Grande es la sorpresa de vecinos cuando reciben en sus domicilios la boleta mezclada de Juntos por el Cambio y Consenso Federal. Es que le proponen votar a Roberto Lavagna y los diputados nacionales que lo acompañan, y agregar los cuerpos correspondientes a la gobernadora Vidal, la nómina de diputados provinciales que encabeza Laura Ricchini y en Junín, al candidato Pablo Petrecca.

Son los últimos manotazos de ahogado de esta generación que vino a “cambiar la política”, a desterrar viejas prácticas… aunque cuando es necesario, las desempolvan y las ponen nuevamente sobre la mesa.

El intendente ya había sido acusado días atrás por el candidato local de Consenso Federal, Diego Ruiz, por haberle quitado pasacalles de lugares públicos permitidos para su instalación, y haber puesto en esos sitios los correspondientes a Juntos por el Cambio que promueven su candidatura.

Ahora, al parecer Ruiz también fue traicionado desde su propio sector, por parte de dirigentes que habrían estado a cargo del ‘acuerdo’ con el oficialismo local para el reparto de boletas.

Es que los resultados de las PASO y las encuestas que manejan, hacen que el “soldadito” Petrecca abandone filas y se cuide su propio futuro, así que desestimó al jefe máximo Mauricio Macri y optó por tratar de sumar votos de algunos desentendidos, a cuyas manos puede llegar esta mezcla de boletas, y de este modo sumar votos imprescindibles.

A cambio de estos ‘favores’, los rumores indican que varias esposas de estos dirigentes de Consenso Federal habrían sido nombradas en las últimas horas como empleadas municipales. Otra práctica de la vieja política a la que Petrecca echa mano, además de contratar favores de punteros políticos acusados de estafa por la Justicia o la entrega desesperada de materiales de construcción y bolsas de alimento a cambio del voto.

Es que Pablo se juega sus cartas personales: sin un gobierno nacional o provincial donde desembarcar, si no gana en Junín su futuro personal político está comprometido. Le aguardarían al menos dos años de inactividad, tratando de colarse en alguna lista legislativa para el 2021, y con un panorama incierto en cuanto a su trabajo personal. ¿Volvería a ARBA, donde no sería bien recibido por sus compañeros? ¿Armaría su propio estudio contable?

Por eso, Petrecca está al frente de una cruzada personal. Se juega la vida en estas elecciones. Y poco importa que los convidados de piedra de la boda sean todos los juninenses, porque si sigue cuatro años más en el municipio, Junín quedaría en manos de su escasa capacidad de gestión frente a gobiernos superiores de otro signo político.