jueves 17 de julio de 2025

LOCALES | 3 nov. 2016

MEDIO AMBIENTE

Orgía agroquímica: Tras el silencio, el ocultamiento

La municipalidad de Junín organizó una jornada sobre aplicación de agroquímicos, oportunidad en que los disertantes, relacionados con los fabricantes de los productos, minimizaron sus efectos ocultando información acerca de los peligros a los cuales está expuesta tanto la población rural como la urbana. (Nota publicada en la edición impresa del 29 de octubre de 2016)


Por: Omar Meraglia

Imaginemos por caso que los supermercados chinos de Junín organizan una jornada sobre “Normas para el mantenimiento de la cadena de frío de los alimentos” y los funcionarios del municipio asisten y aplauden la iniciativa. ¿Resulta descabellado, verdad? Pues bien, algo parecido ocurrió días atrás en nuestra ciudad respecto al uso de los agroquímicos.
 
Junín fue sede de una jornada sobre la aplicación de productos agroquímicos que estuvo a cargo de Federico Elorza, gerente técnico de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE) junto a Mirta Elena Ryczel, médica toxicóloga.
 
La jornada fue organizada por la Municipalidad de Junín, bajo la supervisión y anuencia del subsecretario de Producción, Daniel Coria y la directora de Medio Ambiente, Perla Casella. Lo singular del acontecimiento es que por lógica consecuencia los disertantes minimizaron los efectos de los agroquímicos en la población rural y urbana; y con ello el municipio resultó –al menos- cómplice en el ocultamiento de otras opiniones que precisamente indican lo contrario.
 
En ese sentido, desde la municipalidad se indicó que buscaron “desmitificar el tema de los fitosanitarios con prácticas y charlas teóricas que brindan mucha información sobre este cuestión, dado que lo que no se conoce genera miedo, y lo que hacemos aquí es informar a todos los presentes”.
 
 
El carro delante del caballo
 
 
Semejante vuelco de la balanza a favor de seguir contaminando los campos, debiera ser manejado con mayor cautela por parte de nuestros funcionarios que –sin más- parecieran extender un cheque en blanco a los grupos empresariales, dejando de lado uno de los temas prioritarios del Estado como lo es la salud de sus pobladores.
 
Precisamente CASAFE es la cámara que nuclea a las empresas comercializadoras de los agroquímicos y por ese motivo jamás irían contra su negocio ni pondrían una pizca de sospecha sobre el uso de sus propios productos. Lamentablemente, los negocios son eso, negocios, por lo tanto si el Estado está ausente o se pone del lado de los negocios, flaco favor les hace a los ciudadanos.
Por ese motivo, poníamos como ejemplo la imaginaria propuesta de los súper chinos, trazando un parangón con lo que resultara esta jornada organizada por el municipio, pero canalizada a través de los empresarios interesados en seguir con su comercio.
 
 
Ocultamiento
 
La toxicóloga Mirta Elena Ryczel ha sido cuestionada desde diferentes asociaciones que bregan por mayor control de los agroquímicos. La profesional, que acompaña a miembros de CASAFE en las presentaciones, suele hacer foco sobre difundir “la información”, pero contradictoriamente deja informaciones de lado.
Por caso, suele afirmar que “no hay aumento de enfermedades por cáncer y mucho menos por linfomas, que es lo que se denuncia permanentemente. Hoy la gente vive más y eso es lo que hace que tengamos más posibilidades de contraer cáncer”.
 
No dice la profesional que ya en 2012 una investigación de la cátedra de Alergia e Inmunología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) reflejó que el 51% de los que viven al lado de campos de cultivos padecen problemas que podrían vincularse a las fumigaciones.
 
Dicho caso de estudio se realizó en Alta Gracia y la Cátedra de Alergia e Inmunología del Hospital de Clínicas, que depende de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), ejecutó una investigación sobre 251 vecinos del barrio Parque San Juan donde el 51 por ciento de los relevados poseen alguna afección que podría vincularse con la exposición a las fumigaciones con agroquímicos en campos pegados a esa zona urbana. “En la población normalmente puede haber un 8 o 10% con asma, mientras que acá se encuentra el doble de ese porcentaje”, precisaron los profesionales.
 
Tampoco dice la doctora Ryczel que hace exactamente un año el ministro de Salud de la Nación, Daniel Gollán, a la luz de la última recategorización que realizó la Organización Mundial de la Salud (OMS) del glifosato, en marzo de 2015, al que ahora considera probable cancerígeno para los seres humanos (categoría 2A de la Iarc), indicó que: “Cuando la OMS toma posición y sube de categoría a estos agroquímicos diciendo que son peligrosos, hay que poner las barbas en remojo, porque esto quiere decir que ya hay evidencia científica suficiente para categorizarlo de esa manera”.
 
Gollán había hecho hincapié en que: “Hay que separar muy bien los intereses económicos de lo que es la salud, porque ante aquellos la salud está por delante”, ejercicio que la municipalidad de Junín hizo exactamente al revés, en este caso.
 
 
Pueblos fumigados
 
El ocultamiento también se relaciona con la invisibilidad que se le ha dado en este caso a organizaciones que vienen bregando por un control adecuado en el uso de los agroquímicos.
 
La liviandad con que se ha “desinformado” en Junín sobre los agroquímicos extiende un manto de sospechas respecto al accionar de los funcionarios y abre la posibilidad que desde el Concejo Deliberante se tomen cartas en el asunto al menos para pedir informes acerca del porqué se ha tomado partido por una cámara empresarial sin haber considerado como primera medida que la comunidad debe acceder a información fehaciente, mucho más aún cuando se trata de la salud.
 
Para añadir más datos a la peligrosidad con que se manejan los agroquímicos en nuestro país -y que los expositores no consideraron- valga tener en cuenta la Declaración del 3º Congreso Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados, que data noviembre de 2015, donde se destaca que “cinco años después del primer Encuentro en la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba, científicos, médicos y miembros de los equipos de salud de los pueblos fumigados de Argentina, reunidos en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), verificamos que lo que afirmábamos entonces es dramáticamente cierto y se acentúa día a día: el sistema de producción agrícola vigente en el país contamina el ambiente y los alimentos de los argentinos enferma y mata a las poblaciones humanas de las zonas agrícolas”.
 
Sostienen, además, que “en los últimos 25 años el consumo de agrotóxicos aumentó un 983% (de 38 a 370 millones de kilos), mientras que la superficie cultivada aumentó un 50% (de 20 millones de ha a 30 millones de ha). Un sistema productivo basado en la aplicación sistemática de agrovenenos implica, irremediablemente, que la naturaleza responda en forma adaptativa y que, por la tanto, para lograr los mismos objetivos los productores deban aplicar mayores cantidades de agrotóxicos en los campos. Año a año se fue generando un sistema diseñado por y para los vendedores de agrotóxicos, quienes todos los años aumentan sus ventas netas (en 2015 el aumento fue del 9%) mientras que nuestros pacientes, también, año a año  se contaminan más y más”, puntualizaron los médicos.
 
¿Mordaza internacional?
 
Durante 2015, la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC de OMS) reconoció el carácter carcinogénico humano de varios agrotóxicos, incluyendo el glifosato.
 
Este no es un problema argentino solamente, idénticas situaciones se presentan en otros países del mundo con resultados replicables en Brasil, Uruguay, Centro América, Paraguay, etc. En todos lados crece la resistencia a la agricultura tóxica y en todos lados médicos y científicos acompañan estas luchas aportando sus diagnósticos y estudios como insumos técnicos a las mismas.
 
Un ejemplo de ello es el médico Dr. José Luis Insfrán quien en Paraguay viene denunciando hace años los efectos en la salud de las personas. Profesor titular y Jefe de la Cátedra de Semiología Médica de la Universidad Nacional de Asunción responde con firmeza que: "ya no es posible negar que los agroquímicos utilizados en el campo sí afectan la salud humana".
 
Insfrán manifestó que "los millones de litros de agroquímicos que se derraman en los sojales (cultivos de soja) cada año, indudablemente afectan a la salud de la población del Paraguay, principalmente a los de las zonas rurales". Su informe en la investigación arroja que “hay doscientos diez casos nuevos de leucemias y linfomas que aparecen por año".
 
Como era de esperarse, amordazar al galeno es ahora cuestión de Estado, como consecuencia de sus dichos y de su estudio Insfrán reveló que les llegó a él y a su equipo, "un pedido de sanción a través de la Facultad de Medicina UNA, por “oponerse al desarrollo del país”. Dicho pedido proviene de los alumnos de la carrera de Biotecnología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y del coordinador de esa carrera, al decano de la Facultad de Medicina, Aníbal Peris, según el Dr. Insfrán.
 
Lamentablemente, hay más
 
El glifosato, el herbicida utilizado en los cultivos transgénicos, deja residuos en los alimentos y ha sido cuestionado fuertemente a través de la Red Internacional de Plaguicidas (PAN, por sus siglas en inglés).
El documento divulgado por la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México (Rapam), indica que el reporte hizo una revisión de investigaciones que documentan los impactos negativos de este producto.
 
Destaca el PAN precisamente lo que en este artículo tratamos de advertir y es que “las agresivas campañas de relaciones públicas y comercialización llevadas a cabo por la trasnacional (Monsanto) que desarrolló el glifosato, han dado lugar a una percepción generalizada de que el producto químico es seguro. Se permite su uso, incluso cuando salen a la luz datos que identifican efectos adversos.
Además, el glifosato está incluido en la lista de plaguicidas altamente peligrosos de PAN Internacional y está entre las sustancias que se deben eliminar a escala mundial. La red global de plaguicidas pide que el herbicida sea sustituido por un enfoque agroecológico de manejo de malezas en sistemas de cultivos diversificados y en usos no agrícolas.
 
Con esta revisión se destaca la urgente necesidad de volver a examinar la autorización de los productos que contienen glifosato, ya que se presenta un perfil químico completo, junto con la situación reglamentaria de los productos que contienen glifosato en muchos países e información sobre alternativas viables, señalan las organizaciones.
 
Hace poco más de un mes la comunidad europea autorizó el uso del glifosato en Europa luego de fuertes debates. La última vez que había abordado la problemática le otorgó al plaguicida 17 años antes de una nueva revisión, en este último caso sólo le dio de plazo 18 meses y con ello la prolongación el uso del glifosato en Europa esta pendiendo de un hilo.
 
 
Deuda ambiental
 
La municipalidad de Junín posee una fuerte deuda ambiental para con los habitantes del distrito. La generación de esta deuda no puede achacarse a Pablo Petrecca, pero es menester que el jefe comunal empiece a considerar seriamente los temas relacionados con la ecología para no caer en la desidia de sus antecesores.
La salvaje tala de eucaliptos en el Parque Borchex fue un llamado de atención para entender que –mucho más aún en el interior- las comunidades se relacionan en forma íntima con la naturaleza y ello también es sinónimo de la cultura de los pueblos y sus gobernantes.
El tratamiento de los residuos, como así también la solución urgente para el tratamiento de líquidos cloacales a partir de restablecer su depuración en planta, han de ser temas subrayados en la agenda del mandatario.
Asimismo, el arsénico en el agua y el mal uso y abuso de agroquímicos, no deben ser cuestiones que deban tomarse a la ligera y que -para invisibilizarlas- los funcionarios consideren que quienes tenemos la responsabilidad de informar queremos “dar miedo”.
Pareciera entonces que es “miedo” lo que sienten algunos funcionarios juninenses frente a temas puntuales, debido a la impotencia y desconocimiento que tienen para encararlos y darles solución.
La fiesta de los globos terminó y ahora hay que asumir las responsabilidades que quedan y para las cuales los vecinos los eligieron esperando un cambio. Todo está en sus manos y la confianza –hasta ahora- se mantiene.
 
 
 
 

 

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