Por: Semanario

En CABA hay sitios donde el GNC se abona 17,50 pesos el metro cúbico, como ocurre en la expendedora de la esquina de calle Herrera y Aristóbulo del Valle, en Barracas; en Bragado una YPF lo cobra 25,44 y en Tapalqué lo pagamos 29,80. Sin embargo en Junín, te “matan” con 32,80 pesos como si tuviéramos placet del principado de Mónaco.

La queja no es novedosa, esto deja sin chances a remiseros y taxistas, pero también a los automovilistas usan equipos de GNC.

La tasa que la municipalidad cobra por los combustibles que impuso Mario Meoni y Pablo Petrecca no sacó a pesar de sus quejas cuando era concejal, tampoco explica semejante diferencia.

Se trata de una cartelización que maneja un puñado de empresarios.

Los cárteles suelen estar encaminados a desarrollar un control sobre la producción y la distribución de tal manera que mediante la colusión de las empresas que lo forman, éstas formen una estructura de mercado monopolística, obteniendo un poder sobre el mercado en el cual obtienen los mayores beneficios posibles en perjuicio de los consumidores.

La explicación resultaría en que alguien se lleva ganancias inusitadas en un sistema que a las claras parece poco federal y menos aún equitativo.

En Capital, el precio es casi la mitad del costo de Junin

PEDIDO DE AUMENTOS

Los estacioneros del país quieren aumentar el precio y que sea igual en cada caso a pesar de que hay libertad de mercado en el rubro y cada uno puede vender el metro cúbico al valor que se le plazca.

Recientemente, desde la compañía Grupo Roari, que posee estaciones de GNC de la Firma “Argas”, lanzaron una reflexión por los medios digitales dirigida a los colegas del rubro para conseguir apoyo ante el reclamo de aumento del precio del metro cúbico de gas automotor.

La misiva firmada por el titular del Grupo empresario, expresa en sus líneas principales que “todos los propietarios de estaciones de  carga sabemos que el negocio concerniente al expendio de Gas Natural Comprimido, no arroja rentabilidad alguna sea cual fuere el nivel de ventas que cada uno pueda registrar”.

Este concepto lo basa en el hecho de que según su visión, “desde el 1 de Abril de 2016 a la fecha hemos sufrido el aumento sostenido de toda la estructura de costos que hacen al insumo principal de comercialización (Gas Natural), como así también respecto de todos los costos agregados que hacen al negocio mismo. Lo que no se ha producido al día de la fecha, es ni más ni  menos que el necesario ajuste del nivel general de precios al surtidor”.

Denuncia en el texto que “las petroleras y productoras de Gas Natural, vienen anclando el precio del GNC en valores irrisorios que no superan en promedio la suma de 19,99 pesos el m3” y agrega que “sabemos que es un precio de dumping, que solo las petroleras líderes pueden sostener, en razón de que ellas mismas logran por sí o por sus subsidiarias la integración vertical del negocio, constituyéndose en vendedoras mayoristas del propio Gas Natural que todos los operadores blancos le adquirimos por obligación, en atención a la situación oligopólica imperante”.

JUNIN ANTICIPADO

El empresario calcula que el precio justo  del metro cúbico de GNC se ubica en torno a los 29,99 pesos, algo que en Junín ya se supera en un 10% aunque haya algunos proveedores porteños que lo tengan a casi la mitad.

Todo resulta bastante extraño, aunque los dueños de estaciones de GNC sospechan que el expendio de este combustible“quedará en manos de la petroleras y no ya de las empresas PYMES o unipersonales que hicimos posible que el GNC llegue a cada rincón que los gasoductos de nuestra patria lo permiten”.

Si bien algunos afirman que los gastos fijos de una expendedora de GNC, con un precio de venta al público por debajo de los 24 pesos hoy por hoy no permite ningún otro tipo de inversión por fuera de los impuestos y los aportes a los empleados, es difícil explicarse porque en Bragado cuesta algo más de 25 y en nuestras tierras a pocos kilómetros casi 33.

MÁS OFERTAS

A pesar de las ofertas de gas, Junín siempre está por encima de todos y todas.

A través de diferentes testimonios de operadores del interior del país, el portal surtidores.com.ar. asegura que “comenzaron a ingresar a la competencia numerosos operadores que buscan venderles a los estacioneros el gas para GNC”.

Dice que “los ofrecimientos se basan en que hay una cantidad de gas que sobra y la compra se hace bajo riesgo cero, con importantes ventajas como un 10 por ciento de bonificación respecto de la tarifa actual de la distribuidora de Gas Natural”.

Por otro lado informaron que “también disponen de congelar precio por pago adelantado y mejores plazos de pago de hasta más de 30 días, con el único requisito de informar por nota al comercializador actual que se decidió a cambiar de proveedor”.

Vale recordar que desde las cámaras empresarias ya se había dado a conocer que las petroleras, en su afán de ingresar en el mercado de la comercialización directa tras la desregulación de la oferta de GNC, estaban contactando a las operadoras minoristas para venderles más barato que las distribuidoras tradicionales.

¿Llegará a Junín el GNC más barato para los empresarios?

Aunque la pregunta debiera ser: ¿Trasladarán la oferta al usuario o seguiremos siendo la ciudad más cara para cargar combustible gaseoso para los vehículos?

De hecho, es común ver en la expendedora de GNC de ruta 7 la sorpresa que se llevan algunos automovilistas que después de cargar el cilindro, tienen que pagar un valor inusitado que no tiene comparación con ningún otro sitio.

De todas maneras es preciso destacar que a diferencia de la comercialización de los combustibles líquidos, el mercado del GNC es libre y que cada expendedor puede firmar contratos interrumpibles o firmes con el distribuidor zonal que desee y fijar el precio que considere.

Pero la novedad de las brechas que ahora superan el 10 por ciento de diferencia con el precio tarifado, inyecta la polémica de un nuevo ingrediente que puede acarrear acciones legales ante los organismos de control por parte de las asociaciones de defensa de la competencia y del consumidor.

De todas maneras por estos lares, las administraciones que debieran defender al consumidor, cumplen a desgano y de modo ineficiente su tarea.

INTENDENTES ACTIVOS

A pesar de que el intendente Petrecca se ha hecho el desentendido  tras los reclamos de taxistas y remiseros, su par marplatense supo tomar cartas en el asunto por una situación similar.

Precisamente Carlos Arroyo se involucró en el reclamo de un grupo de taxistas y remiseros para que se reduzca el valor del metro cúbico de GNC.

El jefe comunal mantuvo reuniones con integrantes de su gabinete para avanzar en "la igualdad de los usuarios que utilizan GNC en autos y, en especial, por el pedido hecho por taxistas y remiseros” a fines del año pasado.

En esa línea, Arroyo solicitó una "urgente reunión" con representantes de la Cámara de Expendedores de Combustibles "a fin de dar respuesta a un pedido que desde varios sectores se presentan con el valor del GNC en General Pueyrredon".

"Queremos la igualdad del costo del metro cúbico de GNC que los marplatenses cargan en las estaciones de Servicio de la ciudad, con respecto al valor que se cobra en otras localidades. Es un tema que tenemos que resolver", remarcó Arroyo a medios locales tras reunirse con sus funcionarios.

"En La Plata el metro cúbico que se cobra es menor al de Mar del Plata. Y entendemos que debemos tener ese mismo valor acá", indicó.

Por ejemplo en la ciudad de Chivilcoy, una cooperativa ofrece un precio de GNC más económico para taxis y remises, mientras que los autos particulares pagan la tarifa básica.

En Junín, la igualdad de manifiesta en que “todos pagan igual de caro”, una cuestión que tiene que ver con una falta de cultura manifiesta respecto al otro y acerca de lo que debiera resultar el vivir en comunidad.

NADA NUEVO, TODO IGUAL

No es nuevo este tema y SEMANARIO lo abordó en varias oportunidades. Una de ellas hace más de dos años, en noviembre de 2017.

En esa oportunidad la queja era la misma: El alto costo del GNC para los juninenses.

Ya había habido una reunión ampliada en el Concejo Deliberante en agosto de 2016, originada en la preocupación de transportistas y taxistas.

Después se citó a los empresarios para que explicaran por qué, en ese momento, el precio superaba los 3 pesos a las tarifas de la zona

Quedó ahí, con muchas fotos del convocante concejal Marcelo García a las reuniones con todas las partes, pero sin resultado alguno.

Se trata claramente de una cartelización en perjuicio de los consumidores.