

Por: Ismael Canaparo
Idea Vilariño fue una fascinante poeta uruguaya nacida en Montevideo el 18 de agosto de 1920. Además de la poesía, incursionó en la crítica literaria, y desarrolló tareas de ensayista, traductora, compositora y educadora. Perteneció al grupo de escritores denominado “Generación del 45”. En 1985, tras la dictadura, obtuvo la Cátedra de Literatura Uruguaya en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República. De sus traducciones sobresalen los trabajos realizados sobre Shakespeare, reconocidos ampliamente por la crítica. Su personalidad y sus convicciones la llevaron durante muchos años a rechazar cualquier tipo de promoción de su nombre y de su obra. A pesar de ello, obtuvo varios premios internacionales y ha sido traducida a otros idiomas. Sus poemas, dotados de gran musicalidad, se agruparon en títulos como “La suplicante”, “Poemas de amor”, “Nocturnos” y “Poesía”. Falleció en Montevideo el 28 de abril de 2009, a los 89 años, tras no superar el postoperatorio de una operación intestinal.
Profesora y catedrática de letras, Idea Vilariño fundó junto a Manuel Claps y Emir Rodríguez Monegal la revista “Número”, que dirigió entre 1949 y 1955, y escribió trabajos especializados sobre la poesía de Antonio Machado, Julio Herrera y Reissig y otros. Ejerció asimismo la crítica literaria en revistas nacionales y extranjeras, como “Clinamen”, “Marcha” y “Brecha”, entre las primeras; y “Plural”, “Texto Crítico” y “Casa de las Américas”, entre las segundas.
Su obra, de singular sensibilidad, tiene como ejes temáticos el amor, la soledad y la muerte. El núcleo central de su poesía está en la lúcida certeza del sin sentido de la vida, de la presencia de la muerte desde el instante en que se empieza a vivir. Los versos de Vilariño, notables por su autenticidad, tienen puntos de contacto con las letras del tango, que la propia autora estudió. En 1945 publicó su primer poemario, “La suplicante”, cuyo despojado lirismo, carente de toda retórica, sería una contribución esencial para la superación de la herencia modernista en la poesía uruguaya.
Con “Cielo, cielo” (1947) se lanzó a una experimentación cercana a la estética vanguardista, con un mayor hermetismo y ruptura de la sintaxis. Posteriormente publicó “Paraíso perdido” (1949), “Por aire sucio” (1950), “Nocturnos” (1955), “Poemas de amor” (1958), “Pobre mundo” (1966) y “No” (1980). En 2003 publicó la antología “En lo más implacable de la noche”, por la que en 2005 obtuvo el premio de poesía José Lezama Lima concedido por Casa de las Américas (Cuba). En su labor crítica atendió fundamentalmente al análisis de la poética popular rioplatense (“Las letras de tango”, 1965) y a la problemática del ritmo en la poesía, como en sus libros “La rima en Herrera” y “Reissig” (1955) y “Conocimiento de Darío” (1988), este último dedicado al nicaragüense Rubén Darío.
Vilariño también publicó artículos en diarios como “Marcha”, “La Opinión”, “Brecha” y “Texto crítico”, y fue una de las fundadoras, en 1957, de la revista uruguaya “Clinamen”. Aunque sólo llegó a publicar cinco números, “Clinamen” sirvió como plataforma de expresión para un núcleo joven de escritores uruguayos que más tarde pasó a denominarse la “Generación del 45”. Además de la propia Vilariño, se considera integrantes de este grupo a los autores uruguayos Juan Carlos Onetti, Mario Arregui, José Pedro Díaz, Mario Benedetti, Ángel Rama, Juan Carlos Real de Azúa y Amanda Berenguer, entre otros.
Pese a su reticencia a promocionar su obra poética, en 1997 Vilariño concedió una entrevista a Rosario Peyrou y Pablo Rocca, fruto de la cual nació el documental “Idea”, dirigido por Mario Jacob, que puede verse en diversas plataformas de la web.
JULIETA VENEGAS: “TENGO DOS PREDILECCIONES”
Julieta Venegas (compositora, cantante, música, activista y actriz mexicana), en una reciente entrevista, no tuvo reparos en señalar a dos escritoras como únicas e irrepetibles en su género. “Idea Vilariño me fascina, lo mismo que Inés Bortagaray. Me parece un alma gemela y es durísima por momentos. Me identifico mucho con su poesía y con la de Circe Maia. La siento como super cercana y es como si hablara con una amiga. Ambas me apasionan. Recuerdo que estaba leyendo “Sola” en el momento en que estaba empezando a escribir canciones otra vez y se me hizo bonito musicalizarlo. Me gustó mucho que fuera una temática tan dura sobre la soledad porque ella lo cuenta y no busca una salida. En mis canciones siempre me siento obligada a encontrar una reflexión final y sentir que redondeé diciendo algo esperanzador, pero lo que me gustó de “Sola” es justamente eso: empieza y termina sola. Es una melancolía muy especial. En cuanto a Inés Bortagaray, es extraordinaria. Me gustan sus dos libros, y me interesa el más reciente (“Cuántas aventuras nos aguardan”, 2018), porque tiene esa combinación de autobiografía con la referencia de la escritora que está intentando escribir su segundo libro. Creo que todos los que hemos hecho un proceso artístico sabemos que eso es muy difícil, y me pasó con mi segundo disco”.
TE ESTOY LLAMANDO (Idea Vilariño)
Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.