sábado 20 de abril de 2024

LOCALES | 12 oct 2019

Nocturnidad sin controles

No sigamos tentando al demonio

En medio del temporal, con el agua adentro de algunos boliches en Junín, la fiesta siguió como si nada.


Cientos y cientos  de adolescentes bailaban y chapoteaban divertidos, en medio del aguacero que se desató en Junín y que anegó diversos sectores de la ciudad, luego de los 150mm caídos en pocas horas. No quedaron exentos algunos locales bailables de la ciudad, donde la actividad siguió a full. A merced de la irresponsabilidad, la impericia y la falta absoluta de controles, rodeados de luces y equipamiento de alto voltaje, la diversión en los centros bailables siguió como si nada pasara. Pero pasaba.

En el local Río, ubicado en Benito de Miguel, las goteras fueron numerosas y formaron más de un charco adentro , sin que nadie, absolutamente nadie hiciera algo para parar la música, encender las luces y cortar la energía inmediatamente, utilizando las luces de emergencia, para evitar una posible tragedia. Algo similar pasó en JClub, dijeron varios adolescentes.

Parece que Cromagnón no hubiera servido para que de una buena vez se establezca un protocolo de seguridad estricto y que se cumpla ante situaciones como éstas. ¿La vida no vale nada? ¿Sabían los padres esta situación? ¿A los propietarios del local no se les cruzó por la cabeza que podía haberse desatado una tragedia de magnitudes descomunales? ¿Cómo es posible que en medio de las  goteras o chorros de agua, a ninguno se le ocurrió pensar que podía haber pasado cualquier cosa? ¿Las autoridades municipales, los controles de nocturnidad, los responsables de Defensa Civil, no se enteraron ni tienen nada para decir?

Muchas preguntas que esperan las respuestas. Todas las miradas y los esfuerzos se direccionaron  a las bocas de tormenta tapadas, algunas calles anegadas, y  la  evacuación de varias familias y por el rol del Estado ante la emergencia. Pero por allí, ninguno apareció.

No trascendió, pero pasó . No fue la primera vez. Ya sucedió hace un par de años, en el boliche al aire libre ‘Cuyén’ cuando un diluvio en medio de la noche, no detuvo la fiesta generando una ola de repudio generalizado ante la inacción general. Y volvió a pasar  este sábado. Fue similar, aunque bajo techo, El agua colapsó algunos lugares, pero la fiesta siguió como si nada.

No debiera repetirse nunca más.

Podrían preguntar en Bariloche, donde cada local detiene la diversión  para anuncar las medidas de seguridad y cómo actuar en caso de ser necesario. Prenden las luces del local, y desde una pantalla gigante se les informa a todos los presentes cómo proceder en caso de tener que actuar ante una contingencia inesperada. Es sólo una idea que podría implementarse. Seguro los especialistas tendrán varias más.

Parece que acá estamos a años luz de prevenir situaciones de este tipo y seguimos tentando al demonio. Algún día vamos a lograr despertarlo. O no, ojalá que no.

Que antes alguien haga algo.

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