martes 23 de abril de 2024

LOCALES | 11 feb 2021

EDITORIAL

Cuidarse de las expectativas

Con vistas a las elecciones legislativas que se celebrarían en octubre, se arma un “caldo de cultivo” ideal para la suelta de promesas… como si se tratara de palomas.


Por: Redacción Semanario

En años de elecciones más vale cuidarse de las expectativas y, mucho más todavía, cuando llegan después de una crisis como la generada por la pandemia y que todavía no se sabe si podrá evitarse la anunciada “segunda ola”.

Los funcionarios locales suelen ser amigos de generar expectativas, a partir de promesas para dar solución a temas de larga o corta data, pero por lo general lo único que terminan generando es una brutal frustración.

Con vistas a las elecciones legislativas que se celebrarían en octubre, en caso de eliminarse las PASO tras los proyectos que aguardan en el Congreso, se arma un “caldo de cultivo” ideal para la suelta de promesas… como si se tratara de palomas.

Pero no sólo el ejecutivo local es un disparador de expectativas, sino que también la oposición a partir del apoyo que puede imprimirles el ministro Mario Meoni, apuestan dos o tres “plenos” que, de “embocarlos”, los ayudaría a consolidar la fuerza y recuperar el espacio perdido, principalmente en el Concejo Deliberante donde el número de ediles está empatado pero cada puja es ganada por el voto doble del presidente del cuerpo, de lógica extracción oficialista.

Sin embargo, a la hora de prometer reapareció por estos días un jugador que venía agazapado desde hace unos meses. Se trata de un grupo inversor que hasta el momento sólo ha ofrecido cursos de capacitación, pero que presentó una idea de tinte faraónico para abordar el tema logístico aprovechando las ventajas comparativas de Junín en cuanto a geografía, rutas, infraestructura aérea y ferroviaria y alguna otra oportunidad aprovechable ya estudiada en los ‘90 durante la gestión de Abel Miguel.

La promesa es generar un par de millares de puestos de trabajo, algo que sin lugar a dudas puede resultar como secular objeto del deseo en manos de algún político interesado en captar voluntades eleccionarias.

En realidad, las expectativas, como las mencionadas, son uno de los principales factores al momento de diseñar y contemplar políticas económicas y sociales, pero su aparición en el lenguaje económico es relativamente nueva y las investigaciones que las contemplan siguen siendo muy nuevas. Pero ¿qué son?

Según la economista Solange Sardán Matijašević, las expectativas son “opiniones, creencias, sentimientos y perspectivas que los agentes económicos (familias, empresas, Gobierno) tienen acerca del comportamiento futuro de la economía” o de la sociedad en general.

El tema de las expectativas tomó aún más relevancia tras el trabajo de Daniel Kahneman, psicólogo especialista en conducta y ganador del premio Nobel de Economía el año 2002. Kahneman entendía que “la confianza que la gente tiene en sus creencias no es una medida de la calidad de la evidencia, sino de la coherencia de la historia que su mente ha conseguido construir”.

Tal como expresa Matijašević “lo peligroso de las expectativas es que, si no son correctamente leídas por las autoridades, éstas darán la vuelta a cualquier política aplicada y pueden llevar a desbaratar hasta la economía más sólida” y advierte que la realidad política “requiere de medidas minuciosamente planeadas y estudiadas (…), pues de lo contrario, el poder de las expectativas eventualmente los obligará a tomar medidas improvisadas que causen más mal que bien”.

Hoy, más que nunca, las expectativas resultan para muchos juninenses el único madero sano para mantenerse a flote. Pero con sólo flotar se puede salvar la vida por unas horas nada más. En algún momento se deberá llegar a tierra firme para alimentarse, buscar refugio, protegerse de las inclemencias del tiempo y, también, porque no, de algunas fieras salvajes.

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