A Alexia le prendieron fuego el patio delantero del reino. Esta semana, unos cuantos de las afueras decidieron sacar a relucir su descontento, que pasa por lo poco que el reino les paga. Simple. Mientras Alexia se manducó un suculento aumento que llevó sus ingresos a cientos de miles de acres, dejó relegados a los de las afueras, que cada día están más afuera. Del reino y de todo.

Es que los acres ya no alcanzan para nada. Muchos dejaron de pagar los tributos, que Alexia decidió aumentar para ‘poner en caja sus números’ y otros, aunque suene loco, en el reino de la abundancia de comida, a comer salteado, o con comida de inferior calidad. Porque así se vive en el reino, unos poquitos con cada vez más, con Alexia en primer lugar, y un montonazo, con cada vez menos. De ahí los dos mundos. El maravilloso de uno y el padecimiento de los otros.

Alexia proyecta, sueña y planifica su futuro, convencido que otra vida es posible. Los otros, sufren, recontraputean y no saben si el día que arranca, lo van a terminar, convencidos que así no pueden seguir y que no hay futuro posible. Mientras uno vuela, los otros trinan. Uno sonríe, los otros padecen. A uno le importa poquito y nada su gente y esa gente, se pregunta todos los días, qué hicieron para tener que vivir así.

Alexia no sólo no hace nada, sino que lo poco que encara suena a cargada. Puso cuatro palos para que algunos enamorados desaten sus besos y nada más. Fomentar el trabajo, proyectar el reino al crecimiento, hacer la vida más digna para los de las afueras, no. De eso, nada de nada.

Su estrategia no varió. Mientras fue un soldado de Amarillo I todo fue una maravilla, y del desastre que ojitos de cielo-expulsado-del-descanso-real dejó, nada. Ni mu. Y ahora que todo explotó, sacó a relucir su manual, para echarle culpas a todos, menos a  su ex. De ahí, que todo lo malo pasa por Sir Kichi-Lloff y Sir Alfer-Dez.  Lo bueno, pasa por él y sus obras. ¿Qué cosa? ¿Qué obras? Bueno, ahí están…esos cuatro palos para los enamorados y un montón de buenas ideas. Nada más.

En verdad, nunca hizo nada. Nada. A tono con Amarillo I, siguió su norte. Mucho bla, bla, pero nada concreto. O no tanto, porque en algo anda. Pasa sus días de reunión en reunión, con su grupo desteñido, preparando su futuro. Su fu-tu-ro. Sí, porque que el reino esté hecho bolsa, no significa que esté acongojado por la miseria que lo rodea ni que se haga cargo de lo que no hizo. Porque para eso puso el culo en el trono. Sí perdió la vergüenza, porque de los desastres consumados ni una palabra, pero del futuro que vendrá, si sigue en carrera, parece que le sobran las ideas.

Típico de rey amarillo. Le pasaron cosas, pasó una tormenta, culpa de los otros la chalupa hizo agua, pero si sigue como capitán del barco, todos llegarán a buen puerto. ¿Quiénes son todos? Bueno, él no lo dice, pero está claro. Él y dos o tres más, unos pocos elegidos. Así es la salvación amarilla. Lo dice sin aclararlo, y algunos todavía le creen.

Parece mentira, pero este fulano llamado Alexia llegó a rey. Increíble, pero  real.

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PetrEgo

Esta semana, a Pablo Alexis PetrEgo le llenaron el rancho de humo. Pese a que quiso hacerse el simpático, saludando al intentar encontrar el picaporte de la puerta de calle Rivadavia, el  espeso humo negro le sirvió de cobijo, para entrar de apuro.

Bueno, fiel a su estilo, apurado cuando hay que parar la pelota y resolver los problemas. Porque lo que está pateando es lo que debió haber solucionado hace tiempo. Casi tan rápido como resolvió su propio aumentazo sin cuotas ni recomposiciones del año pasado o el anterior. Porque el 50% en cuotas y en veremos no es lo mismo que 250 luquitas al bolsillo, que no te dejan ni un resquicio para la protesta, sino más bien para el enamoramiento.

Sí, el enamoramiento por el aumento al estilo Pro, -Productivo para él y que revienten los otros-. Bueno, como su gestión. Nada de nada pero con  caja guardada. Que en estos días, seguro sacará a relucir, ante los tiempos por venir. Porque no fue casualidad que su gestión haya sido con críticas a los únicos que le tendieron una mano, sino oportunismo, para preparar el terreno. Es que octubre está cerca y no vaya a ser cosa que algún memorioso recuerde que el desastre consumado tiene color amarillo, justamente el mismo tono que vistió ardorosamente, a pura foto y sonrisa. Que cuando llegó la tormenta (y volaron por los aires ojitos-de-cielo-descansador-eterno y socia Mariú-sonrisa-armada), hizo la gran Houdini,y  le salió bien. Zafó y siguió.

Claro que ahora sin la coraza protectora, que le dio una vida más, PetrEgo se quedó sin fichas. Como el viejo flipper, la pelotita se le fue entre las paletitas y no hay modo que regrese al juego. De ahí que salió a buscar laderos y en eso anda, dando pelea para no bajarse del caballo. ¿Ciudad Fría? Alguien tendrá que venir a gobernarla, de verdad, con laburo y sin chamuyo.

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Te contamos todo lo que NO HICIMOS esta semana

*) Inaugurar el balcón de los divorciados.

*) Inaugurar algún otro emprendimiento marketinero. O probar con algunas senditas peatonales, cartelitos señaladores, algo.

*) Colocar en su sitio el guardrail de avenida Circunvalación y Respuela. Sigue ahí, como hace más de dos meses, tirado.

*) Apagar las velas que le prendí a todos los santos, para seguir como hasta ahora, haciendo nada y que nadie me diga nada.

*) Avisarle a hermano Christian que se lustre los zapatitos y se peine, que falta poco.

*) Rogar que siga el Covid así seguimos haciendo la plancha.

*) Cumplimos otra semana de ‘visitas’  ‘charlas con los vecinos’ para estar ‘cerca’ y ‘juntos’. Nos va saliendo bien. ¿Hacer algo de verdad por ellos? Na.