

Luego de realizar una nutrida manifestación y sentada pacífica frente a la Comisaría de Arrecifes, la importante cantidad de vecinos se sumó a la manifestación por el crimen de Keila, la beba en gestación de cinco meses que falleció producto de golpes que recibió su mamá.
Los manifestantes se trasladaron hasta una vivienda donde residiría el acusado.
La decisión de dirigirse hacia ese lugar se adoptó al escuchar al secretario de Seguridad, Emilio Pattini, quien informó que el agresor había sido capturado por la policía pero debió ser liberado porque la Ayudantía Fiscal de Arrecifes consideró que “no hay elementos para detenerlo”.
Mientras esto se desarrollaba la justicia ordenó la detención de Ariel Morosine de 44 años, que había sido solicitado por el fiscal Julio Tanús, por golpear a su pareja de 19 años, embarazada de cinco meses y que a raíz de la golpiza fue asistida en el Hospital Municipal Santa Francisca.
Se aguarda aún la carátula definitiva de la causa que incluirá seguramente violencia de género y lesiones, más allá de tener en cuenta las consecuencias del parto prematuro y la muerte del bebé recién nacido.