

Científicos del Conicet encontraron que la atrazina produce un efecto negativo en el desarrollo gonadal del pejerrey, el pez más emblemático de la Provincia de Buenos Aires y de importancia supina en nuestro medio como motor del miniturismo.
Uno de los investigadores a cargo del estudio adelantó al portal Todo Provincial los resultados del estudio que aún no fueron publicados.
El artículo del periodista Martín Mazzoleni señala que “Pedro Carriquiriborde, que integra el Centro de Investigaciones del Medioambiente (CIM), dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata y del CONICET. Desde el 2005, lidera un grupo de investigación que estudia el impacto de los agroquímicos en los organismos acuáticos”.
Precisamente, el último trabajo de Carriquiriborde se centra en los efectos de la atrazina, uno de los herbicidas más utilizados en la agricultura argentina, sobre el pejerrey.
“La atrazina no tiene una toxicidad aguda marcada pero hemos encontrado que puede afectar la reproducción de los peces. Es un estudio que llevamos adelante con investigadores de Canadá y que todavía no salió publicado. Hace un año hicimos la parte experimental y estamos por publicar los resultados”, adelantó a ese portal Carriquiriborde.
Los ensayos se hicieron en pejerrey, una especie que el científico utiliza como modelo para sus estudios por la importancia socio económica que tiene en la Provincia de Buenos Aires.
“Había publicaciones en otras partes del mundo que señalaban que la atrazina genera el cambio de sexo en peces y anfibios. Decidimos evaluar su efecto en el pejerrey teniendo en cuenta que su determinación sexual a nivel genético no es tan marcada como en otras especies. El pejerrey determina el sexo por la temperatura del medio durante las primeras seis semanas de vida ya que no tiene cromosomas X e Y como nosotros”, explicó el especialista.
El objetivo del trabajo era analizar si el uso intensivo de atrazina podía generar una alteración del equilibrio natural entre machos y hembras. “Los estudios arrojaron que si bien no produce un cambio de las proporciones sexuales si genera efectos sobre el desarrollo gonadal. Produce gónadas alteradas que no son ni masculinas ni femeninas”, señaló.