viernes 29 de marzo de 2024

LOCALES | 17 sep 2020

Editorial

Señales peligrosas

Utilizar los móviles policiales, los uniformes y la velada amenaza del armamento para llevar a cabo una protesta salarial no debe ser pasado por alto.


La imagen de los efectivos bonaerenses frente al municipio reclamando por salarios resultó temeraria, tanto como los que lo hicieron frente a la residencia presidencial.

La situación puso en riesgo la tranquilidad ciudadana y dejó en claro que hay comunidades amigables con la represión y el autoritarismo.

De que otro modo podría entenderse que los mismos que en tantas manifestaciones del pueblo se han mostrado proclives a golpear al ciudadano, ahora hagan reclamos laborales pero blandiendo las armas que el mismo Estado les provee, y dejando sin ningún tipo de control al distrito y a sus habitantes en medio de una pandemia, generando un “apriete” dirigido a las autoridades electas y poniendo en riesgo al sistema democrático.

Utilizar los móviles policiales, los uniformes y la velada amenaza del armamento para llevar a cabo una protesta salarial no debe ser pasado por alto y debe tener una respuesta institucional severa, tal y como ha sido la respuesta pero favorable para incrementar sus magros sueldos. Magros como tantos de la administración pública y cuyos sectores para demostrarlo no lo hacen sembrando el miedo y siendo cercanos al delito de sedición.

Distinto hubiera sido el caso si vestidos de civil y sin portación de armas, los efectivos de seguridad hubieran realizado el reclamo a viva voz, sin dejar de lado las guardias mínimas respectivas.

Aun así sobreviene la polémica acerca de habilitar su agremiación, lo cual podría ser viable principalmente para aquellos rangos inferiores y en función de lo que marca la Constitución Nacional en su artículo 14 bis.

Sin embargo, queda claro que lo que se buscó en esta oportunidad fue dar una muestra de poderío por parte de una fuerza como la Bonaerense, cuya historia reciente está surcada más por la cantidad de villanos que de héroes.

Peor todavía cuando este tipo de actitudes reñidas con la democracia aparecen alentadas con un respaldo político de la oposición al gobierno provincial y nacional.

Un hecho contradictorio por parte de grupos que se han embanderado en protestas aduciendo la “Defensa de la República” aunque ahora opten por avalar que un reclamo laboral, sin ningún tipo de aviso previo, se torne en una amenaza hacia las instituciones.

Este tipo de señales peligrosas se suman a otras que vienen manifestándose en torno a la prevención de la salud frente a la pandemia, con movimientos anticuarentena promovidos desde ciertos espacios políticos que intentan desestabilizar un sistema de trabajo coordinado por el gobierno nacional y sus asesores en materia sanitaria. Planteando una falsa dicotomía entre la economía y la protección de la vida, sin datos certeros ni valederos frente a una enfermedad que, sin lugar a dudas, todo el mundo desconoce.

Creer en las bondades de dirigentes que no mostraron sensibilidad a la hora de aplicar tarifazos y dejaron hundir la economía que ya venía castigada, sumando deuda que no generó ningún beneficio a la vista, resulta un signo de preocupación.

Observar de qué modo se intenta sembrar más caos en medio del ya caótico escenario pandémico, no deja de sorprender por parte de quienes deberían estar mostrando mayor responsabilidad frente  a las instituciones y principalmente hacia su pueblo.

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