jueves 19 de junio de 2025

LOCALES | 31 mar. 2020

Contra las cuerdas

Con la foto no se come

Más allá de las muestras de buena voluntad, habrá que generar estrategias locales para satisfacer la demanda alimentaria de miles de vecinos que están fuera del sistema y por los que nadie se ha venido preocupando. La economía popular es uno de los sectores más castigados pero también el que puede ponerse la crisis al hombro.


TAGS: COMIDA, CUERDAS, FOTO

Partidos políticos, gobierno, entidades intermedias están procurando poner su foto participativa en las redes sociales sin aventurar siquiera el riesgo que corren numerosos convecinos a los que se les va dificultando cada vez más el alimento diario propio y de sus hijos.

Junín, al igual que la mayoría de los distritos bonaerenses de interior ha prestado escasa o nula atención a los sectores más postergados y por eso el principal problema que hoy se presenta es cómo subsanar las dificultades de quienes están insertos en la economía popular y que fueron fagocitados por las normas de gobierno establecidas para, primero, prevenir la salud.

Esta situación salomónica, sin dudas pone al amparo del virus a millones de personas, pero contra las cuerdas a quienes viven del “día a día” producto de changas o tareas no convencionales como el reciclado.

Por cierto que el bono que se entregará y la celeridad con que se lo haga brindará una solución, pero no se sabe cuán duradera será.

En algunos sectores de Junín, se trabaja con entrega de viandas, pero aún el sistema sigue estando muy precarizado y es allí donde se tienen que poner los máximos esfuerzos de la logística comunitaria, cosa que no está sucediendo.

Hasta ahora parecen acontecer hechos de “buena voluntad” pero indudablemente con la foto no se come y se requieren muchas más acciones, proyectadas y elaboradas con el objetivo de llegar a todos y cada uno de los más necesitados.

Difícilmente los niños vuelvan a las escuelas prontamente por lo que habrá que implementar las medidas necesarias para que los alimentos que se entregaban en las escuelas, llegan a los hogares, de modo tal y más que nunca utilizando insumos locales como un modo de activar, a medias, la economía regional.

Hace falta compromiso antes que fotos.

Donde se muestre el empeño y trabajo de los y las promotoras de salud, dando la comida y dando a conocer las medidas de higiene que va anunciando el gobierno nacional.

Es imprescindible, la conformación de una comunidad compenetrada, responsable y solidaria para afrontar la situación que vivimos, ya que como todos sabemos no es lo mismo las posibilidades de aislamiento de una familia de clase media, con las condiciones de muchos vecinos de nuestro medio que se encuentran en condiciones de hacinamiento.

La comunidad es frágil y eso se ha ido advirtiendo aunque sin acciones, desde hace cuatro años. Si no hay una integración comunitaria, con especialistas que entiendan de organización y desarrollo, indudablemente estaremos dejando afuera a una porción importante de Junín, en cuanto a necesidades vitales.

Se requiere más que nunca de una verdadera militancia social y no una mera declamación. Hay quienes indudablemente no deberán “quedarse en casa”, porque su responsabilidad está más que nunca en las calles, tal y como los agentes de la salud deben hacerlo en los centros sanitarios.

La clase política y la dirigencia social, entidades y organismos,  deberán con sus respectivas medidas de prevención estar en cada lugar monitoreando los faltantes.

Algo que hasta ahora se hizo muy poco, pero que en virtud de la situación no puede dejar de hacerse.

El Estado Nacional, por su parte, tendrá que centrarse en el fortalecimiento de la estructura productiva de la economía popular, y en fomentar la comercialización y el trabajo que la economía popular propone. Hay que estar atentos en hacer los mejores esfuerzos para controlar la situación, una vez que salgamos de esta crisis.

LA ECONOMÍA POPULAR

El subsecretario de la Economía Popular de la provincia de Buenos Aires, Federico Ugo, propone “cómo organizarnos y actuar colectivamente, en este mundo del “sálvese quien pueda”, para que ninguno de nosotros nos enfermemos y para que como sociedad logremos sostener derechos y calidades de vida básicas, ante la pandemia del Covid-19”.

La pandemia del coronavirus es el nuevo fantasma que está recorriendo el mundo, y su llegada a la Argentina ha sido tomada con suma responsabilidad por las autoridades de gobierno y también nos pone como sociedad ante el desafío de enfrentar juntos y en comunidad las acciones que permitan frenar su propagación galopante.

Las medidas de prevención que se van tomando apuntan a lograr reducir al mínimo la traslación del virus y así evitar el contagio masivo, para reducir los riesgos que conlleva. También las medidas económicas son correctas y van en el camino de contener la situación social que ya venía frágil y se complejiza con esta experiencia inusual.

Ugo, dice que la situación no será sencilla “ya que en el marco de esta pandemia internacional, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), está evaluando la pérdida de 25 millones de empleos en el mundo. Una evaluación inicial del impacto de COVID-19 en el mundo laboral mundial

Indica que los efectos serán de gran alcance, llevando a millones de personas al desempleo, al subempleo y a la pobreza laboral, y propone medidas para una respuesta decisiva, coordinada e inmediata".

Hoy en nuestro país estimamos que cuatro millones de compatriotas son parte de la Economía Popular, y casi el 50% se encuentra en la provincia de Buenos Aires. Estas trabajadoras y trabajadores representan al sector social, laboral y productivo más vulnerable ya que sus ingresos son muy bajos y en su mayoría están asociados a la economía informal.

“En los últimos años el sector se organizó y desarrolla una agenda de defensa de derechos e impulsa unidades productivas que generan trabajo, producción y organización popular”.

El funcionario considera que “el papel de las familias de la economía popular es un ejemplo a replicar en estos días. Estas familias son de las más afectadas por la actual situación, porque sus barrios y sus fuentes de trabajo, ya de por sí son de los más vulnerables en el modelo económico, y se agudiza en esta coyuntura”.

En muchos sectores de la provincia de Buenos Aires, donde se viene realizando un trabajo previo, el sector de la economía popular actúa con responsabilidad y de manera solidaria haciendo que llegue a cada barrio lo que el Estado no puede brindar por los circuitos normales.

Así, las unidades productivas sociocomunitarias como comedores, merenderos y espacios de primera infancia preparan las viandas; mientras en los talleres textiles, de manera solidaria, se están produciendo barbijos para ayudar en la prevención; hay fábricas recuperadas produciendo alcohol en gel, y la militancia del sector está realizando una tarea de promoción y concientización, casa por casa, en los barrios populares. También, cooperativas de trabajo se encuentran realizando tareas de desinfección, limpieza y saneamiento porque el coronavirus no es el único desafío que tenemos, también está el dengue. Por otro lado, las comercializadoras de la economía popular están ofreciendo productos básicos de origen cooperativo a precio justo y accesible.

“De esta manera uno de los sectores más golpeados por la cultura del descarte capitalista, aporta soluciones para enfrentar esta pandemia; da ejemplos de organización comunitaria y se hace presente en los barrios populares que serán los más castigados en este proceso”, puntualiza Ugo.

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