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Sin límites, la violencia recrudece en las escuelas - Semanario de Junín

LOCALES | 12 NOV 2025

ACTUALIDAD

Sin límites, la violencia recrudece en las escuelas

Lo acontecido en Junín, con una adolescente atacada por la madre de otra alumna dentro del establecimiento, marca una escalada sinfín para la cual no hay acciones efectivas.



El nivel de violencia inusitada dentro de un aula de la Escuela Secundaria 16 de Junín, que terminó con una alumna de 14 años en el hospital, una denuncia en sede policial y un pedido de medida cautelar de parte de su familia para resguardar la integridad física de la menor, nos interpela de lleno acerca de la situación que se vive en la comunidad educativa, aunque en función de cómo se desarrolla la sociedad por estos tiempos es posible que los que tienen responsabilidades terminen por hacerse los boludos.

La denuncia radicada en sede policial indicó que la víctima ingresó a la escuela y cuando llegó al aula, una compañera le avisó que una mujer la estaba buscando y que le quería pegar.

Lo inusitado es que la agresora entró al establecimiento sin más y enfrentó a la estudiante gritándole: “qué problema tenés con mi hija”, golpeándola en la cara.

La menor de 14 años intentó defenderse mientras recibía golpes en la cabeza, los brazos y las piernas. No obstante, lo peor llegó después, cuando la hija se acercó a su madre y le dio un trozo de cadena con la cual le propinó varios golpes en la cabeza que le produjeron un corte sangrante.

El gobierno del cotillón que conduce (en retirada) Pablo Petrecca, fue de los que no mencionaron el episodio en sus relatos cotidianos, desentendiéndose del problema que atraviesa a la comunidad en su conjunto aunque por lo general prefiere, esconder la cabeza debajo de la tierra, lo cual no hace más que escalar la situación.

Como pasa comúnmente hay protocolos específicos para atender este tipo de situaciones, sin embargo, los desbordes acontecen en mayor o menor medida.

La situación adquiere por lo tanto una gravedad que se intenta minimizar y el interrogante como ocurre en estos casos es: ¿cuál es el límite?

¿LA ESCUELA ES O NO ES?

“Sacralizamos a la escuela como ícono de la constitución del individuo, pero la dejamos a la deriva esperando que sea el docente el que resuelva todo”, sostiene una maestra de grado a SEMANARIO, que sabe que se hace imposible en soledad hallar alguna solución.

La violencia escolar pareciera estar en aumento, incluso con una participación creciente de padres y madres en los episodios decía el diario La Nación en un artículo publicado en julio de este año tras un episodio acontecido en un colegio de La Boca donde dos mujeres atacaron a una maestra.

Es uno de los tantos temas para abordar entre las políticas públicas referidas a educación: al igual que otras instituciones civiles y estatales, la escuela perdió autoridad.

“En la mayor parte de los países, las escuelas pasaron a cumplir funciones de contención y cuidado emocional que exceden el mandato original de enseñar. Esas demandas nunca podrán satisfacerse plenamente porque las escuelas no están formateadas para eso, lo que genera frustración y disolución de la autoridad que terminan con agresiones hacia los que están más cerca: los docentes”, describe el doctor en educación Mariano Narodowski, autor del libro Un mundo sin adultos.

La psiconeuroeducadora Sofía Lewicki, autora del libro “Tan mal sí salimos” y ahora con la nueva obra “Nino usa su voz”, destaca que “el modelo está caduco, y los niños nos lo traen todo el tiempo. Si les preguntás ‘¿qué es lo que más te gusta de la escuela?’, te responden: ‘el recreo’. Nos reímos, pero es tremendo. Son niños que están constituyendo su identidad, su personalidad, y están ocho horas padeciendo”.

Puntualiza la especialista que “es importante volver a tejer la red entre la escuela y la familia, que está totalmente rota. Lo que pasa en la escuela queda en la escuela; lo que pasa en familia queda en familia: no estamos interconectados”. Expresa que “hay que volver a tejer la relación y entender que estamos del mismo lado. Y eso también tiene que ver con el modelo económico de la individualidad, donde cada uno piensa en lo propio”.

“Se perdió el tejido social fundamental para criar, para educar. Siento que es una red llena de agujeros y arriba están los niños. Y son los que están cayendo por esos agujeros”, sintetiza concretamente.

“La escuela no está aislada de lo que pasa en la sociedad”, sintetiza Cecilia Veleda, doctora en sociología de la educación. “Nuestra sociedad está atravesada por la pobreza, la falta de perspectivas, la fragmentación y la violencia, alentada muchas veces desde las esferas gubernamentales. Hay que reconstruir institucionalidad mediante articulación intersectorial para prevenir y atender las situaciones problemáticas, reglas de convivencia más claras para las escuelas, mejor formación para directores y docentes. El clima de trabajo es problemático en buena parte de las escuelas del país y peor que en buena parte de los países del mundo, como lo muestran las evaluaciones internacionales. Esto es causa y a la vez consecuencia del deterioro de la calidad educativa: cuando la propuesta pedagógica de la escuela tiene sentido para los estudiantes, el clima mejora”, opina.

Alejandro Castro Santander, director del Observatorio de la Convivencia Escolar (UCA), apunta que es necesario primero hacer un diagnóstico. “En un estudio que hicimos en 2023, el 80,2% de los directivos dijo que la convivencia escolar no era un problema menor o no era un problema. Ahí ya tenés un obstáculo, porque no va a formar parte de la gestión. Van a esperar que pase algo en vez de prevenirlo y, después, en general el mensaje es ‘esto tiene que quedar acá adentro’”, expone.

En la provincia de Buenos Aires estas conductas están tipificadas como contravención legal y cuentan con una Guía de Orientación e Intervención en situaciones conflictivas y vulneración de derechos.

La Plata: una preceptora fue herida al intentar frenar una pelea entre un exalumno y otro estudiante. (Captura de video).

CUANDO LA “ORIENTACION” NO ALCANZA

El manual de orientación de la provincia de Buenos Aires plantea una variedad de situaciones de violencia que realmente resultan todavía más preocupantes ya que se advierte el avance crítico y no la solución. Pero además los riesgos ciertos que pueden padecer niños niñas y adolescentes (NNA) en el marco de la comunidad educativa cuando creemos erróneamente que se trata de un espacio seguro, cuando esa atención a la seguridad ha sido abandonada por el Estado.

¿Qué dice el manual respecto al hecho acontecido en la escuela 16 de nuestra ciudad?

Específicamente refiere a “Situaciones de violencia en el espacio escolar de un padre / madre /familiar / referente u otro hacia un NNA”, indicando que “cuando un adulto irrumpe en el espacio escolar con intención de agredir a un NNA, siempre se debe intervenir intentando disuadir, invitando al diálogo, a la escucha, a transmitir que la escuela es un ámbito de cuidado de todos los que la habitan”. Agrega que “Nunca se debe responder con una agresión. En situaciones de este tipo es conveniente que ese adulto sea atendido por más de una persona, creando un ambiente favorable al diálogo. Cuando se percibe que la agresión no puede ser desarticulada mediante una situación de diálogo, se llamará al 911 como último recurso y, en lo posible, se resguardará a todos los alumnos del contacto con el adulto en cuestión”.

Entre las “Instancias a considerar en aquellos casos donde sucediera la agresión física”, destaca “brindar atención de primeros auxilios y llamar a la emergencia médica con la que cuenta la escuela o al servicio del Ministerio de Salud. Al mismo tiempo, se deberá establecer contacto con los referentes adultos a cargo del NNA para informar la situación y convocarlos a la institución educativa.

Todo se cierra con una serie de medidas burocráticas, tal como “el Equipo de Conducción Institucional informará al Inspector de nivel y de Modalidad de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social, quienes a su vez informarán a la Jefatura Distrital”.

También que “el Equipo de Conducción Institucional podrá solicitar la colaboración de un Equipo de Orientación Escolar de otra institución, si no contara con uno en su planta docente para abordar la problemática suscitada”.

Finalmente, el manual puntualiza que “el Equipo de Conducción Institucional deberá arbitrar las medidas necesarias para que el NNA vinculado al adulto que manifestó una actitud violenta no sufra ningún tipo de señalamiento ni estigmatización”.

Eleonora Barattini, abogada especialista en educación vinculada al ejercicio del derecho de admisión, opina: “Es fundamental sostener y respaldar a la escuela en sus decisiones, especialmente en un contexto como el actual donde los vínculos con las familias están atravesados por tensiones cada vez más frecuentes”.

Y concluye: “Se vuelve urgente reformular la alianza entre la familia y la escuela, basándola en el respeto, la confianza recíproca y el entendimiento compartido de metas educativas. La escuela y la familia no son actores en competencia, sino aliados naturales. Por eso, deben trabajar juntos, desde el lugar que a cada uno le corresponde, para volver a construir un vínculo sólido, respetuoso y orientado al bienestar de niñas, niños y adolescentes”.

Será lamentable que todo lo planteado sea tomado como un simple discurso que le lo lleve el viento. Atravesados por distintas circunstancias, las urgencias pasan de largo y recrudecen hasta llegar a límites insospechados como el ocurrido en una escuela de nuestra ciudad. Un límite que, de no atender, será superado por otra aún más peligroso para las generaciones futuras.