martes 17 de junio de 2025

LOCALES | 18 dic. 2020

Nota de tapa

¿No se inunda más?

A pesar de los discursos, las visitas de funcionarios y las “inversiones”, el Plan Maestro del Río Salado dejó para lo último a Junín. La región no está a salvo de las inundaciones que, por lejos, han causado más daño en la economía regional que esta y cualquier otra pandemia. Un detalle no menor que las organizaciones locales no tienen en cuenta hasta que llega el momento de levantar montículos de tierra alrededor del río, como le ocurrió a Petrecca hace más de tres años.


TAGS: INUNDACIóN

Por: Redacción Semanario

El Plan Maestro del Salado está por cumplir 20 años de proyectos y debió haberse terminado en 2011, sin embargo, Junín está todavía bajo la “Espada de Damocles” porque la Etapa V que lo incluye es una de las partes que no está terminada (y tampoco hay fecha para ello), aunque muchos recuerden la cantidad de actos, anuncios y discursos que decían lo contrario.

La semana pasada, en un frondoso informe de la revista La Tecla, se abordó el estado de todo el recorrido de esta obra que sin lugar a dudas en nuestro medio causó en cada inundación más daño económico que cualquier pandemia.

Lo que resulta más preocupante es que los sectores de la producción agropecuaria y el mismo municipio y los otros vecinos, están totalmente olvidados del meteoro que hace casi cuatro años nos hizo perder –según datos oficiales- 90.000 hectáreas productivas.

Pocos seguramente recuerden que Pablo Petrecca había sido erigido como el presidente del comité de la cuenca que controla los manejos del agua a nivel regional, además de estar considerando las alertas tempranas para prevenir inundaciones y claro está siguiendo “de cerca” las obras a realizar.

Pues bien, nada de eso sucede y así como el alcalde local se durmió con la inundación del otoño 2017 y terminó sobre la hora armando una muralla de tierra y polietileno a los costados del río Salado para que no se anegara la ciudad, es probable que la desaprensión de hoy termine de la misma forma en el futuro, no por ser agoreros, sino porque el Río Salado sigue siendo indomable en nuestro distrito hasta tanto se hagan las obras prometidas y porque al menos en los últimos tres años y habiendo salvado al casco urbano de milagro, no se pensó si pasa algo igual o similar en el futuro y ninguna organización pública o privada, convocó para pensar en conjunto una solución al problema.

Un problema que le ha costado al distrito local en materia de economía regional, reiteramos, más pérdidas que cualquier pandemia.

Y mientras en medio de esta peste que nos tocó en desgracia padecer en 2020, desde diversos sectores pidieron por “la economía”, en el caso de las inundaciones se hicieron los desentendidos.

Fue el mismo Petrecca quien en 2017 dijo que se habían perdido 90.000 hectáreas productivas.

Si ese es el número estaríamos hablando de más de 22 millones de dólares de ingresos a los productores locales y de la región, además de insumos que no se vendieron, máquinas que no se repusieron, fletes que no se realizaron. Por lo tanto, en lo que se refiere a la economía regional, las inundaciones podrían afectar 10 o 100 veces más que la pandemia en torno a la improductividad.

HISTORIA REPETIDA

“El tiempo pasa y la obra se va poniendo vieja. No se terminó en 2011, ni en 2019 y tampoco se va a terminar en 2022, y quizá tampoco en 2023 o 2024”, dice la revista La Tecla en un extenso informe que dio a conocer en su edición pasada, acerca del estado del Plan Maestro.

A pesar de la pandemia, las excavaciones nunca se frenaron. Avanzaron a paso más lento, sí; pero avanzaron. Incluso, según señalan desde la gestión Kicillof, desde marzo a esta parte se avanzó lo mismo que en los dos últimos años de la administración PRO.

El Plan Maestro del Río Salado fue dividido en cinco etapas. Las primeras tres ya están terminadas, o casi terminadas, ya que a la tercera le faltan algunos detalles, como por ejemplo obras de arte (puentes, alcantarillas, etc.).

Desde 2017 a esta parte el foco está puesto en la etapa 4, la más extensa e importante de la obra.

“La etapa 1 se empezó en 2004, la 2 en 2005, la etapa 3 se realizó entre 2011 y 2017 y la 4, de 212 kilómetros, arrancó en 2017-2018. Esta etapa 4 está dividida en cuatro tramos y uno de ellos, el 1, dividido en dos subtramos: 1 A de 26 kilómetros y 1 B de 35 kilómetros. El tramo 2 de 33 kilómetros, el 3 de 62 kilómetros y el 4 de 56 kilómetros. Todo esto es lo que estaba en ejecución cuando nosotros asumimos”, resume el Subsecretario de Recursos Hídricos de la Provincia, Guillermo Jelinski, en cuanto a lo hecho y lo que se está haciendo.

A Junín y los vecinos del noroeste no le han tocado buenos números en la “rifa” de las obras, si bien es lógico que primero se realicen las proyectadas aguas abajo, hay que considerar que en nuestra ciudad el río Salado en la intersección de la ruta 7, como en la entrada a la laguna El Carpincho, se producen sendos cuellos de botella que ante un gran caudal terminan desbordando el curso de agua.

¿NO SE INUNDA MAS?

"Esta no es sólo una herramienta para prevenir inundaciones, sino también para trabajar frente a la sequía, como la del año pasado. Debió haber estado terminada en el 2011, y si hubiera estado terminada, la Provincia no habría atravesado tantas inundaciones, no habría perdido todo lo que perdió y habría tenido una herramienta contra la sequía", aseveraba en febrero de 2019, en el marco de una recorrida por el Salado, la ex gobernadora María Eugenia Vidal.

Ya en septiembre de 2017, Petrecca se mostraba con funcionarios provinciales para paliar el papelón realizado frente al inminente desborde local.

El jefe comunal recibía en su despacho al por entonces subsecretario de Recursos Hídricos de la Nación, Pablo Bereciartua, y al ministro de Agroindustria bonaerense, Leonardo Sarquís, para insistir con promesas incumplidas desde siempre.

Petrecca dijo ese 12 de septiembre de 2017: "Lo importante es que hay un Estado presente como nunca y hay inversiones históricas en materia hídrica. Se está haciendo lo que hay que hacer e incluso se contactan asesores expertos en esta materia. Estuvieron en nuestra ciudad recorriendo y observando nuestras aguas. Ya hay obras concretas y son 53 las que se están realizando en toda la Provincia. Hemos hecho obras de emergencia y en poco tiempo estarán realizando las nuevas obras del Salado”.

Tres años después, diez años después, 20... Sarasa.

Incluso las obras de ensanchamiento y alcantarillas en el Puente de Lincoln, sobre la Ruta 188 (lo único que se mostró después de las inundaciones de 2017) terminan liberando de agua a la zona aledaña, pero la traerán con más fuerza hacia la ciudad y allí el desagüe, se hará más lento.

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