

Por: Semanario
La polémica ordenanza que tiene Junín que permite fumigar con glifosato prácticamente al lado de las casas y escuelas en los pueblos periféricos y en los suburbios de la ciudad, podría tener una solución si se comienzan a promover cinturones verdes de producción hortícola, en las zonas de amortiguamiento, los cuales generarían para el distrito y la región la producción de alimentos de calidad, sin lluvia de químicos y generando puestos de trabajo y la explotación de un nicho que cada vez y ante las circunstancias que presenta la pandemia se muestra interesante en cuanto a un sinnúmero de ventajas.
La idea hace ya tres años se lleva a cabo en la provincia de Santa fe y será menester por parte de nuestra dirigencia ahondar en sus características ya que nuclea ventajas de gran interés.
Además, son muchas las provincias empiezan a fomentar mediante la provisión de insumos, capacitación y consensos la reconstrucción de estas fases de transición entre lo rural con lo urbano con la finalidad de proveer a su ciudadanía de alimentos más saludables y de cercanía.
Desde julio de 2017, Santa Fe cuenta con el proyecto Cinturón Verde, Producción Sustentable de Alimentos, que consiste en acompañar procesos para transformar las áreas periurbanas de las ciudades de la provincia en producción de alimentos sustentables.
Cada comuna que quiere adherir al programa firma un convenio y la provincia lo acompaña con líneas de financiamiento para que los productores periféricos hagan la transición a lo agroecológico.
El proyecto cinturón verde plantea además que la ciudad pueda tener autonomía alimentaria con una producción propia donde se priorice en estas zonas periurbanas la producción de alimentos a través de un modelo agroecológico.
De ese modo, se acompaña a los distintos productores hortícolas para que se pase de usar insumos químicos a lo que llaman tecnologías de proceso o de manejo, donde se manejan las relaciones entre los tipos de plantas e insectos del propio ecosistema para generar un control natural.
Estas acciones van a favor de la integración familiar y la vuelta de muchos productores a las áreas rurales, que han sido aisladas merced al monocultivo sojero.
Asimismo lo que tiene como ventaja este tipo de producción es el servicio ambiental que brinda y que consiste en la posibilidad de acceder a alimentos sanos y libres de agroquímicos.
Cabe destacar que el proyecto Cinturón Verde se complementa con el que aplica la Municipalidad de Rosario –la cual ha prohibido el uso del glifosato- de agricultura urbana llevando los alimentos producidos en los cordones, a ferias y mercados de toda la ciudad que funcionan de manera continua con la intención permanente de ampliarlos ya que cada vez más consumidores están sensibilizados con el tema.
PROYECTO PARA TRABAJADORES EXCLUIDOS
Hace ya un tiempo diversas organizaciones de pequeños productores vienen trabajando para lograr una ley que los ampare y antes de que se desatara la pandemia se presentó en el Congreso un proyecto de ley para la Protección y Promoción de los Cinturones Verdes Productivos.
La iniciativa surgió ante la preocupación de que los cinturones hortícolas están siendo desplazados por el crecimiento sin planificación de las ciudades.
El proyecto lleva varios años de trabajo y es iniciativa de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), un espacio de unidad de los movimientos sociales, que se considera aliado del gobierno, y que nació hace poco, en diciembre de 2019.
El Movimiento Trabajadores Excluidos (MTE), vinculado a Juan Grabois, es la entidad que más brindó su apoyo a la iniciativa, de la que además participaron técnicos del INTA y del Conicet.
En la Congreso, el proyecto cuenta con el apoyo del diputado del Frente de Todos, Federico Fagioli.
“Queremos proteger los cinturones verdes productivos, oasis y valles productivos de la Argentina, porque allí trabajan más de 200.000 familias, y se producen alimentos frescos para el mercado interno y exportación. Además, queremos reglamentar programas de acceso a la tierra y fomento de prácticas sustentables productivas”, dijo Lautaro Leveratto, coordinador nacional del MTE Rural y miembro de la UTEP agraria.
La propuesta de UTEP y MTE busca también minimizar el impacto negativo de la urbanización sobre el medio ambiente y la salud de las poblaciones, y generar producciones integradas y sustentables. En abril del año pasado, el MTE había presentado un primer proyecto de Ley en defensa de los Cinturones Verdes Productivos, buscando ordenar la expansión urbana.
“Este proyecto actual es el mismo, sólo que cuenta con aportes de especialistas en la temática, y pudimos presentarlo frente a 12 diputados, más asesores, autoridades del ministerio de Agricultura, Inta, senasa y Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible”, expresó Leveratto.
Sin dudas, que se trata de una oportunidad para varios sectores ya sean los productivos tradicionales que pueden encontrar allí un nicho aprovechable, en medio de la recuperación económica que corresponderá a los próximos años, como así también a la generación de trabajo genuino de sectores excluidos laboralmente hablando y que buscan oportunidades que sin lugar a dudas podrán ser halladas en este tipo de iniciativas.