó al ostracismo por no permitirle organizar los tradicionales bailes mensuales para recaudar algo de dinero para su mantenimiento.

De todas maneras, en esos 15 kilómetros que van del km 255 al 246 falta realizar las banquinas asfaltadas y toda la luminaria en el derivador que incluye un camino de tierra a Morse.

No parece haber demasiado entusiasmo para terminar tal y como es debido la obra, pero las urgencias electorales parecen ser esenciales en estos momentos.

Desde el Golf Club Junín hacia el ingreso a nuestra ciudad se están haciendo obras en las colectoras, pero aún no queda claro cuál será el trazado final. Se suponía que sería un tramo más angosto para no invadir uno de los hoyos del golf. Hay máquinas, pero se desconoce la obra.

En tanto que desde el primero de los ingresos a Junín en la intersección con la avenida de Circunvalación hasta el ingreso a la avenida De la Sota, hay reclamos varios.

De hecho, el ex intendente Mario Meoni, que competirá en octubre, días atrás se aseguró en un mano a mano con Alberto Fernández que la autopista continuará si hay cambio de gobierno. Así y todo realizó críticas a la obra al considerar que no se sabe cuáles serán los ingresos a la ciudad (desde la autopista) y si se hará algo respecto a la nueva terminal de ómnibus, por lo que consideró que esto debiera ser materia de debate. Algo que no ha ocurrido, a pesar de los cambios sobre la marcha y el silencio de esta gestión municipal que ante cada invitación se calza el casco blanco y corre raudo a aplaudir a sus socios políticos que visitan una obra que se ha convertido en un verdadero rompecabezas que ni los propios constructores parecen comprender dónde encaja cada pieza.

EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 21 DE SEPTIEMRE 2019 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA