

Los vecinos notan que el Gobierno municipal todavía no pudo esclarecer qué actividades están permitidas y cuáles no: mientras anuncia con bombos y platillos que se desbarató una fiesta clandestina en Agustina, con alrededor de treinta concurrentes, cientos y cientos de vecinos colmaron ayer el Parque Borchex y todos los espacios públicos de la ciudad, sin ningún tipo de control.
A la vez, la administración de Petrecca autorizó ocupar el 50% del interior de los locales gastronómicos, a lo que se suman los “parklets”, que es un sector extra que restaurantes y confiterías pueden construir sobre la calle, para poder atender a una mayor cantidad de clientes.
LAS INFRACCIONES
Por otra parte, en calles Possio e Ituzaingó, ayer un grupo de alrededor de 50 personas estaban realizando un evento de juegos de riendas, carrera de sortijas y esquivar obstáculos. El organizador fue infraccionado.
En lo que hace a la fiesta desbaratada, se realizó en un predio rural ubicado a 5 km. de la localidad de Agustina. Allí concurrió personal policial y autoridades municipales, acompañados por las correspondientes cámaras para la puesta en acción, para desalentar a los 30 asistentes a abandonar el lugar.
Mientras tanto, se multiplican las quejas por la realización de reuniones y fiestas privadas en cada parte de la ciudad.
DICOTOMÍA DISCURSIVA
Así, mientras se recomiendan medidas de prevención contra el coronavirus, el municipio permanece inactivo en cuanto a medidas necesarias para tratar de efectuar un contagio.
De hecho, el Intendente se sumó al “Grupo Dorrego” para elevar críticas a la Provincia en conjunto con alcaldes de Juntos por el Cambio, a pesar de declarar en forma habitual que se lleva adelante un “trabajo conjunto” significativo en conjunto con el gobierno que conduce Axel Kicillof.
Con los jefes comunales de la región, además, Petrecca milita la vuelta a las aulas y desconoce los pedidos desesperados que se le hacen desde el sector sanitario.
Por eso, en sus redes sociales, celebra que se haya cerrado una fiesta privada, pero deja que decenas y decenas de grupos sin cubrebocas y compartiendo mates y bebidas a la vista de todos, continúen su esparcimiento en los espacios públicos. Y sigue ignorando una curva de contagios de coronavirus que no baja.