“Llegamos al límite. No hay presión ni agua. Desde hace dos días las casas se quedaron sin agua hasta en los tanques, porque no se cargan. Por las duchas no sale nada y no tenemos respuesta alguna para poder quedarnos tranquilos y esperar que se solucione el problema”, resumió uno de los vecinos que participó en el corte de la avenida Pastor Bauman, ayer por la tarde.

Cansados del servicio paupérrimo que reciben del municipio y la ausencia de soluciones, los habitantes de casi todos los barrios que conforman el Cuadrante Noroeste de la ciudad salieron a manifestarse. No cuentan con este vital elemento, sobre todo en jornadas con alerta violeta, y preocupa sobre todo la situación para niños y ancianos.

Según el testimonio recogido en la calle, “a mediados de diciembre ya empezamos a poner en alerta a personal de Obras Sanitarias y de la Municipalidad, a través de llamados telefónicos y comentando personalmente, pero la situación se siguió agravando y no tuvimos respuesta”.

En el caso de un vecino fomentista, contó que “estuve con Mariano Spadano –funcionario municipal encargado de las relaciones con la comunidad- y me dijo que se reuniría con Guido Covini, director de Obras Sanitarias. Pero la respuesta fue que recién esta noche (por ayer) iban a venir a ver las bombas para ver cómo funcionaban. O sea que si hay alguna falla, recién vendrán mañana y seguimos sin agua con estas altísimas temperaturas”.

GRAVES DIFICULTADES

“Nuestra necesidad es de agua. Tengo siete nietos y tenemos que bañarlos con el agua de la pileta, si no tenemos plata para comprar mineral qué le damos de tomar?”, se preguntó una vecina que se encontraba reclamando en la calle.

“Hay gente mayor que trabajó toda su vida y en siglo XXI viene a reclamar por agua. En tiempos de pandemia, que hay que lavarse las manos… ¿Junín está lindo? Bueno, que lo muestre Petrecca”, apuntó la mujer.

DESIDIA MUNICIPAL

Ante esta situación, el director de Obras Sanitarias Municipales, Guido Covini, habló con un medio periodístico amigo. “Vamos a ver qué podemos hacer nosotros para solucionarlo. Posiblemente habría que hacer una perforación nueva para mejorar la presión del barrio. Si no hay ningún inconveniente y la gente empieza a consumir más amigable con el resto de los vecinos, vamos a poder subsistir sin inconveniente”.

Palabras de un funcionario municipal, ajeno a la realidad angustiante que vive la gente en los días más bravos del verano.