jueves 18 de abril de 2024

OPINIÓN | 10 oct 2021

MIRADA EXTREMA

Los ayudantes del diablo

Toda una parafernalia de miedos y hostilidades psicológicas aventando la muerte, reaparecen ahora por los años de hostigamiento al planeta y por la falta de una política sanitaria y de reciclaje.


Por: Andrés ‘Tato’ Rissolo, especial para Semanario

En un reportaje, Edward Snowden, ex consultor tecnológico estadounidense, informante, ex empleado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana (NSA), le respondió al periodista Arjun Walla que “algunas de las que se denominan como ‘conspiraciones’ son ciertas”.

Sin precisar ciertamente a cuáles se refería, la conmoción mundial que provoca el estado de pandemia del Covid 19, el desconocimiento de su origen y el tiempo que llevará encontrar una cura efectiva, sumadas a las muertes que produce son causa de trastornos psicológicos de gran magnitud.

Aun cuando no se han cuantificado las pérdidas (y las ganancias) que esta pandemia ha generado, una gran frente de tormenta se pronostica para el futuro horizonte de la humanidad. Con una logística preparada desde hace años, hoy cobran mayores impulsos los reclamos por la peligrosidad de la contaminación del medio ambiente y el avance nuclear.

Y en esto anda el Secretario General de la ONU, António Guterres, quien comenzó con la campaña de pánico y desasosiego lanzando un duro mensaje: “El mundo nunca ha estado tan amenazado”. Lo hizo durante su discurso para abrir la Asamblea General, apuntó contra “los multimillonarios que van al espacio” en medio del cambio climático y la pandemia.

Guterres, hizo sonar la señal de "alarma" ante un mundo que "nunca ha estado tan amenazado ni tan dividido".  Si bien el problema es acuciante, lo que nunca hacen los Secretarios Generales de la ONU es actuar como un estadista, adelantarse a los problemas y llevar tranquilidad a la población mundial.

"El mundo debe despertar. Estamos al borde de un abismo y moviéndonos en la dirección equivocada", dijo Guterres a los líderes internacionales reunidos en Nueva York y cargó  duro contra "los multimillonarios que se van al espacio" mientras el resto de la humanidad debe lidiar con los múltiples problemas provocados por el cambio climático, la pandemia, la debacle económica y los conflictos bélicos. 

El diplomático portugués presentó un sombrío análisis de la coyuntura internacional, marcada a su juicio por la falta de unión en la respuesta a la pandemia, los pocos avances en la lucha contra el cambio climático, las crecientes desigualdades.

Toda una parafernalia de miedos y hostilidades psicológicas aventando la muerte, reaparecen ahora por los años de hostigamiento al planeta y por la falta de una política sanitaria y de reciclaje. También baten fuerte sus parches las ONG y demás entidades que, en su buena intención, son cooptadas por las grandes empresas cuyos objetivos, es decir, negociados, están ahora centrado en las empresas de reciclaje.

Por caso, en una nota ya publicada en esta sección, bajo el título “Cuando no hay alternativas” el 20 de septiembre de 2018, se detalló la cantidad de residuos que dejan las energías “alternativas”, entre las que se destaca principalmente los paneles solares.  

China tiene el mercado más grande del mundo en energía solar y cuenta con las mayores extensiones de paneles fotovoltaicos desplegados a nivel global. El problema radica en que un panel solar contiene metales como plomo, cobre y cadmio, con un marco de aluminio y las células solares están hechos de silicio puro y cristalizado envuelto bajo una gruesa capa de membrana de plástico para su protección.

Los paneles que convierten la energía solar en energía eléctrica tienen una vida útil de hasta 30 años, dependiendo del uso y de las condiciones climáticas a las que sean expuestos. El parque de energía solar de Longyangxia Dam es el más grande del mundo. Cuatro millones de paneles fotovoltaicos abarcan una extensión cercana a los 30 kilómetros cuadrados y alimentan cerca de 200.000 viviendas.

Para 2050 se estima que tan solo en China acumule 20 millones de toneladas de residuos de paneles solares. Esto, sumado a la carencia de regulaciones sobre el reciclaje de paneles solares en China y buena parte del mundo hace que el panorama sea sombrío. Las grandes industrias de reciclaje, que podrían estar interesadas a futuro en trabajar en este tema se encuentran en las áreas desarrolladas a lo largo de la costa del Pacífico.

Transportar esa voluminosa basura por largas distancias podría ser tedioso y caro, además del costo de separar y purificar los materiales de desecho, para lo cual se requiere gran cantidad de mano de obra, electricidad y productos químicos como ácidos que también pueden dañar el medio ambiente.

Se ha pensado en el desierto de Sahara como reservorio de estos residuos, como se hizo con el mar para los desechos radioactivos de las usinas nucleares. La energía nuclear no está en decadencia, ubicados en grandes barcos, ahora los generadores nucleares se acercan a los puertos de aquellos países en dificultades, se conectan a la red local y silenciosamente venden su energía.

Hoy los residuos radioactivos pueden ser mezclados hasta casi su destrucción total. Esta última tecnología, con reactores nucleares sin residuos, es un hecho, pero aún no está desarrollado. Más allá de los miedos, la recuperación del medio ambiente no es un hecho menor. Pero no imposible. Los resultados son por demás de beneficioso para todos los habitantes del planeta.

Una propuesta sin fines de lucro se conoció días tras y se suman a otras que buscan plantar en la Argentina 1.000.000 de árboles para mitigar el cambio climático. El proyecto se llevará a cabo en el Gran Chaco, Misiones, Córdoba, Salta, Chubut, Río Negro y en Tierra del Fuego.

Utilizar la influencia en las redes sociales para tratar de colaborar con el planeta pone en marchas millones de seguidores una idea por demás original y digna de imitar. Lamentablemente esta iniciativa no atañe directamente a Capital Federal y gran Buenos Aires, lugares donde la concentración de dióxido de carbono aumenta y la radiación solar se acumula en la atmósfera.

La capacidad de generar energía es el problema que oprime, a la Argentina y al mundo. El tema energético en el país es igual al problema político: quienes se postulan para suceder a los que están en el mando no alcanzan a satisfacer las más mínimas necesidades que se precisan para indemnizar las más nimias demandas que exige la sociedad actual.

Como se ve puede apreciar, los miedos y futuros terrores, no dejan de ser parte de otro calculado meganegociado, que primero necesitó de una meticulosa logística y de la complicidad de los gobernantes de turnos, para llevarnos a este estado límite. Después de las amenazas de tiempos oscuros, llegan los salvadores, con sus arcas abiertas para devolvernos la vida y llevarse las utilidades.   

 

 

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