“Junín es la ciudad más importante del noroeste de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Es el principal centro administrativo…”, al menos eso dice el texto que inicia la página de la ciudad en la gran red digital. Esta actividad administrativa permanece inmutable. Una eterna contumacia por ser una oficina burocrática del Estado, status este alcanzado por el intenso y sucesivo trabajo   inclaudicable de comedidos interesados, que mantuvieron la gestión con una delicada trama muy bien embarbascada durante años.

Recientemente, el intendente municipal de esta ciudad, Pablo Alexis Petrecca, destacó el trabajo de la Agencia de Desarrollo Productivo de Junín, y lo hizo anunciando ya no un nuevo parque industrial, ni siquiera la finalización del primero, sino ratificando la continuidad de lo hecho. Desde la fundación del fuerte (centro de control primario), el comercio fue la primera actividad económica, seguida por los servicios y la actividad agropecuaria.

 

"Cuando uno tiene que tomar decisiones y avanzar con medidas que impactan en el mediano y largo plazo, es fundamental saber cuál es el punto de partida, qué piensa el sector y cuáles son sus expectativas y necesidades - espetó Petrecca con tono solemne y casi conmovedor -   por sobre tomar medidas a futuro, saber del pensamiento de los ciudadanos, de sus expectativas y necesidades,” dijo el funcionario que es fuertemente criticado por obrar ciertamente por lo contrario.

Sin tener acabado conocimiento de qué se está logrando o para qué se está preparando la actividad municipal, el supervisor municipal centró su “objetivo de evaluar los ejes sobre los cuales las instituciones deben continuar trabajando para potenciar y seguir desarrollando la ciudad, abordando la realidad productiva, las perspectivas e inversiones, la situación financiera e impositiva de las Pyme y el personal”.

Para tratar de percibir mejor lo dicho por el alcalde habría que establecer en forma primigenia cuál es la realidad productiva de una ciudad cuya principal actividad es ser el centro administrativo del noroeste bonaerense. Es decir, ¿qué produce un centro administrativo? Después se podrán centrar los objetivos, evaluar las posibles potencialidades, cuáles serían las instituciones que podrían seguir trabajando a destajo para potenciar y desarrollar la ciudad y el trabajo de sus habitantes.

Máxime en estos momentos cuando la inflación golpeó a los trabajadores en el primer trimestre del año con una aceleración que escaló a un 3,9 por ciento, para acumular un alza del 12%, y marcar los últimos doce meses con un 41,8%, según indicó un estudio privado de la UMET.

El rubro que más subió en marzo fue la Enseñanza con un 13% por el inicio del año escolar, luego se ubicaron bienes y servicios con un 5%, seguido por equipamiento y mantenimiento del hogar con un 4,8%. El segmento de alimentos y bebidas, de mayor incidencia en la canasta de los trabajadores, volvió a subir por encima del promedio al llegar a un 4,8%. La nota la dieron las verduras (7,2%, principalmente por el tomate) y la carne (5,9%), con aumentos superiores al resto de los alimentos.

Decía Petrecca que "la Agencia de Desarrollo fue creada hace veinte años y cada intendente y todas autoridades de las instituciones han trabajo y puesto mucho énfasis en la construcción de capital social para hoy lograr lo que se está logrando”.

En definitiva, esto no surge hoy, Junín tiene una base sólida sobre la cual nos paramos todos para construir y repensar, saber cómo afectó la pandemia y hacer que esta agencia sea el motor para construir, entre todos, el Junín que todos queremos.

Esto no surge hoy, Junín tiene una base sólida sobre la cual nos paramos todos (un centro administrativo), para construir y repensar, saber y hacer (más administrativos) que esta agencia sea el motor para construir, entre todos, el Junín que todos queremos". Nada tan claro para los que pueden y quieren leer entre líneas.

Una dolorosa revalidación de principios y fidelidad a los fines explica la perfidia perpetrada con los empresarios ferroviarios rusos derivados hacia la ciudad de Bragado, hecho éste que contó con el gran respaldo de varios adláteres ocultos.

La imprevista muerte del Ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni, sobre quien se habían depositado sobradas ilusiones de realización de obras, hoy están en recuento. Del mismo modo se encuentran el pase de la cooperativa ferroviaria al ámbito del Estado, la reparación de la pista del aeroparque, y otros proyectos que no fueron asegurados con la firma de una orden de realización.

Entretanto, en otro lugar de la pampa húmeda del noroeste bonaerense, los representantes y la agencia de desarrollo pasaban del dicho al hecho. Concretan proyectos, crearon el segundo parque industrial para que se desarrolle la producción, porque desde hace mucho tiempo entendieron que es la producción y cómo se fomenta.

“En algo la Argentina logró ser muy exitosa: en generar pobreza”, dijo con amarga ironía la economista Marina Dal Pogetto. Su colega Fausto Spotorno, de la consultora OJF, propone cambiar el eje del debate: “El problema no es la pobreza -subrayó-, la raíz de todo es que la Argentina no genera riqueza”. Los dos conceptos exponen la gravedad y profundidad de un flagelo, las familias cuyos ingresos no cubren la canasta básica, que no paró de crecer en las últimas décadas.

Mientras no sé de paso a la producción y se cambie el legado y la matriz productiva, simplemente no se acrecentarán las perspectivas e inversiones, tampoco se incrementará la actividad financiera e impositiva que tanto les atañe al administrador Petrecca y asociados.