Medio ahogado por el humo que producía el aceite al derramarse sobre los escapes calientes, Traverso abrió totalmente la ventanilla para poder respirar, mientras trataba de "adivinar" donde estaban la pista y también el campeón. 'Aguantó' a Silvio Oltra que, pese a buscarlo, no encontró el hueco para superarlo. El 3 de abril de 1988 en General Roca, Juan María Traverso ganó una final de TC2000 con su coupé Renault Fuego en llamas y agregó un hito más a sus logros deportivos.

"Tuve que abrir la ventanilla para poder respirar. Los tiempos de vuelta se fueron para arriba, porque el aceite mojaba una rueda trasera y la Fuego se puso ‘intenible’. Si la carrera hubiera tenido una vuelta más, creo que no habría llegado, porque ya había comenzado a bajar la presión de aceite y a mermar el rendimiento del motor”.

 El conducto de aceite que se había cortado de la coupé de Traverso hacía que el lubricante cayese por todos lados, pasando por la rueda trasera derecha de la Fuego blanca y bañando el parabrisas de Oltra. Así transitó la última vuelta y cruzó la bandera a cuadros, con las llamas en el piso de su auto. Ganó Traverso, y cuando cruzó la meta se bajó rápidamente del auto. No tuvo tiempo para recuperarse, porque la gente lo llevó en andas hasta el podio, a quien tuvo su Fuego Sagrado.