jueves 28 de marzo de 2024

LOCALES | 9 oct 2019

EDITORIAL

Cómo sobrevivir a la mentira política

¿Cuáles son las características que definen la mentira y el engaño en la política? ¿Qué riesgos corre una democracia con estas actividades? ¿Qué actitud deberían asumir los ciudadanos frente a estas falsedades?


Por: Semanario

Desde el “relato” achacado al anterior gobierno, hasta la andanada de frases del Presidente de la Nación actual y en su analogía al intendente municipal, los ciudadanos transcurrimos día a día por un sendero plagado de aquellas serpientes ofertando manzanas a cambio del paraíso terrenal.

Y mientras están aquellos que prefieren sentarse y dejar que los otros transiten más o menos interesados, lo cierto es que más aún en épocas electorales las ofertas se hacen relativamente numerosas, pero al mismo tiempo más frustrantes en una comunidad agobiada por la propaganda.

Es entonces que en el tedioso panorama van quedando en el camino almas agotadas del desprecio y el olvido, que por ello mismo terminan abandonando la política.

Abandonar la política supone, para los pueblos, dejar en manos de unos pocos las decisiones que, por ende, nunca los contemplarán.

Sin embargo, para poder lograr mayor participación habrá que buscar mecanismos válidos que acompañen y sean acompañados por la dirigencia, con el fin de ir desprendiéndose de lo que hoy parece un tumor invasivo y es la mentira política.

Resultará entonces imprescindible que a partir de la llegada de un nuevo gobierno, las entidades intermedias de la ciudad, en lugar de tomar posición acabada por uno u otro bando en función de sus intereses particulares, tengan un gesto mínimo de altruismo para conjugar en un punto a toda la comunidad.

Y para ello será menester comenzar a profundizar en los mecanismos que permitan evitar precisamente el engaño del que hablamos y que no hace más que profundizar la brecha social y generar un atraso mayúsculo en el desarrollo del distrito.

A partir de un Junín más inclusivo en cuanto a diálogo y debates, sin miedo a intercambiar puntos de vista, podremos apartarnos de ese peligroso mecanismo que utilizan en forma preponderante algunos grupos de poder, para empoderarse de la vida política.

Desde nuestras páginas oportunamente hemos criticado que unas pocas entidades se hayan arrogado la representatividad de organizar un pseudo debate político partidario entre los candidatos a intendente y hasta éstos mismos han coincido recientemente con nuestros conceptos.

¿Cuáles son las características que definen la mentira y el engaño en la política? ¿Qué riesgos corre una democracia con estas actividades? ¿Qué actitud deberían asumir los ciudadanos frente a estas falsedades?

Para los especialistas, la mentira política se trata de un discurso lógico, suficientemente coherente, dicho con autoridad, capaz de movilizar a la gente para alcanzar un objetivo.

Y hoy día no podría definirse cuán lejos o cerca estamos de las prácticas del gobierno romano, basadas en una estrategia que hacía que los ciudadanos confíen ciegamente en sus gobernantes, porque parecen (sólo parecen) comprender los asuntos de Estado desde “una inteligencia superior que la población no posee”.

Tal vez sea por eso mismo que uno de los riesgos que vive la democracia con la mentira y el engaño es que las personas dejen de acceder a la información necesaria para tener opiniones sólidas y que terminen recurriendo únicamente a aquellos que piensan lo mismo, originando polarización y violencia, evitando confiar en un sistema político que se basa en el diálogo y discusión ciudadana, y dudando, además, de la sociedad en su conjunto.

Un círculo de confianza que, de modo urgente, tendremos que recomponer.

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